La resiliencia del sector asegurador
El sector parte de unos niveles de rentabilidad y solvencia elevados para afrontar la crisis
En un entorno de incertidumbre como el actual y tras la experiencia de la anterior crisis financiera, se torna evidente la preocupación de los grupos de interés ligados al sector financiero (clientes, empleados, accionistas). Las aseguradoras, que ya en crisis anteriores demostraron su resiliencia, vienen superando la crisis de forma solvente y, salvo casos aislados, se espera que continúen del mismo modo en los próximos años.
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En un entorno de incertidumbre como el actual y tras la experiencia de la anterior crisis financiera, se torna evidente la preocupación de los grupos de interés ligados al sector financiero (clientes, empleados, accionistas). Las aseguradoras, que ya en crisis anteriores demostraron su resiliencia, vienen superando la crisis de forma solvente y, salvo casos aislados, se espera que continúen del mismo modo en los próximos años.
El sector parte de unos niveles de rentabilidad y solvencia elevados, observándose una rentabilidad media en el último ejercicio cercana al 11% ligeramente por encima de la del año anterior. Si bien esta ratio podría verse reducida en los próximos años por el entorno económico, los niveles de partida son muy confortables. Otro de los aspectos a destacar son sus elevados niveles de solvencia, cercanos a dos veces y media sus requerimientos de capital, situándose por encima de los dos años anteriores y de la media europea.
Adicionalmente a estos factores, la aplicación de estabilizadores automáticos fijados por la normativa europea de Solvencia II, como la reducción de requerimientos de capital por tenencia de acciones en caso de caídas bruscas de su valor de mercado (equity adjuster) y, la aplicación de los ajustes por volatilidad y/o por casamiento en sus obligaciones a largo plazo, han conferido cierta inmunización a sus balances frente a incrementos de spreads de sus activos. La utilización de este ajuste por casamiento ha sido una característica diferencial del sector asegurador español frente a sus homólogos europeos, dotándole de capacidades de gestión de riesgos más eficientes.
Pese a lo anterior, el sector asegurador se enfrenta a grandes retos intrínsecos al negocio. Por un lado, la reducción de ingresos por primas vinculadas directamente a la caída del PIB en los ramos de no vida y, por otro, al entorno de inestabilidad en los mercados y bajos tipos de interés en el ramo de vida. Otro gran reto es la aceleración de la digitalización, especialmente en lo relativo a los procesos de comercialización y atención a clientes. Asimismo, el compromiso con la sostenibilidad en la reconstrucción de la economía se torna imprescindible.
Por último, cabe destacar la responsabilidad mostrada mayoritariamente por el sector a lo largo de la crisis, asumiendo siniestros causados por la pandemia pese a estar excluidos en sus pólizas, flexibilizando cuotas y prestando servicio a sus asegurados en una situación compleja. Esta contribución del sector asegurador a la recuperación de la economía real, no obstante, podría verse amenazada en ciertos ramos como el del seguro de crédito, por la falta de apoyos públicos suficientes, al contrario de lo que ocurre en otros países europeos.
Iratxe Galdeano y Alfredo Yagüe son profesores de Afi Escuela de Finanzas
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