La llegada del frío empuja la luz a su semana más cara de la historia
El precio medio semanal de la electricidad en el mercado mayorista supera los 227 euros desde el sábado pasado y supera con creces los niveles de octubre
La llegada del frío con el primer gran temporal de este invierno y el encarecimiento del gas natural vuelven a presionar al alza los precios de la luz. La cotización de la electricidad en el mercado mayorista alcanzará este viernes los 227,59 euros por megavatio hora (MWh) y cerrará la semana con los precios más elevados desde que hay registros. D...
La llegada del frío con el primer gran temporal de este invierno y el encarecimiento del gas natural vuelven a presionar al alza los precios de la luz. La cotización de la electricidad en el mercado mayorista alcanzará este viernes los 227,59 euros por megavatio hora (MWh) y cerrará la semana con los precios más elevados desde que hay registros. Desde el sábado pasado la energía eléctrica ha marcado una media diaria de 227,41 euros, según los datos publicados por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE).
Ni siquiera la segunda semana de octubre, cuando se marcó el pico diario —el 7 de octubre se superaron los 288 euros por MWh—, la media semanal fue tan alta. Este máximo responde, en gran medida, a que los precios se han instalado de nuevo por encima de los 200 euros: desde el jueves de la semana pasada no se baja de esa cota, ni siquiera durante el pasado fin de semana hubo un alivio, pese a que los precios suelen bajar los sábados y los domingos, cuando desciende la demanda de los hogares y la actividad empresarial e industrial es menor.
El mercado mayorista de la luz es el que fija las tarifas que abonan el 40% de los hogares que tienen un contrato regulado (también conocido como PVPC). Esas familias —y también algunas empresas, en su mayoría pymes— son las que están más sujetas a la volatilidad propia de un mercado que cambia día tras día y hora tras hora: cuando los precios mayoristas suben, ven encarecerse su factura; cuando bajan, son los primeros en beneficiarse. El resto de las familias y las compañías, unos 17 millones de hogares que tienen una tarifa de tipo fijo, no están tan expuestas y solo se ven golpeadas por el alza de precios cuando vence su contrato y su suministradora actualiza el precio que les factura, algo que sucederá en los próximos meses.
La semana con los precios de la electricidad más cara de la historia coincide con la aprobación en el Congreso de los Diputados del real decreto que amplía la cobertura del bono social eléctrico. La medida supone aumentar el descuento en la factura para las familias vulnerables (pensionistas, familias numerosas u hogares que perciban menos de 11.862 euros) desde el 25% actual hasta el 60% y hasta el próximo 31 de marzo. Para las familias en situación de vulnerabilidad severa la ayuda crece desde el 40% al 70%.
Además, se amplía el importe mínimo a recibir por el bono social térmico a 35 euros, una cantidad que equivale al precio de dos bombonas de butano. Con esta medida, el Gobierno prevé que las familias españolas reciban una cantidad media de 90 euros por el bono térmico durante este invierno. La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, lamentó que esta semana los precios de la energía en los mercados mayoristas europeos se hayan situado en niveles “inéditos”, aunque recordó que España, junto con Portugal y Polonia, cuenta actualmente con los más bajos, según recoge Efe. Pese a ello, aseguró que los precios “astronómicos” de la electricidad obligan al Gobierno a reforzar la protección de los consumidores y a plantearse los límites de un sistema “que claramente necesita mejoras”.
La norma impulsada por el Ministerio de Transición Ecológica también suaviza el recorte de los beneficios a las compañías eléctricas y precisa qué instalaciones estarán afectadas por la minoración de los beneficios extraordinarios obtenidos por la escalada del precio del gas. Teresa Ribera recordó este jueves que la norma “sirve para completar” el compromiso del Gobierno para que los ciudadanos paguen de media por el recibo de la luz en 2021 el equivalente a lo que se pagó en 2018, como se comprometió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Mientras que el gas natural y los derechos de emisión de dióxido de carbono no aflojen, la luz seguirá siendo un quebradero de cabeza para la mayoría de familias españolas. Y nada parece indicar que ninguno de los dos factores vaya a desaparecer pronto del horizonte energético. El gas natural, que ha cuadruplicado su precio en lo que va de año, depende en gran medida de la voluntad de terceros países de los que depende el suministro europeo (Rusia, Argelia, Noruega) y de los picos de consumo derivados de las condiciones climáticas (el consumo se dispara cuando hace mucho frío o mucho calor). Los expertos creen que, como pronto, habrá que esperar hasta la próxima primavera para ver un abaratamiento consistente y sostenido en el tiempo en el precio de esta energía fósil, con la que se alimentan las centrales de ciclo combinado. Los derechos de emisión, por su parte, van camino de convertirse en un elemento estructural: el objetivo mismo del mercado europeo de CO₂ es fijar unos precios altos para forzar a las empresas más contaminantes a virar hacia formas más limpias de producción.
Tres nucleares paradas
Noviembre empezó bien en el mercado eléctrico, con una bajada de precios diarios sustancial respecto al mes precedente. Pero, con el paso de los días, la dinámica se ha ido torciendo y la media cada vez está más cercana a la registrada en octubre, el mes en el que la electricidad ha sido la más alta de la historia. Las razones de esta subida hay que encontrarlas, grosso modo, en la bajada generalizada de las temperaturas —más uso de las calefacciones siempre es sinónimo de más consumo— y la enésima escalada del gas después de que Alemania sembrase dudas sobre la certificación del gasoducto Nord Stream 2, uno de los que conecta Rusia con la UE.
También han influido otros factores coyunturales, que se disiparán en las próximas semanas, como la parada de tres de los siete reactores nucleares de los que dispone España (Almaraz, Cofrentes y Ascó I) para recargar combustible y llevar a cabo tareas de mantenimiento.
En el medio plazo, sin embargo, la entrada en tromba de nuevos proyectos renovables promete un abaratamiento del precio de la luz. Estas tecnologías, además de ser limpias y respetuosas con el medio ambiente, son mucho más económicas: los precios medios marcados en la última subasta están en el entorno de los 30 euros por MWh, siete veces por debajo de los niveles que marcaba el jueves el mercado mayorista.
Primera tregua de los carburantes desde septiembre
Los combustibles también viven una espiral alcista. Los precios de los carburantes siguen en máximos plurianuales, pero el cambio de tendencia en el mercado invita a un cierto optimismo. A rebufo de un crudo ligeramente más barato en los mercados internacionales, tanto el precio del gasóleo como el de la gasolina registran en la última semana la primera bajada desde principios de octubre, tras 11 semanas consecutivas al alza, según los datos publicados este jueves en el Boletín Petrolero de la Unión Europea.
La gasolina ha registrado una caída mínima, del 0,06% hasta los 1,52 euros, muy cerca de su máximo histórico. El diésel, por su parte, ronda los 1,38 euros tras bajar un 0,36%. Con todo, los combustibles más usados por el parque automovilístico español son, respectivamente, casi un 31% y un 34% más caros que hace un año. La decisión de Estados Unidos de liberar 50 millones de barriles de petróleo de sus reservas petrolíferas para reducir los precios invita a pensar que los precios podrían relajarse en las próximas semanas.