Eurostat certifica que Sánchez cumplió con la promesa de que la factura de la luz de 2021 fuera “similar” a la de 2018
España fue el quinto país con la electricidad más cara de la UE pese a las medidas desplegadas por el Gobierno
Ya antes de la guerra en Ucrania, la factura de la luz había desatado cierta alarma social. Si bien los precios arrancaron en 2021 en mínimos, subieron sin cesar a lo largo del año hasta alcanzar cotas jamás vistas en los mercados mayoristas. Ante esa escalada, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sostuvo en una entrevista a EL PAÍS: “Estamos trabajando con un plan para llegar a un compromiso concreto, y es que al final de 2021 los españoles echen la vista atrás y vean que han pagado en la factura ...
Ya antes de la guerra en Ucrania, la factura de la luz había desatado cierta alarma social. Si bien los precios arrancaron en 2021 en mínimos, subieron sin cesar a lo largo del año hasta alcanzar cotas jamás vistas en los mercados mayoristas. Ante esa escalada, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sostuvo en una entrevista a EL PAÍS: “Estamos trabajando con un plan para llegar a un compromiso concreto, y es que al final de 2021 los españoles echen la vista atrás y vean que han pagado en la factura de la luz una cuantía similar y semejante a la que pagaron en 2018. Ese es el objetivo y el compromiso: que todos los ciudadanos con un consumo medio al final de 2021 paguen una cuantía semejante y similar a la que pagaron en 2018, lógicamente con el IPC descontado”, afirmó.
Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea, dio a conocer este martes los datos sobre la factura eléctrica de los españoles. Y con esa información en la mano, el Gobierno puede decir que cumplió. “Eurostat ha publicado los precios de la electricidad que pagaron los hogares en la UE durante 2021, confirmando que se ha cumplido el compromiso que adquirió Pedro Sánchez”, difundió este martes La Moncloa. Según Eurostat, un hogar español pagó en 2018 un precio medio de 0,2595 euros por kilovatio hora (kWh) si se le aplica la tasa de inflación de entre diciembre de 2018 y diciembre de 2021. Y esa cantidad es superior a los 0,257 euros el kWh del año pasado.
¿Cómo fue posible si los precios no hicieron sino subir durante todo el año, hasta alcanzar máximos históricos en diciembre? Primero, el Gobierno usa los datos de Eurostat y no los del Instituto Nacional de Estadística. Los primeros recogen los del conjunto de los hogares españoles: los del mercado libre (16,2 millones de hogares) y los del regulado (10,5 millones). El organismo español, en cambio, solo tiene en cuenta a las familias con tarifa regulada, que es mucho más volátil.
Medidas fiscales
Fuentes del Gobierno aseguraron que solo los datos de Eurostat recogen la realidad de los precios en España. A su juicio, no hay solo dos mercados, puesto que dentro del regulado hay más de un millón de usuarios que tienen un descuento del bono social, y dentro del libre, multitud de contratos bilaterales. El Ejecutivo tienen en cuenta Eurostat, además, porque permite ver el comportamiento del hogar medio español, el que usa entre 2.500 y 5.000 kWh (el consumo medio en España es de entre 3.000 y 3.500). Y es en esa franja en la que el Gobierno se fija.
Segundo, Sánchez acompañó esa promesa con un paquete de medidas, entre las cuales había una reducción del 97% de los cargos de la factura, una reducción del IVA del 21% al 10%, una reducción del impuesto de la electricidad al 0,5% y una suspensión del tributo sobre la generación de las eléctricas. También amplió los beneficios del bono social. Y tercero, los cálculos del Gobierno aplican la inflación ―a la que también hizo referencia Sánchez—, que en el periodo comprendido entre 2018 y 2021 fue del 6,8%.
Por último, el año fue tremendamente volátil: alcanzó máximos en diciembre, pero en febrero los precios habían sido bajísimos. Fuentes del Ejecutivo recuerdan que eso está ocurriendo también ahora por horas: cuando entra más energía eólica y solar, las tarifas son más bajas. Aun así, todas esas medidas no evitaron que España tuviera la quinta factura más elevada de toda la UE, solo por detrás de Dinamarca, Alemania, Bélgica e Irlanda.