El aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol limita el número de pasajeros en julio y agosto

La medida es necesaria debido a la escasez de personal de seguridad en el aeródromo, el segundo más concurrido de la Unión Europea después del francés Charles de Gaulle

Viajeros en el aeropuerto de Schiphol Airport en Amsterdam.PIROSCHKA VAN DE WOUW (REUTERS)

La dirección del aeropuerto internacional de Ámsterdam-Schiphol ha resuelto limitar el número de pasajeros que despeguen desde Países Bajos durante los meses de julio y agosto para evitar aglomeraciones. La medida responde a la falta de personal de seguridad...

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La dirección del aeropuerto internacional de Ámsterdam-Schiphol ha resuelto limitar el número de pasajeros que despeguen desde Países Bajos durante los meses de julio y agosto para evitar aglomeraciones. La medida responde a la falta de personal de seguridad, y se notará sobre todo entre el 7 y el 31 de julio: unos 13.500 viajeros diarios verán sus vuelos cancelados. Dentro de dos semanas, se anunciará el número de afectados en agosto en el segundo aeródromo más concurrido de la Unión Europea, después del francés Charles de Gaulle. Dick Benschop, director ejecutivo de Royal Schiphol Group, el operador aeroportuario, dice que la demanda superará este verano “la capacidad que podemos asumir, y debemos ser responsables para con pasajeros y empleados”.

En la práctica, las declaraciones de Benschop se traducirán en la cancelación “de entre decenas y centenares de vuelos en los días de mayor congestión de julio”. En su opinión, la carga y el inconveniente que ello supone debe ser repartida por igual entre las líneas aéreas. De ahí que les invite a utilizar otros aeropuertos holandeses, entre ellos, Eindhoven, Róterdam-La Haya, Groningen y Maastricht. Según los cálculos presentados este jueves por los responsables de Schiphol, en julio podrán salir a diario hasta un máximo de 67.500 viajeros camino de sus destinos. En agosto harán otro tanto unos 72.500. El Gobierno holandés es el accionista mayoritario, y los ministros de Infraestructuras y Hacienda están en contacto diario con Benschop.

Los problemas de Schiphol son similares a los de otros aeropuertos internacionales europeos, y este mayo ya hubo cancelaciones de vuelos. Las líneas aéreas y las agencias de viaje deben ocuparse de buscar otro viaje para sus pasajeros, y la empresa turco-holandesa Corendon anunció este jueves que trasladará 150 vuelos a Róterdam-La Haya. Por su parte, la compañía holandesa de bajo coste Transavia -que pertenece al grupo Air France-KLM- pondrá menos asientos a la venta a partir del 7 de julio y no descarta cancelar reservas. KLM y Transavia, además, señalan a Schiphol como responsable de las consecuencias financieras de las medidas adoptadas para este verano. “No es posible que el usuario deba pagar sistemáticamente por los problemas del aeródromo”, afirma KLM en un comunicado. La Asociación General holandesa de Empresas de Viajes (ANVR, en sus siglas neerlandesas) ha decidido llevar a Schiphol a los tribunales. Solicita una compensación por las pérdidas que ocasionarán estos problemas, y sus portavoces indican que muchos de sus socios pueden ir a la quiebra. Su director, Frank Oostdam, ha calificado de “inaceptable que un aeropuerto de este calibre no tenga en orden su política de personal”. A todo ello se añade el hecho de que los costes de hoteles o bien excursiones pueden no ser reembolsados.

La falta de personal de seguridad sufrida en mayo fue precedida de una huelga de los equipos que recogen las maletas. El motivo fue el mismo: escasez de efectivos. El pasado sábado, el aeropuerto organizó una feria para atraer trabajadores a la que se apuntaron 1.500 personas, cuando la cifra media para estas convocatorias suele rondar los 300. Se buscan también limpiadores, conductores de autobús y maleteros, entre otros. Aunque este verano se añadirá un plus de 5,25 euros la hora al salario pactado en cada caso, los nuevos contratados no podrán evitar los problemas anunciados. No solo deben soltarse en un trabajo nuevo, sino que deben contar con el visto bueno del Gobierno por motivos de seguridad. Y esa declaración oficial, con la consiguiente investigación, puede prolongarse varias semanas. Por otro lado, el Ejecutivo holandés busca una reducción estructural de los vuelos que parten desde Schiphol, debido al ruido y la contaminación que producen. En los planes que baraja, aparece una posible rebaja de hasta un 10% en los 500.000 despegues anuales contabilizados ahora. Las cifras definitivas no están fijadas todavía.

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