Talento, el talón de Aquiles de la economía española
Debemos atraer a las personas más cualificadas, independientemente de su procedencia, y fidelizarlas en un continente que envejece
Nuestro país se enfrenta a uno de los grandes desafíos de los últimos años y al que tal vez no se esté prestando la gran atención que merece. Cierto es que, cuando estamos viviendo un conflicto bélico en nuestro mismo continente que ha modificado todas las previsiones económicas, se reajustan también las prioridades. Pero hay que ser muy consciente de que el fenómeno que se ha denominado ...
Nuestro país se enfrenta a uno de los grandes desafíos de los últimos años y al que tal vez no se esté prestando la gran atención que merece. Cierto es que, cuando estamos viviendo un conflicto bélico en nuestro mismo continente que ha modificado todas las previsiones económicas, se reajustan también las prioridades. Pero hay que ser muy consciente de que el fenómeno que se ha denominado como ‘La Gran Rotación’, sumado a que no están saliendo de las universidades los perfiles que demandan las empresas, nos sitúa en una clara posición de vulnerabilidad de la que va a ser muy difícil recuperarnos si no se adoptan medidas de forma ágil y efectiva.
El talento debe ser una de las prioridades que deben marcar la toma de decisiones. Somos un país cuya proporción de población por encima de 65 años está creciendo exponencialmente y cuya población joven, pese a ser denominada como “la más formada de la historia”, afronta un problema de desempleo importante, con una tasa cercana al 30% para los menores de 25 años.
Para abordar este reto es crucial la colaboración para reducir el gap entre los puestos que demandan las empresas y los que finalmente no son cubiertos por la falta de perfiles adecuados. Todos debemos formar parte de esta solución, ya que formación y empleabilidad están directamente relacionados. Es necesario reformar el sistema educativo desde el entendimiento y la cooperación. Y hay que hacerlo desde todas sus fases: desde la escuela, donde se deben impulsar competencias como la digitalización, la innovación y la sostenibilidad, hasta la universidad, que debe adaptar sus currículos a la realidad del entorno empresarial, pasando por un nuevo enfoque y mayor desarrollo de la formación profesional.
Estoy seguro de que el empresariado español, desde los diferentes sectores que lo componen, estaría encantado de colaborar con el sistema educativo para poder disminuir el gap antes comentado. También sería una gran oportunidad aprovechar adecuadamente los Fondos Europeos Next Generation destinados a la transformación digital del sistema educativo y desarrollar las competencias más demandadas.
Asimismo, debemos avanzar en la misma línea que está marcando la Unión Europea con medidas dirigidas a atraer el mejor talento, independientemente de su procedencia, y fidelizarlo en un continente que envejece paulatinamente y en el que es necesaria la incorporación de nuevas capacidades.
En este contexto es crítico el apoyo a las empresas, ya que su función es crucial para la generación de riqueza y empleo. Precisamente, los empresarios son muy conscientes de la debilidad que supone la falta de talento. Según el último informe Perspectivas que realiza KPMG en colaboración con la CEOE, un 54% de los directivos españoles considera que el talento es uno de los retos a los que debe hacer frente en el corto plazo y un 40% incluye la atracción, retención y desarrollo del talento entre sus prioridades.
Es un clamor del empresariado español. Y la agenda política debe abordarlo con urgencia.
Juanjo Cano, presidente de KPMG en España