E Ione Belarra cogió su fusil
La ministra de Asuntos Sociales provoca un encontronazo con Transición Ecológica y la CNMC por las nuevas tarifas de la luz a través de las redes sociales
La ministra Ione Belarra, como la que no quiere la cosa, provocó el pasado miércoles un incendio con perspectivas indeterminadas, al que se sumaron en seguida compañeros de Unidas Podemos y algún otro ministro de la formación. La titular de Asuntos Sociales, cargo que heredó de Pablo Iglesias, decidió intervenir por su cuenta y riesgo para velar por los consumidores por la tarifa de la luz, cosa que no gustó precisamente mucho a los socios de Gobierno y, en particular, a la vicepresidenta cuarta y ministra par...
La ministra Ione Belarra, como la que no quiere la cosa, provocó el pasado miércoles un incendio con perspectivas indeterminadas, al que se sumaron en seguida compañeros de Unidas Podemos y algún otro ministro de la formación. La titular de Asuntos Sociales, cargo que heredó de Pablo Iglesias, decidió intervenir por su cuenta y riesgo para velar por los consumidores por la tarifa de la luz, cosa que no gustó precisamente mucho a los socios de Gobierno y, en particular, a la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, encargada del sector. De paso, también implicó en la pelea a la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, y a las eléctricas, que pasaban por allí.
La fiesta comenzó con la difusión de un tuit (“Este Gobierno tiene que estar en permanente estado de escucha a la ciudadanía y ser empático con las familias a las que les cuesta pagar la luz, pensamos que sería buena idea adelantar la hora valle a las 22h como propone Facua y se lo solicitaremos a la CNMC”). Luego, en efecto, la también candidata a dirigir Podemos, enviaba un correo electrónico a la CNMC en el que aporta, para que se valoren, las alegaciones que la asociación de consumidores Facua presentó en marzo al proyecto de cambio de los cargos del sistema eléctrico que preparaba el Gobierno para el nuevo sistema tarifario que entró en vigor el pasado 1 de junio. Es decir, algo ya conocido y evaluado por el ministerio y la CNMC para la nueva tarifa.
Los cargos, junto a los peajes, son el componente regulado de la tarifa y suponen en torno al 55% (32,6% los cargos y 22% los peajes). Los peajes son los costes de las redes de transporte y de la distribución, que fija la CNMC; mientras los cargos son los que fija el Gobierno asociados al fomento de las renovables, los costes extrapeninsulares y las anualidades para pagar el déficit de tarifa. El resto es el coste de la energía e impuestos.
El hilo de Belarra lo siguió sin pasar mucho tiempo el ministro de Consumo, Alberto Garzón, que no quiso ser menos (“Desde Unidas Podemos estamos preocupados por los precios de los suministros básicos para las familias trabajadoras; seguimos empujando para todas las medidas que rebajen la factura de la luz”).
En medio de los dos, el portavoz del grupo, Pablo Echenique, echó más leña al fuego. Habló de que el Ejecutivo debe escuchar a la ciudadanía y “si algo se ha hecho mal, un Gobierno progresista debe rectificar”. Para remate, anunció que Podemos trabaja en una ley para impulsar una empresa pública de energía para hacer frente al “oligopolio eléctrico”, principal causa a su juicio de la subida de los precios.
Suficiente. Se esperan nuevos capítulos. Pero como dos no pelean si uno no quiere, de momento parece que Ribera prefiere seguir esa política. Transición Ecológica se limitó a decir que ha pedido al supervisor (envió una carta el lunes, o sea antes del lío Belarra) que siga de cerca el impacto de la tarifa, valore si hay consumos cautivos y efectos regresivos y vigile si hay comportamientos contrarios al buen funcionamiento del mercado. Luego, ya se verá. Entre otras cosas, porque las eléctricas reclaman una respuesta aclaratoria.
Por su parte, la CNMC ha recordado que el diseño de peajes, que proviene de una de las famosas circulares que tanta polémica armaron en su día, se ha llevado a cabo a partir de un trabajo de análisis de costes y perfiles de demanda de los colectivos de consumidores. Para el organismo, no es arbitrario ni aleatorio, por lo que sería precipitado modificar los tramos horarios sin un estudio de cómo está funcionado el nuevo esquema. Y, para ello, es muy pronto. No se puede valorar todavía si los ciudadanos planchan o ponen la lavadora de madrugada. Lo que se refleja es que las curvas de consumo real apenas se desvían de las programadas, salvo casos que los expertos atribuyen más a factores como la subida de las temperaturas que al cambio de sistema. Lo mismo ocurre con el aumento del precio de los últimos meses, debido al precio del CO2 y del gas.
El nuevo modelo de peajes, además, transpone la normativa europea. A medio plazo, conforme entren nuevos modelos de negocio, como el autoconsumo, haya mayor penetración de generación renovable y sistemas de almacenamiento, los esquemas de peajes se irán adaptando. De esta forma se resolvería un asunto que lleva tiempo sin resolverse. España es el quinto país con la electricidad más cara de Europa y desde hace lustros se espera la corrección Las asociaciones de consumidores piden reducir impuestos, revisar el mercado mayorista y las tarifas de acceso y fomentar la competencia