Las recetas del gobernador del Banco de España para superar la crisis

Cos preparó su intervención a conciencia para despertar el interés de los diputados y pedir un pacto para varias legislaturas

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, durante su comparecencia.J.J.Guillen (EFE)

El lunes un rayo de esperanza atravesó el Congreso de los Diputados. En medio de tantas desavenencias entre los partidos que no llevan más allá de lo que alumbran las luces cortas de próximos comicios, los asistentes a la Comisión de Economía acabaron, todos sin excepción, halagando la intervención del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que reclamó un pacto que abarque varias legislatu...

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El lunes un rayo de esperanza atravesó el Congreso de los Diputados. En medio de tantas desavenencias entre los partidos que no llevan más allá de lo que alumbran las luces cortas de próximos comicios, los asistentes a la Comisión de Economía acabaron, todos sin excepción, halagando la intervención del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que reclamó un pacto que abarque varias legislaturas para abordar reformas estructurales. No salió a hombros porque no se estila en el Parlamento y porque no asiste público, pero más de uno lo habría hecho de buena gana para abanderarlo contra la pandemia (sanitaria e intelectual) y la división, plasmada solo 48 horas después en el debate para ampliar el estado de alarma en el que ninguno, absolutamente ninguno, de los intervinientes hizo referencia al discurso del gobernador. Una discordia que se comprobó, sobre todo, en el pacto tripartito (PSOE, Unidas Podemos y Bildu) hecho a espaldas del resto de grupos, de los agentes sociales e incluso de algunos miembros importantes del Gobierno. Un episodio que ha originado un escándalo mayúsculo y que rompe el consenso que reclama Cos, al que le habrá parecido desastroso.

Cos no fue al Congreso para que luego hablaran de él y de la consistencia de su discurso. Llegó con ganas de decir las cosas claras, tal como se ven desde la institución que gobierna y como las ve él mismo. Se preparó la intervención a conciencia para despertar el interés de los diputados desde que fue convocado para acudir al Congreso a petición de ERC, a la que se sumaron socialistas y populares. De esa manera, ante “unas circunstancias especialmente duras”, acertó a adornar los datos con la didáctica precisa. Y, de paso, despejó esa impronta de semidios que tradicionalmente ha acompañado a la figura del gobernador en el Parlamento, sea quien fuere su ocupante.

El objetivo de Cos era que los diputados tomaran conciencia de la gravedad de una crisis que puede llevar a que la economía española tenga el mayor retroceso desde la Guerra Civil (más del 12%). Sus recetas, parten de tres particularidades de esta crisis (perturbación severísima, naturaleza temporal y naturaleza global) que “determinan que las peculiaridades de la respuesta de las políticas económicas deban ser contundentes, acotadas en el tiempo y coordinadas a escala internacional”. Desde la posición de independencia que le permite la institución, Cos se sintió legitimado para pedir “un acuerdo político acorde a la magnitud del reto que se mantenga durante varias legislaturas”. Es la única forma, a su entender, de poner las luces largas para identificar los problemas y aplicar “una estrategia de consolidación presupuestaria de medio plazo que, a través de una revisión del gasto y de la estructura y capacidad impositivas, permita sanear las finanzas públicas, así como un programa de reformas estructurales [entre ellas la laboral] que eleven la capacidad de crecimiento económico y, por tanto, amplíen las bases impositivas necesarias para financiar el nivel deseado de gasto”.

Es decir, una terapia de choque para sacar a la economía de “la hibernación con el menor daño posible y evitar que una perturbación de carácter temporal genere efectos persistentes”, lo que requiere una acción decidida para paliar la pérdida de rentas en hogares y empresas y que la suspensión temporal no se convierta en definitiva y destruya el tejido productivo. Para ello, la política fiscal es la herramienta más adecuada, combinada con una política monetaria que garantice unas condiciones de financiación y liquidez apropiadas y unas políticas micro y macroprudenciales del sistema financiero para que haya un conveniente flujo del crédito y asegure la estabilidad del sistema. Y, como complemento, una respuesta coordinada europea que evite la tentación de políticas proteccionistas, según Cos, que es también miembro del consejo del BCE.

Las medidas abocan a un aumento de la deuda pública, incluso hasta el 120% del PIB. Por ello, el mayor impulso presupuestario debe ir de la mano de una estrategia de saneamiento de las cuentas, particularmente necesario en un país que parte de una posición vulnerable por su ya alto endeudamiento y déficit estructural. Para Cos, la estrategia de consolidación fiscal y reformas estructurales ha de efectuarse una vez que se supere la actual situación, pero su diseño no debe dilatarse. Ahora se trata de que los grupos políticos sepan y quieran hilvanar el hilo que les ha puesto en suerte el gobernador y tejer un manto resistente.

LOS CORROS

Relevo virtual y con retraso en la Empresa Familiar. El nombramiento de Marc Puig como nuevo presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) se producirá el próximo 4 de junio en una asamblea que se desarrollará de forma telemática. La fecha ha sufrido un retraso como consecuencia de la pandemia. Puig, que representa la tercera generación del grupo de cosméticos que preside y cuyo padre (Mariano Puig) también presidió el IEF, sustituye a Francisco Riberas (Gestamp) que ha cumplido el ciclo de dos años estipulado en los estatutos. Una de sus últimas actuaciones ha sido la condena del pacto para derogar la reforma laboral por haberlo firmado a espaldas de los agentes sociales.

Abengoa se enfrenta a su tercer plan de salvación. Cinco años después de presentar el preconcurso de acreedores que desconcertó al mundo empresarial y de pasar dos planes de reestructuración, Abengoa acaba de presentar un nuevo plan de negocio que le permita remontar la crisis. La covid-19, la evolución de la compañía en 2019 y el retraso en la venta de activos son las causas esgrimidas por la firma que preside Gonzalo Urquijo. Total, que necesita dinero y pide 250 millones con garantía ICO y 300 millones a sus bancos acreedores, a los que además plantea otra quita, al igual que a los proveedores.

Revolución en la cúpula de Cepsa. El grupo energético Cepsa, controlado por Mubadala (compañía estatal de Abu Dabi) y el fondo de capital riesgo Carlyle, acaba de realizar una revolución en su cúpula. El grupo dirigido por Philippe Boisseau desde el año pasado ha rediseñado la organización con cinco áreas y ha fichado a diferentes expertos de Chevron, Dow Chemical y Total. El objetivo de Boisseau (también exTotal) radica en fortalecer la expansión internacional y el negocio de renovables para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado.


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