La CNMC controla los márgenes de las gasolineras en tiempo real tras la bonificación de 20 céntimos
El regulador cifra en un centenar las estaciones de servicio que han aumentado su margen a costa del descuento con dinero público. El precio del carburante, sin esa rebaja, triplica la subida del conjunto de la UE
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estrecha el cerco sobre las gasolineras tras la entrada en vigor de la bonificación de 20 céntimos de euro, el pasado 1 de abril. Desde esa fecha, el regulador utiliza un indicador de alta frecuencia para medir en tiempo real los márgenes de las estaciones de servicio, cotejando...
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estrecha el cerco sobre las gasolineras tras la entrada en vigor de la bonificación de 20 céntimos de euro, el pasado 1 de abril. Desde esa fecha, el regulador utiliza un indicador de alta frecuencia para medir en tiempo real los márgenes de las estaciones de servicio, cotejando costes y precios de venta. El objetivo de esta herramienta, según explican fuentes del organismo, es tratar de evitar que estos establecimientos aumenten sus ganancias a costa del descuento, financiado con dinero público. El indicador de alta frecuencia permite detectar cualquier evolución anómala día a día, comparando una “estimación bastante exacta” del coste de aprovisionamiento con el precio de venta al público.
Hasta el martes de la semana pasada, la CNMC había detectado estas malas prácticas en un centenar de puntos de venta, sobre un total de 12.000 en toda España. De ellos, dos habían elevado su margen entre 10 y 20 céntimos a raíz de la ayuda oficial respecto a su porcentaje de ganancia habitual; otros 14 en el caso de la gasolina y siete en el del diésel lo habían hecho entre cinco y diez céntimos; 69 (gasolina) y 47 (diésel) habían aumentado su margen entre uno y cinco céntimos; y 41 lo habían hecho en hasta un céntimo de euro.
Estos resultados, exponen fuentes del regulador, son consistentes con un entorno de subida ininterrumpida del precio internacional de la gasolina y el diésel —no solo por la escalada del petróleo, sino también por el brutal encarecimiento de la fase de refino—, y unos consumidores especialmente sensibles al precio, con la inflación ya haciendo mella en el bolsillo. “Las estaciones estarían moderando sus subidas para seguir compitiendo”, afirman.
Los precios y la competencia en el sector de los carburantes, apuntan desde la CNMC, “son una preocupación constante desde mucho antes de la subida fuerte del año pasado y de los 20 céntimos”. La preocupación, sin embargo, se ha disparado en las últimas fechas, especialmente desde que los carburantes dejaron atrás el umbral de los dos euros por litro, algo inimaginable unos meses atrás. “Estamos muy encima, intercambiando información con los responsables de consumo de las comunidades autónomas”, explican desde el organismo, que hasta ahora controlaba la evolución de los márgenes mes a mes.
En las últimas semanas, las grandes petroleras han apostado por descuentos agresivos en sus estaciones de servicio. El movimiento les está permitiendo competir de tú a tú en precio con las gasolineras automatizadas y de bajo coste. El sector cree que, a la larga, esta política comercial acabará llevando de vuelta a estas grandes enseñas a clientes que habían apostado por gasolineras independientes y podría llegar a restringir la competencia después de varios años en los que las gasolineras low cost se han abierto camino a gran velocidad y han conseguido hacerse un hueco en las preferencias de los usuarios.
Precios sin techo
Esa pugna entre grandes y pequeñas en el tramo final de la cadena, los precios de los carburantes en España no encuentran techo. Según el último Boletín Petrolero de la UE, publicado este jueves, la gasolina alcanza ya los 2,142 euros por litro de media, y el gasóleo se sitúa en 2,077 euros. Se trata de los importes antes del descuento de 20 céntimos al que el Gobierno obliga desde abril. Incluso contando con esa ayuda, ambos carburantes son más caros (12 céntimos la gasolina y 4 céntimos el diésel) que a finales de marzo, antes de que entrase en vigor la subvención obligatoria.
En las once semanas que lleva vigente la medida, los precios de origen (sin el descuento) han seguido creciendo en España y se han situado entre los más altos de Europa. De hecho, desde hace cuatro semanas en el caso de la gasolina y tres en el caso del gasóleo, los importes españoles superan a la media de los Veintisiete. La comparativa de lo que han crecido unos y otros es llamativa: desde abril la gasolina y el gasóleo se han encarecido el triple en España que en la UE y en la zona euro.
Evolución dispar
Los datos del boletín muestran un crecimiento de precios casi paralelo entre la última semana de febrero (cuando Rusia invadió Ucrania) y finales de marzo (antes del descuento obligatorio). En ese mes largo, la gasolina subió un 14,1% en España y un 12,5% en la media europea. El gasóleo se encareció más: un 23,9% en España y un 23,3% en la UE. Pero las cosas cambiaron a partir de abril. Desde entonces, el precio en origen de la gasolina se ha encarecido más (17,8%) que el del diésel (13%), y ambos porcentajes superan con mucho los de la media europea (5,9% y 3,6%, respectivamente) y la eurozona (4,4% la gasolina; y 3,3% el gasoil). En el mismo periodo, el barril de crudo de referencia en Europa (el brent) se ha encarecido un 3,3%.
Jordi Perdiguero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, cree que la evolución de precios refleja que “en España hay una parte de la subvención que no ha llegado a los consumidores porque han aumentado los márgenes del sector”. El motivo, señala el experto, es que “hay una mayor concentración [empresarial] tanto en el refino como en la distribución que en la mayoría de países de la UE”. Antoni Cunyat, profesor colaborador de la UOC, coincide en que “parte de la subvención ha sido absorbida por las petroleras”, que habrían subido precios, aunque ambos señalan que no se puede saber en qué parte del proceso, desde el refino hasta la distribución minorista, se produce ese aumento.
La patronal de operadores de productos petrolíferos, AOP, rechaza esa interpretación. Una portavoz defiende que “se está produciendo un estrechamiento de los márgenes” de las compañías. “Desde el 1 de abril, la cotización internacional de la gasolina ha subido en 26,5 céntimos y en España el precio antes de impuestos ha subido 26 céntimos; y en el caso del gasóleo, la cotización ha subido 25 céntimos y el precio 20 céntimos”, ejemplifica. Alega, además, que “los precios del boletín europeo no sirven para hacer comparativas porque la forma de reportar precios no es homogénea”, algo que “se ha desvirtuado más” con las diferentes ayudas de los últimos meses.
En cambio, Juan Luis Jiménez —quien ultima con Perdiguero y otro colega un trabajo que ha calculado que el margen del sector ha crecido en seis céntimos para el gasóleo y cuatro céntimos para la gasolina— defiende la pertinencia de las comparativas. “Lo que estamos analizando es el cambio, no el nivel de precios”, explica. Aunque coincide en que faltan datos —”o los que hay no son públicos”, apostilla— los que se conocen apuntan para el profesor titular de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en una dirección unívoca: “La traslación de subsidios en España a los consumidores es menor que si hubiese más competencia”.