Estado de bienestar y Europa
El marco nacional se ha quedado estrecho para mantener los derechos sociales conseguidos
El dominio creciente de los mercados globales está minando la influencia de los Estados nacionales en la gestión de los asuntos públicos. Una de sus consecuencias más tremendas ha sido el debilitamiento de las políticas nacionales dedicadas a la distribución de la riqueza. El resultado ha sido un aumento de las desigualdades y de la pobreza.
Los Estados del bienestar (con sus sistemas públicos de pensiones, sanidad, desempleo, viv...
El dominio creciente de los mercados globales está minando la influencia de los Estados nacionales en la gestión de los asuntos públicos. Una de sus consecuencias más tremendas ha sido el debilitamiento de las políticas nacionales dedicadas a la distribución de la riqueza. El resultado ha sido un aumento de las desigualdades y de la pobreza.
Los Estados del bienestar (con sus sistemas públicos de pensiones, sanidad, desempleo, vivienda) construidos durante el siglo pasado fueron el resultado de las luchas de los partidos de izquierda, sindicatos y movimientos sociales en busca de una sociedad más igualitaria. Unos avances sociales, construidos en el marco de los Estados nación, que ahora se ven cercenados por la globalización. El marco nacional se ha quedado estrecho para el mantenimiento de los derechos sociales conseguidos.
El eurodiputado socialista Jonás Fernández ha abordado estos desafíos en un sugerente libro, Volver a las raíces. Una izquierda europea contra la desigualdad (Clave intelectual). Su tesis central es que “la ciudadanía sólo podrá recuperar la soberanía perdida en los mercados globales a través de la Unión Europea”. El hilo conductor de su reflexión es que el futuro de la izquierda y el de la Unión Europea van de la mano. Dicho de otra manera, “sin Europa no hay izquierda”. Según sus palabras “para la izquierda, la soberanía es condición necesaria para revigorizar una agenda centrada en la regulación de los mercados y la redistribución de la renta”.
No estamos ante un argumentario voluntarista y cándido sobre las bondades de la Unión Europea. El autor plantea descarnadamente las graves deficiencias de la Unión y sus propuestas para corregirlas para que pueda ser útil para los ciudadanos. Considera necesario “transparentar el sistema de decisiones” de las instituciones europeas para que los ciudadanos puedan posicionarse en los debates políticos que se producen y no son conocidos. En su opinión “hay que recuperar la legitimidad y credibilidad de la Unión, especialmente si aspiramos a reconstruir una izquierda que pueda cumplir su promesa igualitaria”.
Jonás Fernández plantea con lucidez las carencias que debe superar la Unión para que pueda actuar de manera eficaz. Destaca la creación de un instrumento fiscal para fortalecer el presupuesto europeo y así aumentar la cooperación con las políticas sociales de los Estados. La decisiva respuesta de la UE a la crisis de la pandemia, con un fondo de ayudas financiado con endeudamiento común y la creación de impuestos europeos han mostrado las posibilidades efectivas de Europa para apoyar la acción social.
Las reflexiones del exconsejero del Gobierno Vasco Ramón Jáuregui en Grand Place, la Revista de la Fundación Mario Onaindia, van en la misma dirección. El también exeurodiputado socialista propugna acabar con las distorsiones que están impidiendo el buen funcionamiento de la UE. Así, propone eliminar el Eurogrupo para no limitar el poder de la Comisión Europea y censura la competencia desleal en materia fiscal de algunos Estados para “evitar daños injustos a las recaudaciones nacionales”. Europa gana peso ante los retos económicos y sociales.