Los ‘ángeles caídos’ sobrevuelan el parqué

Las agencias de calificación estudian rebajar a bono basura la deuda de cientos de empresas tanto en Europa como en EE UU

Mercado de valores de Fráncfort.REUTERS

Angeles caídos, empresas zombi o fallidos forman parte de la terminología que vuelve a surgir en los mercados de bonos como consecuencia del impacto de la covid-19 en la economía y también por el desplome del precio del petróleo. Las empresas han despertado del feliz sueño de los tipos bajos o negativos con dinero gratis y abundante para todos. Ahora, con los negocios parados o seriamente dañados, el dinero vuelve la vista a la solvencia de las compañías. La duda es sí podrán pagar los...

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Angeles caídos, empresas zombi o fallidos forman parte de la terminología que vuelve a surgir en los mercados de bonos como consecuencia del impacto de la covid-19 en la economía y también por el desplome del precio del petróleo. Las empresas han despertado del feliz sueño de los tipos bajos o negativos con dinero gratis y abundante para todos. Ahora, con los negocios parados o seriamente dañados, el dinero vuelve la vista a la solvencia de las compañías. La duda es sí podrán pagar los intereses que ofrecían en sus emisiones de bonos y devolver el dinero a los inversores cuando llegue el vencimiento. La furia bajista que han vivido las Bolsas también se ha sentido en los mercados de bonos de todo el mundo. Y, además, se han producido rebotes tras los momentos de pánico, al igual que en las acciones.

Las empresas de calificación financiera o rating —tan polémicas en la pasada crisis de 2008 por no advertir la que se avecinaba— trabajan a marchas forzadas para adecuar sus notas de solvencia empresarial a la nueva realidad. En sus calificaciones existen dos grandes bloques: las empresas con grado de inversión, las más solventes; y las empresas con grado especulativo (high yield). Pasar desde el grado de inversión al especulativo es un batacazo para las compañías, que deberán pagar más por su deuda en bonos, amén de que supone cuestionar su balance, su capacidad de responder a los pagos. Las empresas que dan ese paso hacia atrás son los llamados ángeles caídos.

Otra de las implicaciones negativas es que muchos inversores institucionales (fondos de inversión, pensiones, etcétera) tienen como regla invertir solo en los bonos más solventes y, si en su cartera alguna empresa pasa a grado especulativo, deben venderla inmediatamente, provocando la lógica caída del precio del bono.

Fitch o S&P fijan la frontera entre las letras BBB, último piso del grado de inversión (desde la AAA de máxima solvencia) hasta la BB (C es el nivel más bajo, próximo al impago), cuando las compañías entran en grado especulativo. Para la británica Moody’s, el salto se da desde Baa a Ba, siendo también la C la peor calificación posible. La automovilística Ford, Marks & Spencer, Renault, Delta Airlines, Lufthansa, entre otras, han dado este año ese paso entre deuda de calidad a deuda especulativa. La única rebaja a ángel caído de la Bolsa española ha sido ArcelorMittal por parte de Fitch, mientras que el pasado martes Moody’s bajaba la calificación de supermercados Dia, dentro del grado especulativo desde Caa1 a Caa2.

En S&P apuntan que la covid-19 y las perturbaciones de los precios del petróleo han provocado un marcado aumento en la aparición de ángeles caídos. En enero de este mismo año solo se produjeron dos casos y ahora ya son 23 compañías las que han perdido el grado de inversión. Y la perspectiva para esta firma no es buena: el recuento de posibles ángeles caídos (con perspectivas negativas) alcanzó los 96 (superando 82 en marzo de 2009), con el sector de petróleo y gas a la cabeza. En este grupo de empresas cercanas a la pérdida de grado de inversión están Abertis, que ya fue advertida por S&P Ratings, y la aerolínea IAG.

En Moody’s las rebajas corporativas alcanzaron 76 en el primer trimestre, en comparación con 70 de todo 2018. Solo en marzo hubo 59 rebajas, 16 acciones de perspectiva negativa y 41 calificaciones en revisión para rebaja.

Un informe de JP Morgan que recoge la gestora Fidelity apunta a que alrededor de 215.000 millones de dólares en bonos estadounidenses y 100.000 millones de euros en bonos europeos verán revisadas a la baja sus calificaciones hasta high yield este año. Así, en Fidelity apuntan que los bonos a punto de perder su condición de grado de inversión (BBB3) en Estados Unidos suponen ya el 70% del mercado de los bonos especulativos.

Los fallidos, es decir, las empresas que no pueden pagar sus intereses o devolver el dinero de los bonos, son el mayor riesgo para cualquier inversor. Goldman Sachs prevé en un reciente informe una tasa de incumplimiento del 13% de los emisores especulativos (high yield) para fin de año. Estos analistas consideran, incluso, que la decisión de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de comprar este tipo de deuda no aliviará la presión sobre los que no puedan pagar. Algo más optimistas son los analistas de la gestora Amundi, que cifran en el 11,5% los impagos en febrero de 2021 desde el 4,5% de febrero de 2020, “aunque luego disminuirán rápidamente a medida que la economía se recupere”. Por último, Moody’s espera que la tasa de incumplimiento global finalice 2020 en un 10,6% y supere el 11,3% a fines de marzo de 2021. Para Europa será del 8% a un plazo de 12 meses.

Sectores

La crisis no afecta de igual manera a todos los sectores. Pilar Auguets, directora sénior de Fitch Ratings, explica que “los sectores asociados a las materias primas, las aerolíneas y los que están más expuestos al gasto discrecional, incluidos los minoristas no alimentarios y el juego, el alojamiento y el ocio, serían los más vulnerables. Los sectores defensivos, incluidos los servicios de interés público, eléctricas, telecomunicaciones, atención médica, venta minorista de alimentos y comida, bebidas y tabaco, probablemente verán un impacto de leve a moderado con pocos cambios potenciales en las calificaciones”. Desde Amundi también destacan los bonos de las automovilísticas como candidatos a nuevas rebajas de calificación.

En el caso de los valores del Ibex 35 de la Bolsa española, “para las cinco eléctricas, no prevemos ninguna revisión del rating en el corto plazo, ya que, aunque no son inmunes al shock, podrán capear bien la crisis. También vemos relativamente resistente al sector de telecomunicaciones, con tres empresas en el índice: Telefónica, Cellnex y Másmóvil, aunque solo las dos últimas han sido revisadas recientemente sin cambios en su calificación. Hemos confirmado también a Ferrovial pese al recorte en los dividendos recibidos en sus concesiones aeroportuarias”, concluye Auguets.

¿Invertir ahora?

Los gestores de fondos de renta fija andan moviendo sus carteras, muchas veces al son de los cambios de calificación. Los mercados de bonos fueron duramente castigados y ahora intentan su recuperación, tras la huida de dinero. Buscar buenas compañías de los sectores menos expuestos al virus que hayan sufrido una fuerte caída en el precio de los bonos es la estrategia más recomendada. Amundi explica que “en la mayoría de las ocasiones, los inversores han disfrutado de una rentabilidad positiva solo un año después de la caída”. Marty Dropkin, director global de análisis de Renta Fija de Fidelity International, señala: “Creemos que los bonos de grado de inversión cotizan actualmente a niveles muy atractivos y los bonos estadounidenses están en una situación especialmente favorable”.

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