Mi gran año 2020: Amazon, Zoom o el bitcoin nadan a contracorriente

Confinamientos y cambios de hábitos han destruido muchos negocios, pero unos pocos se han visto beneficiados

Madrid -
Un repartidor de Uber pasa por delante de una pequeña cafetería del centro de Valencia.Mònica Torres

Si alguien despertara del coma tras un año dormido y tuviera como única fuente de información económica la evolución de las Bolsas estadounidense y alemana, diría que ha sido un año aceptable. No espectacular, pero con ganancias, algo que no siempre sucede. Aunque parezca imposible tras todo lo sucedido, el S&P 500 y el Nasdaq en Nueva York, y el Dax 30 en Berlín rondan máximos históricos estos días. La pandemia parece no haber existido para ellos, como si la economía real agrandara su desconexión de los mercados. Tampoco lo parece para un puñado de compañías y activos que han ido mucho má...

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Si alguien despertara del coma tras un año dormido y tuviera como única fuente de información económica la evolución de las Bolsas estadounidense y alemana, diría que ha sido un año aceptable. No espectacular, pero con ganancias, algo que no siempre sucede. Aunque parezca imposible tras todo lo sucedido, el S&P 500 y el Nasdaq en Nueva York, y el Dax 30 en Berlín rondan máximos históricos estos días. La pandemia parece no haber existido para ellos, como si la economía real agrandara su desconexión de los mercados. Tampoco lo parece para un puñado de compañías y activos que han ido mucho más allá de aguantar el tipo: se han visto catapultadas por los cambios de hábitos propiciados por el virus.

Amazon. Al empezar 2020, el gigante del comercio digital ya era un monstruo que ingresaba más de 250.000 millones de euros anuales —el equivalente a nueve veces lo que la española Inditex—, y ganaba más de 10.000 millones. La pandemia, pese al gasto en material de protección llevado a cabo por la compañía de Jeff Bezos para proteger sus instalaciones y empleados, no ha hecho sino acrecentar ese dominio: en el segundo trimestre del año los beneficios doblaron los del mismo periodo del año anterior, y en el tercero los triplicaron. La clave es simple: los confinamientos han aumentado el tiempo que los consumidores pasan en casa, haciendo crecer las ventas por Internet, y ningún competidor tiene un catálogo mayor y es capaz de entregar algo en menos tiempo que Amazon. La respuesta a ese poder cada vez más incontestable no ha tardado: las alcaldesas de París y Barcelona han llamado públicamente a boicotear a la empresa, y han surgido iniciativas paralelas como la de los libreros españoles agrupados en todostuslibros.com, que llaman al cliente a optar por alternativas locales. Solo la acción de las autoridades de Competencia europeas y estadounidenses parece capaz de inquietar la inercia arrolladora con que funciona una marca global rodeada por un aura de fiabilidad.

Zoom. Es de esperar que en algunos inversores del servicio de videollamadas Zoom, sus movimientos provocaran sentimientos encontrados. La plataforma llegó a desplomarse más de un 25% en Bolsa en solo dos sesiones después de que Pfizer anunciara la efectividad de su vacuna. El éxito de su plataforma depende de que reuniones de trabajo, amigos o familia sigan siendo a distancia a través de la pantalla, con lo que sus movimientos han seguido una lógica inversamente proporcional a la crisis sanitaria: cuanto peor, mejor. Las perspectivas de que en 2021 las vacunas puedan poner coto a la pandemia no han hecho, sin embargo, que retroceda a la casilla de salida. Sus acciones ganan este año más de un 400% ante la perspectiva de un cambio de hábitos permanente en el que el teletrabajo sea mucho más habitual que antaño. Las cifras muestran que el ascenso de Zoom ha sido fulgurante: en todo 2019 tenía dos millones de usuarios activos, una cifra que ya había superado en los dos primeros meses de 2020. En el mes de abril, sus llamadas de fin de semana ya se habían multiplicado casi un 2.000%. La compañía vale hoy 100.000 millones de dólares.

Captura de pantalla del evento virtual de la 'British Ladies Association'

Plataformas de streaming. El éxito de Netflix durante los meses de confinamiento puede explicarse en un suceso: el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, llegó a llamar al consejero delegado de la plataforma, Reed Hastings, para pedirle que redujera la calidad de sus vídeos ante el temor de que Internet colapsara y se provocaran cortes en la conexión. La operadora aceptó. Como ella, sus competidores Amazon Prime, HBO y Disney Plus han multiplicado sus usuarios. Durante el confinamiento, esta última llegó a estrenar la película Mulan exclusivamente en su plataforma, esquivando el tradicional paso por los cines, por un precio de 21,99 euros, lanzando el mensaje de que las salas han dejado de ser imprescindibles en su estrategia.

Durante el confinamiento, Disney llegó a estrenar la película Mulan exclusivamente en su plataforma, esquivando el tradicional paso por los cines, por un precio de 21,99 euros

El bitcoin. Antes del 16 de diciembre, la controvertida moneda virtual nunca había pasado de 20.000 dólares. En máximos históricos, este sábado ha llegado incluso a rebasar la barrera de los 30.000. Mientras críticos como el célebre economista norteamericano Nouriel Roubini siguen calificando a la moneda virtual de estafa, la entrada de inversores institucionales ha ayudado a elevar su precio, altamente volátil. Sus valedores lo defienden como un nuevo valor refugio en sustitución del oro frente a un posible regreso de la inflación por la oleada de estímulos.

Pequeñas farmacéuticas. La estadounidense Moderna y la alemana BioNtech han vivido su mejor año por participar en la elaboración de la vacuna más esperada. A diferencia de los tradicionales gigantes farmacéuticos, cuyo valor es ya muy elevado, el bajo umbral del que partían ha permitido a estas dos empresas biotecnológicas disparar su valor. BioNtech, que ha desarrollado su vacuna junto a Pfizer, sube más de un 100% en Bolsa, mientras que Moderna lo hace más de un 400%.

Una mujer es vacunada en la residencia de mayores Domusvi, en Alcalá de Henares.Fernando Villar (EFE)

Bizum. Tras unos inicios titubeantes años atrás, la solución de pago por móvil de la banca española ha superado este año los 12 millones de usuarios. En un entorno de cierre de oficinas, con el dinero en efectivo en retirada y la banca en pleno proceso de digitalización, su uso está cada vez más extendido. ING ofreció a los clientes la posibilidad de usarla desde este verano. Y El Corte Inglés firmó este mes un acuerdo con el BBVA para incorporarla como medio de pago online.

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Empresas de entrega de comida a domicilio. El movimiento de bicicletas cargadas de comida ha continuado este año incluso en el escenario apocalíptico de calles desiertas y locales cerrados. Muchos bares y restaurantes han dependido de los envíos a domicilio para salvar su negocio, y eso ha beneficiado a plataformas como Just Eat, Glovo o Uber Eats. Esta última, por ejemplo, destaca a España y Japón como los países donde más crecieron las entregas de comida, más de un 300%. De cada 10 dólares que ha ingresado la compañía este año, seis provenían de su negocio de transporte de pasajeros y cuatro de Uber Eats, unas cifras mucho más parejas que en 2019, cuando se imponía con claridad la pata de movilidad con 7,5 dólares de cada 10.

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