Andrea Zanon, el consultor del Banco Mundial que hizo desaparecer 112 millones
Un juzgado investiga por estafa a un financiero italiano por idear una plataforma de criptomonedas que atrapó los ahorros de miles de inversores
De asesor tecnológico de Bill Clinton a consultor del Banco Mundial. De ejecutivo global con 25 años de experiencia a despachar a diario en los encorbatados cenáculos del poder… Cuando el financiero italiano Andrea Zanon se presentaba en sociedad, desplegaba la pirotecnia verbal de un triunfador. O, lo que es lo mismo, la seguridad en sí mismo de un self-made man, un hombre hecho a sí mismo forjado por un máster en Georgetown y fogueado en proyectos tecnológicos en 20 países. Al menos, eso pregonaba en su currículum, don...
De asesor tecnológico de Bill Clinton a consultor del Banco Mundial. De ejecutivo global con 25 años de experiencia a despachar a diario en los encorbatados cenáculos del poder… Cuando el financiero italiano Andrea Zanon se presentaba en sociedad, desplegaba la pirotecnia verbal de un triunfador. O, lo que es lo mismo, la seguridad en sí mismo de un self-made man, un hombre hecho a sí mismo forjado por un máster en Georgetown y fogueado en proyectos tecnológicos en 20 países. Al menos, eso pregonaba en su currículum, donde presumía también de hablar cinco idiomas.
El último invento de Zanon nació en 2020. La llamó Nimbus, una plataforma de compraventa de criptomonedas que prometía una rentabilidad mensual de hasta el 15%. Su mecanismo especulaba con una cartera de divisas digitales y disponía de un supuesto programa informático que blindaba a los clientes de las pérdidas. “¡Podéis aprovechar esta herramienta para empoderaros!”, alentaba Zanon en un vídeo en YouTube el pasado junio.
Registrada en un edificio de la Gran Vía de Madrid, esta grabación es una de las escasas huellas que persisten en la red de este italiano radicado en España. Junto a la cancelación de sus perfiles de Twitter y Linkedin, Zanon se ha evaporado de Internet, el escaparate que utilizó durante el año de pandemia para persuadir a miles a inversores en España de las excelencias de su producto. Su desaparición coincide con la investigación por estafa que desarrolla un juzgado de Huelva contra él y otros siete miembros de Nimbus, entre los que se encuentra como denunciado el economista español Javier García Madruga, exdirector comercial de la plataforma, según los documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
La Guardia Civil cifra el fraude colectivo de Nimbus, una firma radicada en Malta, en 112,5 millones de euros. Y fuentes próximas a la investigación estiman en varios miles el número de víctimas en España de este financiero que presumía de operar desde Madrid con analistas de Nueva York y Washington.
Alentado por el boom del bitcoin, una divisa que se ha revalorizado más del 10.000% en cinco años, el sevillano Francisco M., de 31 años, depositó en Nimbus 1.000 euros. Hoy, no puede recuperar una suma que habría engordado a 6.000 euros con los supuestos intereses. “Te decían que tenían un robot que especulaba con criptomonedas, que compraba y vendía…”, recuerda este empleado de supermercado que desembarcó en la plataforma de la mano de un amigo. Un allegado que, dice, tiene 500.000 euros atrapados. Y que ya tentó a la suerte en Arbistar, una colosal estafa piramidal con criptodivisas que atrapó los ahorros de 32.000 víctimas con el señuelo de una rentabilidad mensual del 15%, la misma que Nimbus.
La vinculación de Zanon con el Banco Mundial —el financiero aseguraba que desembarcó en el organismo en 2007 como asesor de inversiones en Europa del Este y Asía Central— fue el reclamo que empujó a los inversores a aterrizar en la empresa. Un portavoz del Banco Mundial reconoce a este periódico que el italiano trabaja actualmente como “consultor”, aunque la entidad rechaza contestar un cuestionario sobre los detalles de la relación del fundador de Nimbus con la institución. EL PAÍS ha intentado sin éxito confirmar, a través de The Clinton Foundation, si el financiero fue asesor en el área tecnológica del expresidente norteamericano, tal y como alardeaba en sus presentaciones públicas.
La conexión del italiano con España es clara. Zanon creo una empresa con un capital de 3.000 euros en Madrid en noviembre de 2019, semanas antes de presentar en la red su negocio con criptomonedas. Su sociedad, We empower capital S. L., no ha presentado cuentas ni administra inmuebles, según el registro de la propiedad.
Amenazas de muerte
¿Dónde está el financiero? ¿Y el dinero? ¿En qué bolsillo? Las preguntas se amontonan. “No lo sé”, zanja por teléfono el economista Javier García Madruga, a quien las víctimas sitúan como número dos de Nimbus por su condición de director comercial. Ahora se desvincula de la plataforma. “Solo fui contratado como persona externa cinco meses”, se defiende este experto en “ecosistema de emprendimiento”, que dice haber recibido amenazas de muerte de los inversores tras su paso por la compañía. Quizá por eso, elude dar detalles sobre su relación con Zanon.
“No sé nada de él”, abunda Alejandra L., exdirectiva de We empower cities, ciclo de conferencias sobre talento femenino cofundado por Zanon, que en 2019 contó con la participación en Colombia del director del Banco Mundial para este país y Venezuela, Ulrich Zachau. “Creo que el Banco Mundial nunca nos dio fondos directamente”, dice una antigua encargada de esta iniciativa.
Una pirámide de codicia
Las esperanzas para conocer el paradero del italiano están puestas ahora en la investigación judicial. Unas pesquisas que arrancaron después de que un inversor granadino denunciara que el pasado octubre la plataforma suspendió las operaciones y no pudo recuperar sus 9.255 euros. “Nimbus no participaba en ninguna actividad financiera y devino en un esquema Ponzi, donde los intereses —hasta un 0,5% al día— se abonaban con el desembolso de los primeros inversores”, recoge la denuncia. El documento acusa a la estructura, que entre septiembre y octubre del pasado año ingresó 19,2 millones, de saquear los fondos a través de una alambicada telaraña de cuentas. Un enjambre tejido para dificultar el rastreo del dinero. El esquema, sostiene la denuncia, responde a un modelo de pirámide, donde los inversores deben captar a nuevos miembros para mantener engrasado el mecanismo.
El abogado Carlos Aránguez, que defiende a 150 víctimas, conecta la plataforma de Zanon con un esquema Ponzi, como el que levantó hasta 2008 en Wall Street el financiero Bernard Madoff, arquitecto de un fraude de 64.000 millones de dólares. “Nimbus es una estafa piramidal muy sofisticada, en la que se emplean complejos mecanismos de contención para retrasar el desplome de la estructura: a los inversores se les ofrecía todo tipo de alternativas para dilatar el reintegro de sus fondos”, detalla este exfiscal.
Una opinión que comparten los expertos en análisis forense de la consultora Tulip Research. “El dinero de los inversores debe estar en los bolsillos del equipo corporativo de la empresa, los estafadores acostumbran a comprar propiedades en otros países a través de testaferros”, indica un portavoz de esta firma, que asegura haber facilitado información sobre Nimbus a la Policía Alemana. En España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtió el pasado noviembre, un mes después del denunciado colapso de los pagos de la empresa, de que la firma de Zanon no estaba autorizada para prestar servicios de inversión.
La proyección internacional de este caso empujó el pasado abril al juez de Huelva que investiga el fraude a pedir a la Audiencia Nacional que asuma la causa. Entretanto, los clientes recuerdan las soflamas de éxito del visionario italiano. También, cómo prevenía sobre los falsos mesías del enriquecimiento exprés. “¡Hay mucha compañía fraudulenta. Nosotros no somos de los que están aquí tres meses!”, defendía.
El último proyecto de Nimbus se llamó Avalon. Fue una plataforma de inversión. Jugaba en la bolsa americana. Y prometía una rentabilidad anual de hasta el 200%. Hoy, el correo de la compañía creada por el refinado consultor del Banco Mundial devuelve los mensajes.
investigacion@elpais.es