Las islas, Extremadura y Andalucía, las autonomías expuestas a más riesgos de cara a la recuperación
Madrid fue la comunidad más competitiva en 2020, según el último informe del Consejo General de Economistas
La covid y las restricciones impuestas para frenar los contagios han causado un golpe generalizado a la actividad económica, pero su intensidad ha sido distinta por sectores y comunidades. Este impacto asimétrico, junto a los desequilibrios estructurales preexistentes, dibujan un mapa de riesgo de cara a la recuperación en el que Canarias, Baleares, Andalucía y Extremadura salen como las peores paradas, según ...
La covid y las restricciones impuestas para frenar los contagios han causado un golpe generalizado a la actividad económica, pero su intensidad ha sido distinta por sectores y comunidades. Este impacto asimétrico, junto a los desequilibrios estructurales preexistentes, dibujan un mapa de riesgo de cara a la recuperación en el que Canarias, Baleares, Andalucía y Extremadura salen como las peores paradas, según el Informe de la Competitividad Regional en España 2021, elaborado por el Consejo General de Economistas y presentado este martes.
Este análisis de los riesgos supone un complemento al informe que el organismo difunde desde hace un lustro para ofrecer una instantánea del nivel de competitividad de las regiones. Según el documento, que en esta edición hace referencia al desempeño autonómico en 2020, Baleares, Canarias, Extremadura y Andalucía son las más expuestas a una reactivación débil e incompleta por sus condiciones de partida, y pese a las expectativas que genera la llegada de los fondos europeos.
“La recuperación entraña riesgos. Se ha planteado como una oportunidad para realizar modificaciones estructurales”, ha señalado José Carlos Sánchez de la Vega, director técnico del informe, “que suponen un reto importante que puede verse condicionado por la desigual situación de la que parten las comunidades autónomas”.
El informe tiene en cuenta distintas variables para llegar a esta conclusión. La primera de ellas es el impacto de la pandemia sobre la actividad económica, el empleo y la productividad, concluyendo que los territorios más afectados “tendrán más dificultades (mayor riesgo) para recuperar la senda de crecimiento sostenido”. El segundo criterio es la inclusión, que refleja los problemas de inserción laboral y social; el tercer bloque se refiere a la sostenibilidad, entendida como el nivel de emisiones de CO₂ por habitante y el gasto en protección ambiental, y el cuarto se refiere al nivel de digitalización.
De la foto final emerge que Canarias, Extremadura, Andalucía e Islas Baleares tienen la mayor exposición al riesgo de cara a la recuperación; en el nivel intermedio están Murcia, Comunidad Valenciana, Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Un último grupo que, comparado con el resto, tiene menos dificultades para afrontar una recuperación verde, sólida y sostenible está conformado por Aragón, Principado de Asturias, Cantabria, La Rioja, Cataluña, Comunidad Foral de Navarra, País Vasco y Comunidad de Madrid.
“Hay un componente estructural muy importante; existen problemas de desigualdad territorial que no se pueden resolver de la noche a la mañana”, ha subrayado Sánchez de Vega, quien ha agregado que espera que la distribución de los fondos europeos sirva para reducir estas diferencias. Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España, ha recordado que “los objetivos de transición hacia una sociedad más ecológica, digital e inclusiva son los nuevos retos de la economía, y las comunidades que más deficiencias presentan deben recibir más ayuda”. Por ello, ha reclamado que los fondos Next Generation “se destinen, en cierta forma, a corregir los desequilibrios y diferencias territoriales existentes”.
Madrid, la comunidad más competitiva
Como era de esperar, la competitividad media de las regiones españolas se redujo durante la pandemia, aunque menos que el PIB: se contrajo un 2,3% con respecto a 2019, frente a un desplome de la actividad del 10,8%. Lo que se ha mantenido más o menos invariado es el ranking: Madrid se confirma un año más como la comunidad más competitiva, seguida por Navarra y País Vasco; las regiones menos competitivas vuelven a ser Extremadura, Andalucía y Canarias. Solo Galicia y Comunidad Valenciana perdieron una posición cada una, mientras que ganaron una Cantabria y Asturias.
El índice de competitividad regional (ICREG) se elabora a partir de siete ejes ―entorno económico, mercado del trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructura, eficiencia empresarial e innovación―, que a su vez engloban más de 50 distintas variables. El primero y el sexto eje, relativos al entorno económico y a la eficiencia empresarial, fueron los que más se deterioraron en 2020; la innovación y el entorno institucional al contrario fueron los únicos en experimentar mejoras.
En función de estas variables, el informe agrupa a las comunidades en dos bloques; un grupo de competitividad medio-alta, del que forman parte, en este orden, Madrid, País Vasco, Comunidad Foral de Navarra, Cataluña y La Rioja, y otro de nivel medio-bajo y bajo, que incorpora a Aragón, Castilla y León, Cantabria, Galicia, Asturias, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, Islas Baleares, Canarias, Andalucía y Extremadura. En diez de ellas el ICREG disminuyó, en cuatro aumentó y en tres se mantuvo invariado.
Los descensos más pronunciados se dieron en Baleares y Canarias, los dos territorios más dependientes del turismo y por ende más golpeados por las restricciones a la movilidad. También experimentaron retrocesos Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Navarra y La Rioja y, en menor intensidad, Galicia, Madrid y País Vasco. El índice de Andalucía, Cantabria y Murcia no varió; creció levemente en Castilla y León y Extremadura y más intensamente en Castilla-La Mancha y Asturias ―gracias a la mejora de variables como la tasa de ahorro, el gasto en I+D o el déficit―, aunque no de manera suficiente para revolucionar el ranking.
“A pesar de una clara incidencia asimétrica, tanto la ordenación como la composición no ha sufrido grandes cambios”, ha resumido Sánchez de la Vega. “Pero los resultados deben tomarse con cautela porque están muy condicionados por la pandemia, que provocado casi un terremoto en algunas de las variables con las que trabajamos”, ha matizado.
Competitividad fiscal
El informe también dedica un apartado a la competitividad fiscal, elaborado por la Fundación Avance para la Libertad y la Tax Foundation. El podio lo ocupa Madrid, seguido por los territorios forales de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa. Las regiones menos competitivas fiscalmente son Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón. El secretario general adjunto de Foment del Treball Nacional y vocal del Consejo Consultivo del ICREG, Salvador Guillermo, ha explicado que “las reducciones y bonificaciones en el impuesto del patrimonio, y de sucesiones y donaciones, que casi exoneran de pago a estas figuras, en determinados casos, y la creación de impuestos propios, que en algunas comunidades se han dado de forma intensa, explican en gran parte los diversos niveles de competitividad fiscal" de las comunidades.