El sector pesquero reclama la vacunación prioritaria de su colectivo para que no peligre la actividad
La confederación española de pesca solicita a Sanidad un plan específico para 45.000 trabajadores por las particularidades de la labor que desempeñan
El sector pesquero alza la voz. Tras más de un año de pandemia y con el proceso de vacunación cogiendo ritmo, esta industria reclama una inmunización prioritaria de sus 45.000 trabajadores (de pesca y flota mercante). Fueron considerados esenciales durante el momento más duro del confinamiento, pero ahora, denuncian, están en la cola para recibir su dosis, lo que no comprenden por las especificidades de la labor que desempeñan. De hecho, Cepesca (Confeder...
El sector pesquero alza la voz. Tras más de un año de pandemia y con el proceso de vacunación cogiendo ritmo, esta industria reclama una inmunización prioritaria de sus 45.000 trabajadores (de pesca y flota mercante). Fueron considerados esenciales durante el momento más duro del confinamiento, pero ahora, denuncian, están en la cola para recibir su dosis, lo que no comprenden por las especificidades de la labor que desempeñan. De hecho, Cepesca (Confederación española de pesca) sostiene que incluso peligra para muchas embarcaciones salir a faenar si no se les vacuna de una forma prioritaria y coordinada.
“Se trabaja en espacios muy reducidos y con alto riesgo de transmisibilidad. Y cuando se trata de pesca de altura, que supone estar en el mar durante un largo periodo de tiempo, hay una clara dificultad de poder vacunarse según el plan del Gobierno”, explica Javier Garat, secretario general de Cepesca. Las comparaciones son odiosas. Y más en este caso si se compara al sector con la Armada, ya que el Ministerio de Defensa es muy estricto para que no embarquen personas no inmunizadas. Entre otras cosas, para evitar los posibles problemas que exponen los trabajadores de la industria pesquera. Aunque a ellos no les queda alternativa.
José Luis Otero, capitán del buque Lodairo, explica su situación con cierta decepción porque se siente desamparado. “Se desconoce lo que es este sector, es la única explicación para las decisiones políticas que se están tomando”, asegura en alusión a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien aseguró que los trabajadores del mar se vacunarán cuando les toque y con la vacuna que les toque, no antes. “Los buques de altura están muchas veces a varios días del puerto más cercano. Imagina si enferma el capitán o el primer oficial... ¿Quién lleva el barco entonces?”, se pregunta.
Los principales riesgos derivados de esta profesión se podrían resumir en dos: por un lado, el espacio es reducido (es casi imposible mantener la distancia de seguridad durante su labor). Y el otro es que cuando les toque recibir una dosis puedan estar en alta mar y no les sea posible asistir. “Por eso planteamos que se nos aplique la de Janssen, que es monodosis. Y que se hagan pautas de vacunación conjunta por barcos, para que quede toda la tripulación inmunizada antes de embarcar”, sostiene Garat. Joseba Arego, armador y patrón de Nuevo Atxarre, de Castellón, insiste en esta necesidad: “Es muy difícil coordinar los trabajos si no se sabe cuándo va a tocarle a algún compañero. Para los que navegamos en el Mediterráneo puede ser más fácil, pero hay otros compañeros en una situación muy difícil”.
Además, Cepesca añade algunos cambios que se podrían incluir una vez que este colectivo ya esté vacunado: “Algo interesante para la flota que está fuera es que se registre que está vacunado en la libreta de navegación que lleva cada tripulante. Con eso, cuando vaya a países terceros, no tendrían que cumplir todos los protocolos que se exigen como realizarse un test PCR, cuarentenas obligatorias, etcétera”.
Los trabajadores, mientras tanto, se sienten desprotegidos. Especialmente cuando hay algún caso de contagio a bordo y el puerto más cercano es el de un país con una sanidad precaria. “No quiero que me vacunen antes que a una persona mayor o alguien que lo necesite, pero ahora que hay dosis suficientes debería ser el momento de los trabajadores del mar”, insiste Otero justo antes de reconocer el miedo que siente: “La semana que viene salgo otra vez y estoy acojonado. Mucha gente cree que estamos aislados en alta mar, pero no es así. Por ejemplo, tenemos inspecciones casi todas las semanas y si uno de nosotros se contagia es un problema para todos”.
El sector agroalimentario se suma a la petición
Pese a las demandas (se le ha enviado la petición al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas), el Ejecutivo central sigue sin cambiar su hoja de ruta. Los gobiernos regionales, por su parte, sí han comenzado a virar su rumbo. “En el País Vasco ya se ha vacunado a todos los trabajadores del mar. Y Galicia ha dicho que si Sanidad no hace nada, tendrán que ponerle remedio ellos”, asegura Garat.
El sector agroalimentario, a través de las patronales de la distribución y del gran consumo, también lleva semanas reclamando la inmunización de su colectivo. En concreto, cifran en 2,3 millones los trabajadores que llevan desde hace más de un año trabajando presencialmente en supermercados, grandes superficies, gran consumo, cooperativas agroalimentarias o fabricantes de bebidas y que ahora deberían ser prioritarios.
Esta petición ha llegado incluso al Congreso de los Diputados esta semana, de la mano de Ignacio García Magarzo, director general de Asedas. “Comprendemos y compartimos los criterios éticos de vacunación de grupos de mayor riesgo que han estado condicionados por la disponibilidad de dosis. Pero, una vez que se está terminando de vacunar a esta población, y también a los trabajadores de otros sectores esenciales con independencia de la edad, es el momento de proteger a los trabajadores esenciales de la cadena agroalimentaria”, solicitó Magarzo. Por el momento, a la cadena alimentaria les toca esperar hasta que puedan catar las vacunas.