Las importaciones energéticas se disparan en 16.000 millones de euros en solo cuatro meses
El aumento de precios por la guerra, el incremento de reservas, la recuperación de la demanda tras la pandemia y el crecimiento de las exportaciones españolas por refino y regasificaciones explican el fuerte repunte de las compras de energía del exterior
La factura energética se dispara empobreciendo a la economía española. Entre enero y abril, las importaciones de productos energéticos han aumentado en unos 16.000 millones de euros, desde los casi 11.400 millones que se compraron de fuera en los cuatro primeros meses de 2021 hasta los 27.500 millones adquiridos este año en el mismo periodo, según datos publicados por la Secretaría de Estado de Comercio. Se...
La factura energética se dispara empobreciendo a la economía española. Entre enero y abril, las importaciones de productos energéticos han aumentado en unos 16.000 millones de euros, desde los casi 11.400 millones que se compraron de fuera en los cuatro primeros meses de 2021 hasta los 27.500 millones adquiridos este año en el mismo periodo, según datos publicados por la Secretaría de Estado de Comercio. Se trata de un fortísimo incremento del 142%. O lo que es lo mismo, supone más que duplicar el coste de un insumo que procede de fuera y que, por lo tanto, está restando renta nacional.
Y esto sucede solo en cuestión de meses. La influencia de la guerra de Ucrania en los costes de la energía es evidente: los precios de los productos energéticos importados se han elevado un 45% en lo que va de año hasta abril. No obstante, el análisis detallado de esta cifra es algo más complejo. Parte del aumento ocurre porque todavía se está recuperando la demanda que se interrumpió por la pandemia. Estos datos se comparan con unos meses de 2021 en los que aún se dieron brotes del virus y restricciones a la movilidad. El temporal Filomena también influyó. De hecho, en volumen la importación de energía todavía aumenta un 67%. Es decir, una buena parte también obedece a la mayor demanda.
Otro factor que ayuda a explicar este pronunciado repunte de la demanda es el incremento de las reservas. La Unión Europea ha reclamado a los países que hagan acopio de cara a un invierno en el que puede haber problemas con el suministro si aumentan las sanciones y embargos por una escalada de las tensiones entre Rusia y Europa.
Además, como explica Raúl Mínguez, director del servicio de estudios de la Cámara de Comercio de España, por otra parte la economía española exporta una porción de estos productos importados después de haberlos tratado en sus plantas. Es el caso del refino de petróleo y de la regasificación del gas licuado. En ambas áreas España destaca por su industria, lo cual se refleja en las cifras de exportaciones energéticas, que también crecen vigorosamente. Se disparan un 129% hasta los 11.400 millones. Como está sucediendo con el gas licuado, estas compras entran de países como Estados Unidos y luego circulan vendiéndose desde España a otros destinos foráneos. En precios las exportaciones energéticas españolas suben un 33% y en volumen, un 72%. Es decir, los productos energéticos una vez tratados en España suben sus precios un poco menos de lo que están aumentando las importaciones de la materia prima.
Pérdida de renta
En cualquier caso, el saldo entre exportaciones e importaciones energéticas se deteriora de forma muy acusada en detrimento de España: el déficit energético español aumentó entre enero y abril hasta los 16.100 millones frente a los 6.400 millones de un año antes. Se ha triplicado. Esos 10.000 millones son la pérdida que está teniendo la economía española. Es casi el equivalente a un punto de PIB o casi un mes de nómina de las pensiones. Al ser importadores netos, España está transfiriendo rentas al exterior para pagar estos productos y, por tanto, se está empobreciendo.
Como consecuencia de esta evolución, los productos energéticos han pasado de ser un 11% de la cesta de importaciones hasta casi un 20%. Prácticamente han duplicado su peso.
Estados Unidos es el país que más está aprovechando esta situación. Sus exportaciones totales a España en los cuatro primeros meses del año se han propulsado un 143% hasta los 11.300 millones de euros. Ningún país importante ha engordado así sus ventas a la economía española. Y esto se debe al gas y al petróleo. Con los datos pormenorizados solo disponibles entre enero y marzo, las importaciones de gas de Estados Unidos se han multiplicado por 14 en el primer trimestre hasta los 2.600 millones. Las de petróleo han crecido casi un 150% hasta los 1.100 millones. La avanzada industria del fracking estadounidense tiene gas en abundancia y por ende precios más bajos, lo que permite al país exportar en torno al 75% de su gas licuado a Europa, que en un tercio entra en el continente a través de España gracias a su capacidad regasificadora.
Nigeria es otro país cuyas exportaciones a España marchan muy bien: se duplican en cuatro meses hasta los 3.000 millones. Las de Argelia crecen en igual medida: un 121% hasta cerca de 2.500 millones. Las de Brasil suben un 97% y superan los 2.200 millones. Y las de Arabia Saudí escalan un 95%, rozando los 1.500 millones. Todos están siendo suministradores de energía.