Funcas augura una recaída de la economía española en el cuarto trimestre y menos vigor en 2021
El PIB sufrirá un descenso del 3% entre octubre y diciembre, según las previsiones del think tank de las antiguas cajas de ahorros
Antes de la recuperación, un breve e inoportuno retroceso. Funcas ha empeorado este viernes sus previsiones sobre la economía española para el cuarto trimestre. El think tank de las antiguas cajas de ahorros calcula que la actividad se contraerá un 3% entre octubre y diciembre, frente al avance del 3,9% que pronosticaba hasta ahora. La reintroducción de restricciones por la segunda ola ha propiciado un giro de 180 grados en sus predicciones en tan solo dos meses, cuando la tregua veraniega hizo pensar en la continuidad del rebote a final de año. España no estará sola en su regreso a núm...
Antes de la recuperación, un breve e inoportuno retroceso. Funcas ha empeorado este viernes sus previsiones sobre la economía española para el cuarto trimestre. El think tank de las antiguas cajas de ahorros calcula que la actividad se contraerá un 3% entre octubre y diciembre, frente al avance del 3,9% que pronosticaba hasta ahora. La reintroducción de restricciones por la segunda ola ha propiciado un giro de 180 grados en sus predicciones en tan solo dos meses, cuando la tregua veraniega hizo pensar en la continuidad del rebote a final de año. España no estará sola en su regreso a números rojos: “El debilitamiento de la actividad desde septiembre apunta a una recaída de la economía en el cuarto trimestre en toda Europa”, señala el texto. El Gobierno maneja datos mucho más optimistas. “El escenario central para el cuarto trimestre no es de una caída o crecimiento negativo del PIB”, aseguró la semana pasada la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
El consenso de los analistas de los 20 servicios de estudios que integran el panel de Funcas también ha rebajado sus expectativas para 2021. Consideran que la inercia negativa del último trimestre provocará “un efecto arrastre” que lastrará el avance previsto en un primer momento, cuando las perspectivas de cierre de ejercicio eran mejores. Eso se traducirá en un rebote del PIB el año que viene del 6,5%, ocho décimas menos que la anterior. Si se cumplen sus previsiones, la economía comenzará enero in crescendo hasta tocar techo en el tercer trimestre del año, cuando mejoraría un 4%.
El único indicador que mejora es el PIB de 2020. Pero no es porque aprecien repunte alguno, sino debido a que los datos que publicó el Instituto Nacional de Estadística en el tercer trimestre fueron sensiblemente mejores a las previsiones del panel. Este cifró la mejora en el 11,5%, mientras que finalmente la remontada fue mucho más pronunciada, del 16,7%, por encima de lo esperado por el propio Gobierno. Al adaptar sus números a ese rebote sin precedentes, que queda ligeramente eclipsado por el bajón de final de año, el balance final del fatídico año 2020 tampoco experimenta un cambio significativo: el PIB retrocederá, según los analistas, en el -11,8%, frente al -12% anterior.
También aquí, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se mueve en latitudes más favorables que los servicios de estudios: el Gobierno prevé una caída del PIB del 11,2% para este año y un crecimiento del 7,2% para el próximo, que incluso podría elevarse al 9,8% con el empujón de los fondos europeos.
La sorpresa positiva del tercer trimestre ha evidenciado la dificultad de interpretar correctamente los indicadores en un escenario que cambia rápidamente, de una semana para otra. Entre los servicios de estudios que participan en el panel de Funcas hay notables divergencias, con amplias horquillas en las previsiones de crecimiento para el año que viene, concretamente de entre el 5 y el 8,7%, impensables en tiempos de normalidad, con lo que el Gobierno, consciente de la alta volatilidad, no ve descabellado volver a dar la campanada en el cierre del año. Para eso, visto el deterioro de los medidores del sector servicios y el pesimismo del Banco Central Europeo y de las principales casas de análisis, bastaría con mantener estancado el PIB en el cuarto trimestre, y convertir 2021 en el año del borrón y cuenta nueva.
Pese al rebote del año próximo, Funcas cree que el empleo no empezará todavía la digestión de la pandemia: estima que la tasa de paro media anual se situará en el 16,9% este año y en el 17,5% en 2021, todavía por debajo de la barrera del 20% en que se movió durante nada menos que 22 trimestres tras la Gran Recesión. Los ERTE han contenido una sangría que podía haber adquirido proporciones mucho mayores: 2,7 millones de trabajadores han salido de los expedientes de regulación temporal conforme la economía se reabría, y a finales de octubre quedaban unos 600.000. Sin embargo, las cicatrices del mercado laboral español tardarán años en cerrarse: el FMI no espera que el empleo recupere los niveles prepandemia hasta 2026.