Limpieza de dientes vegana y sostenible
Mínima Organics elabora un dentífrico natural en polvo que comercializa en caja de metal, bolsa compostable o a granel
El tubo de pasta de dientes es un imprescindible en el armario del baño de cualquier casa. Un tubo que, en general, está fabricado con una aleación de aluminio y plástico que hace difícil su reciclado. Por ello, cada año, más de 900 millones de estos tubos acaban en los vertederos y los océanos de todo el mundo y, de media, tardan más de 150 años en degradarse. Conscientes de esa realidad, Andrea Vázquez y Juliana Montaño, fundadoras de Mínima Organics, idearon en plena pandemia un producto para...
El tubo de pasta de dientes es un imprescindible en el armario del baño de cualquier casa. Un tubo que, en general, está fabricado con una aleación de aluminio y plástico que hace difícil su reciclado. Por ello, cada año, más de 900 millones de estos tubos acaban en los vertederos y los océanos de todo el mundo y, de media, tardan más de 150 años en degradarse. Conscientes de esa realidad, Andrea Vázquez y Juliana Montaño, fundadoras de Mínima Organics, idearon en plena pandemia un producto para la limpieza dental que fuera respetuoso con el medio ambiente e igual de funcional que cualquier otro.
Una idea que vieron viable después de pasar una temporada en una ecoaldea de Almería, donde Vázquez usó una pasta dental en polvo que hacían ellos mismos. “Cuando volví a Barcelona, lo busqué y no lo encontré. No había nada con sello español, lo que había era de fuera”, señala.
Con su fórmula casera debajo del brazo, ella y su socia visitaron más de 80 laboratorios de toda España hasta que uno en Andalucía se unió a su proyecto y asumió la producción con las premisas que querían las fundadoras: usar materias primas locales como el romero, la salvia o el tomillo, y hacerlo de forma profesional. “No buscábamos un producto artesanal, queríamos que tuviera todos los certificados necesarios y que llevara el sello natural y vegano”, apunta. Un proceso en el que invirtieron 6.000 euros de aportación personal además de un crowfunding de 4.000.
En noviembre del pasado año lo lanzaron al mercado con sabor a menta, salvia, tomillo y árbol de té. Primero lo hicieron a través de su tienda online, que actualmente tienen en fase de mejora, y después llegaron a tiendas físicas, que en este momento suman 132, sobre todo, de cosmética vegana. “Estamos en contacto con cadenas más grandes fuera de este circuito. Tenemos claro es que nosotras directamente no vamos a vender en Amazon. Es posible que nuestro producto esté, pero será a través de alguna de las tiendas”, subraya.
Ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia son sus principales destinos, aunque también han dado el salto fuera a través de tiendas online con sede en Portugal y en Polonia. Llevan vendidas más de 4.500 unidades en bolsa compostable, a granel o en lata de metal, su presentación más vendida. Una cajita con un peso de 30 gramos, con una duración de hasta seis semanas para uso unipersonal. “Nos gustaría que la gente apostara por la bolsa compostable, pero todavía hay reticencias”, añade.
Con dos empleados han facturado, hasta el momento 43.000 euros, con escasos beneficios, que reinvierten en proyectos como el lanzamiento de nuevos sabores como el de sal de Ibiza con limón, o en nuevos productos como una crema dental sin desperdicio o unas tabletas para limpieza dental, con y sin flúor, y en un colutorio que verá pronto la luz.