Biden confirma a Jerome Powell para un segundo mandato al frente de la Reserva Federal de EE UU
El presidente opta por la continuidad pese a las críticas del ala progresista de su partido en una coyuntura de alta inflación
En un nuevo revés para la facción progresista del partido demócrata, el presidente Joe Biden ha apostado formalmente por la continuidad de Jerome Powell al frente de la Reserva Federal (Fed, banco central estadounidense). La Bolsa reaccionó con entusiasmo tras conocerse la revalidación del mandato de Powell, que había sido nombrado por el republicano Donald Trump en 2017. La elección de Powell, cuyo mandato expiraba en febrero, implica mantener el statu quo, en una coyuntura inflacionaria y ...
En un nuevo revés para la facción progresista del partido demócrata, el presidente Joe Biden ha apostado formalmente por la continuidad de Jerome Powell al frente de la Reserva Federal (Fed, banco central estadounidense). La Bolsa reaccionó con entusiasmo tras conocerse la revalidación del mandato de Powell, que había sido nombrado por el republicano Donald Trump en 2017. La elección de Powell, cuyo mandato expiraba en febrero, implica mantener el statu quo, en una coyuntura inflacionaria y en vísperas de la paulatina retirada de estímulos que contribuyeron a mantener a flote la economía del país durante la pandemia.
“En este momento de enorme incertidumbre, necesitamos estabilidad e independencia en la Reserva Federal”, ha dicho el mandatario demócrata en un acto conjunto con Powell y la candidata a vicepresidenta de la Fed, Lael Brainard, en la Casa Blanca. “Usaremos todas nuestras herramientas para apoyar la economía y un mercado laboral fuerte, y para prevenir que una mayor inflación se consolide”, ha declarado Powell en la comparecencia. Si es confirmado por el Senado, Powell, de 68 años, seguirá al frente de la Fed otros cuatro años. El de Powell y Brainard es uno de los últimos nombramientos importantes del Ejecutivo demócrata. Según el comunicado hecho público por la Casa Blanca, ambos “continuarán enfocados en mantener la inflación baja, los precios estables y lograr el pleno empleo”.
Powell puso a prueba la capacidad de la Fed con una ayuda sin precedentes, consistente en la compra mensual de bonos por valor de 120.000 millones de dólares (unos 105.000 millones de euros) y el mantenimiento del precio del dinero en torno al 0% desde marzo de 2020. Ahora, con el tapering (retirada de estímulos, en argot técnico) en ciernes, y pese al escándalo provocado por conflictos de interés de algunos responsables de los bancos regionales —que la Fed se vio obligada a atajar con un terminante protocolo—, Powell se beneficia del amplio respaldo de la clase dominante demócrata, entre la que goza de apoyos tan decisivos como el de Janet Yellen, secretaria del Tesoro. La gestión de Powell ha convencido a Biden y le ha hecho desdeñar las reticencias y las críticas del sector más izquierdista del partido, liderado por la senadora Elizabeth Warren, que ha llegado a calificar a Powell de “hombre peligroso”. Otros demócratas progresistas se habían manifestado a favor de un candidato que incluyera como factor clave de su gestión la perspectiva del cambio climático. En conversaciones con Biden este mismo lunes, Powell se ha comprometido a hacer del combate contra el calentamiento global una prioridad en su agenda, según la Casa Blanca.
“Los demócratas renunciaron a la opción de un futuro chivo expiatorio de la inflación en favor de alguien conocido y respetado que contaba con el apoyo de Yellen. Aunque sobre el papel Powell se decanta por una postura ligeramente más agresiva que Brainard, las políticas de ambos son muy similares y Powell aporta más coherencia y menos incertidumbre. Biden aún tiene más nombramientos pendientes para conformar la composición definitiva de la Fed”, valora Dan Suzuki, vicedirector de inversiones de Richard Bernstein Advisors LLC.
La confirmación de Powell al frente de la Fed había hecho correr ríos de tinta en los últimos meses, tanto en el plano político como en el económico, pero la mayoría de las fuentes se inclinaban sin duda alguna por la continuidad. “Aunque pensemos que el mercado es demasiado agresivo en sus precios con respecto a la Reserva Federal y demasiado optimista sobre la posibilidad de un endurecimiento monetario incruento, la credibilidad de la Fed es una de las razones por las que creemos que Joe Biden podría volver a nombrar a Jay Powell”, explicaba la semana pasada Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, en una nota dirigida a sus clientes. “Que la Fed siga siendo creíble ayuda a contener cualquier endurecimiento de las condiciones financieras impulsado por el mercado mientras esperamos que la inflación finalmente decaiga”, añade.
La persistente inflación, considerada inicialmente un fenómeno transitorio pero que con los meses ha adquirido carácter esencial, ha sido uno de los motivos que, según los expertos, han convencido al presidente Biden de optar por la continuidad y evitar experimentos cuando la economía afronta una crisis polifacética, provocada asimismo por el gran atasco global en las cadenas de producción y distribución y por una escasez de mano de obra que incide seriamente en la actividad de sectores clave.
“En resumen”, concluía premonitoriamente Moëc, “lo que el mercado está fijando en este momento es un endurecimiento temprano y preventivo de la política monetaria, que no necesitaría ir muy lejos para evitar que la inflación se vuelva incontrolable. La clave es que el mercado cree que Powell podría hacerlo sin provocar una pérdida masiva de la producción y eso es un resultado neto positivo”.