El Banco de España alerta de un aumento de la morosidad por la guerra de Ucrania
El supervisor advierte de que no se ha cerrado la incertidumbre del coronavirus, a lo que ahora se suman los efectos derivados de la invasión rusa
El Banco de España avisa al sector financiero español: la morosidad va a aumentar en los próximos meses. Así lo ha expresado este jueves la directora general de supervisión del banco, Mercedes Olano, en la presentación de la Memoria de supervisión de 2021. “La morosidad va a crecer. Estamos ante una incertidumbre muy grande y todavía sigue sin cerrarse la incertidumbre de la pandemia”, ha asegurado.
Esta afirmación se basa en dos fac...
El Banco de España avisa al sector financiero español: la morosidad va a aumentar en los próximos meses. Así lo ha expresado este jueves la directora general de supervisión del banco, Mercedes Olano, en la presentación de la Memoria de supervisión de 2021. “La morosidad va a crecer. Estamos ante una incertidumbre muy grande y todavía sigue sin cerrarse la incertidumbre de la pandemia”, ha asegurado.
Esta afirmación se basa en dos factores de desequilibrio para la economía española. Por un lado, los estragos que todavía se arrastran de la crisis del coronavirus. “Un 39% de los créditos ICO siguen en periodo de carencia. Muchos empezarán a vencer este trimestre, aunque ha habido una reforma en Consejo de Ministros y se ha abierto la posibilidad de alargar estos vencimientos en algunos sectores seis meses más”, ha recordado la directora general. Es decir, se va a retrasar el momento en el que aflore parte de esta mora.
Además, por otro lado, falta por ver la dureza y duración de las consecuencias del ataque militar ruso a Ucrania. “No vemos todavía los efectos de segunda ronda por la guerra, pero va a generar un encarecimiento de la energía, crecimiento de la inflación y retraimiento de consumo e inversión. Esto afectará mal a la morosidad, aunque no sabemos hasta qué nivel”, ha incidido Olano. Desde el Banco de España se están analizando estos posibles impactos, pero todo queda a expensas de la duración del conflicto bélico y del impacto real que tenga sobre la economía.
Por ello, desde el supervisor que lidera Pablo Hernández de Cos se subraya la necesidad de mantener la prudencia en todos los sentidos. “Las entidades deberán mantener una elevada prudencia, con un reconocimiento adecuado y temprano de los riesgos asociados, a fin de preservar la confianza en el sector y de facilitar el mantenimiento del flujo de crédito a la economía”, recoge la memoria en la presentación del gobernador.
No liberar provisiones
Olano ha confirmado asimismo que la banca tiene que cumplir con la normativa contable vigente en relación con los créditos ICO y sobre los nuevos aplazamientos. La banca pretendía que hubiese algo de manga ancha en este sentido y que pudieran no reconocer como morosidad la parte de los créditos que avala el Estado. Sin embargo, el Banco de España no comparte esa idea y recuerda que tienen que cumplir la regla vigente. Esto supone que las entidades financieras tienen que reflejar la totalidad del crédito como moroso y provisionar entre un 20% y un 25%. “Es una distorsión que existe, pero hay que cumplir la normativa contable. Si no se cumplen las condiciones para que no den de baja del balance un activo, total o parcialmente, las entidades tendrán que convivir con este pequeño desajuste. Hay que cumplir la normativa y no hay más flexibilidad”, ha insistido la directora general de supervisión del banco.
En la memoria también se recoge que las exposiciones a los ICO continuaban presentando bajas tasas de dudoso (2,7% en septiembre de 2021), “aunque tenían tasas significativas de vigilancia especial (21,1% en septiembre de 2021) y comenzaban a mostrar signos de deterioro”. De ahí que el Banco de España mantenga una vigilancia especial, a pesar de que considere que las entidades están bien cubiertas con las provisiones que tienen. Por ello, la subgobernadora Margarita Delgado asegura en la memoria que es necesario que se mantengan en el nivel actual: “Es importante que las entidades analicen adecuadamente los riesgos y no liberen provisiones hasta que la incertidumbre se disipe, especialmente en los sectores más afectados por la crisis”.
Vientos de cola
Tras años con tipos negativos, el sector financiero encara los próximos meses con la previsión de sucesivas subidas de tipos. “Las entidades de crédito deben estar preparadas para administrar correctamente todos los riesgos, y en este caso también deben estarlo para gestionar adecuadamente las variaciones de los tipos de interés. Unos tipos de interés positivos serían el escenario más lógico en un entorno de estabilidad financiera y crecimiento en el que la asignación de recursos se hiciera de manera equilibrada. Las entidades españolas, en general, se encuentran posicionadas favorablemente ante subidas de tipos. No obstante, en estos momentos de enorme incertidumbre geopolítica, es difícil establecer escenarios claros sobre la evolución de los tipos”, explica Delgado en la memoria.
La banca española mejoraría sus márgenes con una subida de tipos, aunque se demorase su reflejo en las cuentas hasta dos años, según fuentes del sector. Además, en estos ejercicios anteriores las entidades se han empleado en la reducción de costes y en el aumento de los ingresos por comisiones. Algo que el Banco de España vigila de cerca: “Los servicios bancarios ya han dejado de ser gratuitos. Lo que nos preocupa sobre esto es que las entidades publiciten adecuadamente estas comisiones, que tienen que corresponder a servicios realmente prestados a los clientes”, ha recordado Olano.
Sobre posibles fusiones, la memoria recoge la posibilidad de que se produzcan uniones transfronterizas, según la subgobernadora del Banco de España. Una posibilidad que la directora general de supervisión ve todavía lejana. Y si solo se tienen en cuenta las opciones de fusiones nacionales, aunque ya se ha producido una concentración importante del sector, Olano ha afirmado que sigue habiendo margen entre las entidades de menor tamaño. Todo ello ayudaría a mejorar la rentabilidad de estos bancos, lo que les permitiría afrontar la nueva realidad del sector. “Hay una creciente competencia de las empresas tecnológicas, el auge de los criptoactivos, el incremento de los ciberriesgos y los riesgos financieros asociados al cambio climático”, incide Hernández de Cos en la memoria.
Modelos de gobernanza
Otro de los puntos clave para el Banco de España son los modelos de gobernanza. La apuesta del BCE, así como del supervisor español, es que la banca transite hacia un modelo que reparta el poder entre presidentes y consejeros delegados, siendo los primeros no ejecutivos. Este cambio no puede ser obligatorio, como ha recordado Olano, ya que la ley permite que haya un presidente ejecutivo. Por lo tanto, los supervisores lo único que pueden hacer es incentivar el cambio a esa forma de gobernanza corporativa, aunque la decisión dependerá de cada compañía.
“La idea del supervisor europeo y del Banco de España es que se migre de un sistema de presidentes ejecutivos con mucho poder hacia uno no ejecutivo, que haya los adecuados contrapesos en el consejo de administración para que estas presidencias ejecutivas funcionen correctamente y que el consejo reciba el reporte directamente del consejero delegado y no solo del presidente”, ha explicado la directora general de supervisión. El último cambio que se ha producido entre los bancos españoles para adaptarse a este nuevo modelo fue el del Santander, que reequilibró el poder de la cúpula: el consejero delegado, José Antonio Álvarez, ganó funciones ejecutivas y ya no depende de la presidenta del grupo, Ana Botín, para reportar directamente al consejo de administración.
Un caso diferente es el de Unicaja, al que Olano no se ha querido referir explícitamente, pero que preocupa al Banco de España. De forma general, sí ha dejado claro que el supervisor sigue muy de cerca la gobernanza de las entidades. “Cualquier deterioro de la gobernanza se puede reflejar en la puntuación que recibe esa entidad en el SREP [el Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora, en sus siglas en inglés, por el que los bancos centrales evalúan y miden regularmente los riesgos de cada entidad], puede suponer un deterioro de la calificación global de la entidad y, por lo tanto, más requerimientos de capital”, ha avisado la directora general de supervisión. Esto se suma a las dudas del Ministerio de Economía sobre la idoneidad de Braulio Medel para seguir al frente de la Fundación Unicaja, máximo accionista de Unicaja Banco.