El langostino impulsa las ventas en Nueva Pescanova, que vuelve a beneficios
El grupo vigués obtuvo un resultado de explotación de 80 millones y ganó siete
Con la pandemia se terminaron las fiestas (y con ellas los langostinos), pero la recuperación ha vuelto a la mesa del Grupo Nueva Pescanova. Tras facturar 1.087 millones de euros en su año fiscal, que termina en marzo, la empresa ha recuperado los beneficios (serían los segundos de su corta historia, tras los registrados en 2017). Las ventas crecieron un 21% respecto al año anterior y están un 4,4% por encima de las que la multinacional tenía antes de la pandemia.
La compañía ...
Con la pandemia se terminaron las fiestas (y con ellas los langostinos), pero la recuperación ha vuelto a la mesa del Grupo Nueva Pescanova. Tras facturar 1.087 millones de euros en su año fiscal, que termina en marzo, la empresa ha recuperado los beneficios (serían los segundos de su corta historia, tras los registrados en 2017). Las ventas crecieron un 21% respecto al año anterior y están un 4,4% por encima de las que la multinacional tenía antes de la pandemia.
La compañía sustentó el resultado en el crecimiento de facturación en productos característicos de su marca, como el langostino vannamei y los cefalópodos. Crecieron en todas las divisiones, tanto al por mayor como en la venta minorista y en restauración. También mejoraron en todos sus destinos internacionales, sobre todo en países como Portugal, Francia, Grecia y EE UU.
El Grupo Nueva Pescanova, heredero de la firma gallega que en 2013 concursó tras una montaña de 2.400 millones de deudas ocultas, duplicó su resultado de explotación (80 millones) y mejoró la rentabilidad sobre ventas (del 7,4% frente al 4,4% anterior), “gracias principalmente a una mejor eficiencia de las operaciones de acuicultura y pesca, el control de costes global y la mejora de los márgenes comerciales”. El resultado neto fue de siete millones frente a unas pérdidas de 39 millones en 2020.
La empresa destaca que ha invertido en acuicultura en Nicaragua y Ecuador, donde ha conseguido instalar la alimentación automática para toda su superficie de cultivo de langostino (6.500 hectáreas), gracias a las alianzas de la compañía con empresas como Microsoft, IBM, Repsol o Nokia con la ayuda de la inteligencia artificial.
En noviembre, la compañía abrió el Biomarine Center, un gran centro de investigación en los campos de la nutrición, manejo, salud y genética de los animales, así como para desarrollar el cultivo del pulpo en cautividad para uso comercial. Para conseguir esto último, proyecta en Las Palmas una granja de cría en la que invertirá 45 millones para producir 3.000 toneladas de pulpo a partir de 2023, algo que ninguna empresa ha conseguido hasta el momento. El año pasado lanzó 57 productos, entre los que hay una pasta elaborada a base de pescado.
La empresa tiene unos 10.000 empleados en 19 países, una flota de 62 barcos y 17 fábricas. Abanca, entidad heredera de las cajas de ahorro gallegas que durante años apostaron fuertemente por la empresa que terminó en concurso, tiene un 97,5% de Nueva Pescanova y busca desde hace tiempo un socio industrial para la multinacional que popularizó a Rodolfo Langostino.