La tasa de paro cae al 12,48%, la menor desde 2008 con un fuerte impulso de los contratos indefinidos
España registró entre abril y junio la mayor contratación indefinida de la historia, menos de tres millones de desempleados y 20,47 millones de ocupados, según la Encuesta de Población Activa
Con guerra o sin guerra en Europa, el mercado laboral español cumple con una tradición casi inexorable. El primer trimestre del año es malo. El segundo, cuando la contratación se anima ante la perspectiva de la temporada alta del turismo, las cifras mejoran. Las de este año, ...
Con guerra o sin guerra en Europa, el mercado laboral español cumple con una tradición casi inexorable. El primer trimestre del año es malo. El segundo, cuando la contratación se anima ante la perspectiva de la temporada alta del turismo, las cifras mejoran. Las de este año, según los datos que ha ido dando a conocer el Gobierno, eran muy buenas y el Instituto Nacional de Estadística (INE) las ha confirmado este jueves. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), España tuvo entre abril y junio un 12,48% de paro, el porcentaje más bajo desde el tercer trimestre de 2008. Eso se traduce en 2.919.400 parados, la primera vez en casi 14 años con menos tres millones de desempleados en los registros de la EPA, cuyas principales novedades llegan por el lado de la temporalidad y la reforma laboral. Nunca en la historia se había creado tanto empleo indefinido: casi 617.000 nuevos contratos, lo que multiplica por más de 2,5 el mejor trimestre hasta ahora.
A la vez que retrocedió el desempleo entre abril y junio, avanzó la ocupación. Según la EPA, España tuvo 20,47 millones de ocupados en el segundo trimestre. Se trata de otro dato en el que, para encontrar un precedente, hay que viajar a los momentos más boyantes del mercado laboral español, en los prolegómenos de la Gran Recesión que luego devastaría la economía. Supone que, en el último año, España ha creado cerca de 800.000 nuevos puestos de trabajo. Si los coletazos de la pandemia, la inflación o el conflicto en Ucrania lastraron el primer trimestre, ninguno de esos factores ha parecido suficiente para ensombrecer la marcha del mercado laboral en el segundo. La cifra de parados supone una bajada de 255.300 personas. Y desde el punto de vista de quienes tienen trabajo, a los más de 20 millones de ocupados que ya había en el arranque del año se han sumado otros 383.300 más.
Esta última cifra está en la línea de lo que suele ser habitual en el segundo trimestre. En 2019, por ejemplo, el incremento de ocupación fue menor, mientras que en 2018 o 2021 fue superior. Lo radicalmente diferente es la manera de lograrlo. Primero, porque el mercado laboral español ha mostrado mucha más fortaleza en los últimos años que en crisis anteriores. Los ERTE (despidos temporales) se mostraron en la pandemia como un método efectivo para conservar el empleo, pese a la brutal destrucción de actividad que supusieron los confinamientos. Si en la Gran Recesión España pasó cinco años en los que básicamente destruyó empleo, en esta ocasión lo recupera prácticamente desde que pasó la primera oleada del coronavirus (con algún pequeño altibajo, como el del primer trimestre de este año).
El segundo motivo que hace que la creación de empleo de este trimestre sea muy distinta a lo visto hasta ahora es la contratación indefinida. Los datos conocidos este jueves son los primeros que se ofrecen con la reforma laboral a pleno rendimiento. Esta entró en marcha a principios de año, pero para algunas de las nuevas regulaciones ofrecía una moratoria de adaptación de tres meses, por lo que no desplegó por completo sus efectos hasta el segundo trimestre. Para monitorizar el cambio se ha seguido la evolución de la contratación indefinida (uno de los principales objetivos de la reforma) y la EPA del segundo trimestre deja 616.700 contratos indefinidos más y 241.300 contratos temporales menos. No hay precedentes de cifras similares. La mayor creación trimestral de empleo indefinido hasta ahora era la del segundo semestre de 2018, con unos 231.000 contratos, y entonces la cifra de temporales aumentaba prácticamente en la misma proporción.
El Gobierno saca pecho de ello. El Ministerio de Trabajo asegura que “los datos ponen de manifiesto los efectos positivos de la reforma laboral”. En el último año, de acuerdo con los datos del INE, España ha sumado más de un millón de indefinidos (1.076.300, exactamente) y ha reducido en casi 280.000 los temporales. Con los datos conocidos este jueves, está claro que casi todo ese avance se corresponde con el periodo abril-junio. La tasa de temporalidad se sitúa en el 22,29%, que es la segunda más baja de la serie histórica, que arranca en 2002. En el arranque de 2013 se dio un menor porcentaje, pero hay que tener en cuenta que aquel dato se dio en un contexto muy diferente. El matiz es sustantivo porque entonces España destruía empleo (alcanzó en ese trimestre su mayor tasa de paro: 26,94%, con más de 6,2 millones de desempleados) y los que se llevaban la peor parte eran los trabajadores temporales.
Hasta ahora, el mercado laboral español siempre que creaba mucho empleo lo hacía con un importante volumen de temporalidad. Si se comparan las cifras de abril-junio con los momentos en que el mercado laboral tenía volúmenes de ocupación similares, durante el auge económico de principios de siglo, supone un cambio de paradigma llamativo porque entonces la temporalidad se situaba por encima del 30% de manera sostenida. Otro efecto de la reforma laboral se ve en el número medio de horas trabajadas: 34,5 a la semana en el segundo trimestre de 2019 y 33,3 ahora. La explicación más plausible es que, habiendo más ocupados, entre estos había más personas que no trabajaron en la semana de referencia de la encuesta por estar de baja o por ser fijos discontinuos. Estos últimos, de hecho, representan ya un 3% de los contratos, el porcentaje más alto de la historia, ya que nunca habían pasado del 2,4%.
Tirón de la contratación privada
El aumento del empleo es resultado de un fuerte tirón en el sector privado (397.600 ocupados más) mientras que descendió en 14.300 personas en el público. Y por sectores de actividad, se ha sustentado en los servicios, que han ganado en el segundo trimestre 320.200 ocupados. La industria (79.500 ocupados más) y la construcción (21.900) también han sumado efectivos al mercado laboral español. En contraste, la agricultura los ha perdido, con 38.400 personas menos trabajando en el sector primario. Si se observa territorialmente, Andalucía, con 123.800 ocupados más, Canarias (121.100 más) y la Comunidad Valenciana (119.000 más) son las comunidades donde más se ha ampliado el empleo en el último año, mientras que Baleares, Cataluña y Madrid lideran la creación de puestos de trabajo en el segundo trimestre.
Desde el punto de vista del desempleo, las mayores bajadas trimestrales del número de parados se dan también en Madrid (59.700 personas menos en paro) y Baleares (54.400 menos). Pero verlo con respecto a 12 meses atrás sitúa a Cataluña y Andalucía como los territorios donde más han retrocedido los desempleados. No obstante, Cantabria (8,17%), el País Vasco (8,75%) y Navarra (8,76%) siguen siendo las comunidades con una menor tasa de paro.
Las buenas noticias eran esperadas en parte. El pasado mayo, los datos de empleo que ofrece el Ministerio de Trabajo detectaron que España bajaba de los tres millones de parados por primera vez en 14 años. A la vez, las cifras de afiliación a la Seguridad Social que también ofrece el Ejecutivo no dejaron de crecer en todo el periodo, situando a España de manera sostenida por encima de los 20 millones de ocupados. Los números no coinciden con los del INE porque se emplean métodos diferentes (la EPA es una encuesta que se hace a 65.000 hogares y se considera la foto más fidedigna del mercado laboral), pero las tendencias son las mismas.
El mercado laboral ha mostrado cambios con la reforma laboral, pero también ha avanzado, sin duda, con el viento a favor de la estacionalidad. Con la primera Semana Santa normal tras dos años de pandemia, y a las puertas de un verano que se prevé histórico para el turismo, el empleo progresó y con ello mejoró la situación de muchas familias. Según el INE, España tuvo 62.600 hogares menos con todos sus miembros en paro, aunque seguía habiendo cerca de un millón en esa situación. También mejoró la tasa de paro femenino, que se situó en el 14,15%, aunque eso no impide que las mujeres sigan saliendo peor paradas que los hombres en el mercado de trabajo (ellos tienen una tasa de paro del 10,99%, más de tres puntos por debajo). Y otra cosa que tampoco cambia es la dificultad de los más jóvenes para emplearse: el colectivo de personas entre 16 y 19 años es el único en el que aumentó el número de parados durante el segundo trimestre (20.900 más), aunque se encuentran en mejor situación que un año antes (8.700 desempleados menos). Entre los de 20 a 24 años baja el número de parados, tanto en términos trimestrales (11.500 menos) como interanuales (119.900 menos).