El Gobierno anima a que otras comunidades adelanten la llegada de turistas extranjeros
El ministro Illa asegura que cualquier región puede sumarse a la prueba piloto que realizará Baleares con viajeros alemanes a partir del 15 de junio
El Gobierno continúa en la desescalada de la actividad turística facilitando la llegada de turistas extranjeros a España. Primero se le puso fecha al pistoletazo de salida al turismo internacional: el 1 de julio. Luego se anunció que para entonces no habría cuarentena. Y después que se negociaba la creación de rutas turísticas con otros países europeos antes de esa fecha. Algo que se concretó este lunes con el ...
El Gobierno continúa en la desescalada de la actividad turística facilitando la llegada de turistas extranjeros a España. Primero se le puso fecha al pistoletazo de salida al turismo internacional: el 1 de julio. Luego se anunció que para entonces no habría cuarentena. Y después que se negociaba la creación de rutas turísticas con otros países europeos antes de esa fecha. Algo que se concretó este lunes con el visto bueno a la llegada de viajeros alemanes a Baleares a partir del próximo lunes, 15 de junio. Y este martes dio más margen al resto de regiones para sumarse a esta nueva realidad. “Otras comunidades autónomas tienen la posibilidad de ponerlo en práctica en forma de plan piloto si así lo consideran pertinente”, aseguró el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Baleares será la primera región de España que reciba turistas extranjeros. Lo hará a partir del lunes en una prueba de dos semanas en la que llegarán 10.900 viajeros desde Alemania. Los visitantes tendrán que rellenar un cuestionario de salud, se les tomará la temperatura y tendrán que facilitar un número de contacto y el lugar donde se hospedan. Entre las condiciones y medidas de seguridad que se incluyen para la llegada controlada de turistas antes del 1 de julio no está la realización de un test PCR previo, algo que sí exigía Canarias para formar parte de esta prueba piloto. “Si hay síntomas sí se realizará la PCR al turista y también a los contactos directos. Ese es el criterio sanitario en Europa”, justificó este martes en rueda de prensa Iago Negueruela, consejero de Turismo de Baleares.
El procedimiento es relativamente sencillo. Los turoperadores y compañías aéreas que realicen las conexiones para la segunda quincena de junio tendrán que facilitar la lista de pasajeros. Así, el Gobierno balear se cerciorará de que no se sobrepase la cifra de 10.900 viajeros. Los turistas tendrán que rellenar un cuestionario de salud sobre sintomatología y presentarlo en el aeropuerto a su llegada. En ese momento será cuando se les tome la temperatura corporal. En los casos en que no haya ningún síntoma relacionado con el coronavirus, podrán comenzar sus vacaciones en las islas. Eso sí, tendrán que facilitar un número de contacto y el lugar en el que se hospedarán, ya sea un hotel o vivienda para los casos de ciudadanos con segunda residencia en la región. Algo muy similar a lo que se realizará en toda la red de aeropuertos de España en la llamada nueva normalidad.
La situación será diferente si el viajero presenta algún síntoma compatible con la covid, por ejemplo que tenga una temperatura corporal superior a 37,5 grados. Entonces, tras una entrevista clínica individual para confirmar que es un caso sospechoso, se le realizará un test PCR. “Si da negativo, podrá seguir con sus vacaciones. Si da positivo, se le aislará”, explicó Francina Armengol, presidenta de Baleares. Si un turista que da positivo en coronavirus cuenta con una segunda residencia, podrá pasar allí el periodo indicado de cuarentena. Y si está alojado en un hotel, el Govern facilitará otro establecimiento en el que podrá pasar los días necesarios sin coste. Además, se hará un seguimiento de sus contactos directos y se realizarán test para comprobar si hay más positivos.
De esta forma, el Govern —con la autorización del Ejecutivo español— pondrá a prueba el sistema antes de que en julio puedan llegar más viajeros a Baleares y al resto de España. Desde el Ejecutivo se ha negociado también para realizar esta prueba con Canarias, pero la comunidad no ha querido en las condiciones actuales. “Consideramos que las medidas de seguridad establecidas son insuficientes y que este proyecto no contempla condiciones para su escalada en las magnitudes de visitantes que se producirá tras la apertura y, por tanto, será ineficaz para testar la aplicación de medidas que garanticen la seguridad sanitaria”, afirmó la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, en una carta remitida el viernes al Ministerio de Turismo.
Reino Unido, descartado
Además de Alemania, el otro gran emisor de turistas para España es Reino Unido. Sobre la posibilidad de cerrar un acuerdo similar, los dirigentes del Gobierno balear lo han descartado para antes de julio. “Con Alemania estamos en una situación epidemiológica similar y con Reino Unido no. Además, con Alemania se negocia dentro de las condiciones de la UE y el espacio Schengen, algo que no se cumple con Reino Unido”, justificó Negueruela. Sin embargo, el conseller reconoció que existen conversaciones con turoperadores y autoridades británicas para reactivar su llegada cuanto antes.
El adelanto en la apertura parcial de fronteras servirá para cumplir tres objetivos principales: por un lado, para poner a prueba todos los protocolos en aeropuertos, hoteles, playas y otras zonas de ocio. Para comprobar que el sistema de salud y de rastreo de posibles casos es suficiente y eficaz. Y para tener una ventaja competitiva sobre el resto de destinos con los que pelea Baleares por quedarse los viajeros de este verano. “Ayuda a comercializar los viajes y que no se retrase más la compra por la incertidumbre de si se podrá o no viajar. El proyecto piloto servirá para que los posibles viajeros sepan que somos un destino seguro”, explicó Negueruela.
Además, con la prueba de Baleares se podrán hacer las modificaciones necesarias en los protocolos y en los destinos para que estén mejor preparados antes de la vuelta del turismo internacional y evitar así en lo posible riesgos de contagio. Esa es la idea inicial, aunque también supondrá un poco de aire fresco para la economía de Baleares, muy golpeada por la crisis.
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