Las empresas de servicios exigen luchar contra la economía sumergida
Las compañías insisten en que los ERTE se prolonguen hasta que se recupere la actividad
Las empresas del sector servicios que han cerrado la cuarta jornada de la cumbre empresarial, han puesto el énfasis en la necesidad de luchar contra la economía sumergida. En las diversas intervenciones de distintos subsectores han insistido en el mensaje de que los ERTE se prolonguen hasta que se recupere la actividad de las compañías.
En esa exigencia ha sido especialmente incisivo Antonio Llorens, presidente de la asociación de empresas de restauración colectiva Food Services España, uno de los sectores más lacerados por la c...
Las empresas del sector servicios que han cerrado la cuarta jornada de la cumbre empresarial, han puesto el énfasis en la necesidad de luchar contra la economía sumergida. En las diversas intervenciones de distintos subsectores han insistido en el mensaje de que los ERTE se prolonguen hasta que se recupere la actividad de las compañías.
En esa exigencia ha sido especialmente incisivo Antonio Llorens, presidente de la asociación de empresas de restauración colectiva Food Services España, uno de los sectores más lacerados por la crisis. El ejecutivo catalán, que no vaticina precisamente una recuperación pronta, pide que los expedientes se mantengan “hasta la recuperación de la actividad y al menos hasta final de año”. Asimismo, exige medidas que permitan acompasar los inminentes cambios de hábitos que afectarán a la nueva normalidad y que obligarán modificar las relaciones contractuales de las empresas con sus clientes.
Rodrigo Martín Velayos, presidente de Randstad, ha coincidido en esa petición de no fijar fecha y sí vincular los ERTE a la recuperación. Pero en lo que ha puesto más intensidad ha sido en la lucha contra la economía sumergida, verdadera lacra en el sector servicios. Asimismo, ha pedido combinar la flexibilidad en materia laboral y la seguridad jurídica y “el fomento de la empleabilidad con una mejora del sistema educativo y las políticas activas de empleo, la formación debe ser continua”.
En parecidos derroteros se expresó Cintia Pascual, lideresa de Ceaps (Círculo Empresarial de Atención a las Personas), quien ha propuesto revisar las reglas del juego y resaltado la colaboración público-privada porque “saca lo mejor de cada casa”. También ha valorado un “cambio reputacional” para los empresarios de manera que se ponga en valor “todo lo que hemos hecho durante los últimos años”.
Mientras, María José Álvarez, presidenta del grupo Eulen, se ha detenido en resaltar que los problemas de liquidez llevan a plantear que la Administración no retrase los pagos a proveedores. La empresaria vizcaína de origen leonés ha pedido también estabilidad normativa y seguridad jurídica, así como no subir los impuestos.
El presidente de la multinacional de trabajo temporal Adecco, Enrique Sánchez, ha insistido, tras subrayar que “El motor [de la economía] está gripado”, en “aflorar la economía sumergida” como una de las medidas que debe afrontar el Ejecutivo. Además, ha significado la importancia de reducir la carga fiscal y de transmitir certidumbre y seguridad jurídica. “No es momento para probaturas ni para cambiar las normas”, ha dicho en referencia a la reversión de la reforma laboral. Luego de decir que está todo inventado y que se puede “copiar y pegar” medidas de otros países, ha centrado el tiro en cuatro frentes en los que actuar: políticas activas de empleo, temporalidad, empleo juvenil y sistema educativo en el sentido de arreglar “el enorme gag que existe entre las necesidades de las empresas y la formación”.
Por su parte, el presidente de la ingeniera Ayesa, José Luis Manzanares, ha demandado un tratamiento fiscal favorable a la exportación y para las empresas que trabajan en el exterior. También ha señalado que a la hora de resolver las licitaciones públicas se debería de primar el mantenimiento de empleo. Manzanares recordó que la crisis de 2008 “fue muy cruel con las ingenierías, ya que desapareció el 80% de las empresas” y recalcó que estamos ante una recesión mucho peor que afecta a todo el mundo. El presidente de Ayesa también hizo un llamamiento al sector privado. “No solo el Gobierno debe cuidar la ingeniería. Todos debemos caminar “hacia una nueva ingeniería del siglo XXI, apostando por la tecnología y la innovación”.