La recaudación tributaria crece un 2% en 2019, el menor avance desde 2013
La ralentización económica y el impacto de las devoluciones en IRPF y sociedades frenan los ingresos
La recaudación tributaria repuntó en 2019 un tímido 2% en comparación con el año anterior, hasta los 212.808 millones de euros, según el informe anual publicado este jueves por la Agencia Tributaria (AEAT). Este avance es el menor desde 2013, cuando el país todavía sufría los estragos de la crisis económica: entonces, los ingresos del fisco tan solo se incrementaron en un 0,2% en comparación con el año anterior.
El menor ritmo de crecimiento registrado en 2019 se explica por el desplome ...
La recaudación tributaria repuntó en 2019 un tímido 2% en comparación con el año anterior, hasta los 212.808 millones de euros, según el informe anual publicado este jueves por la Agencia Tributaria (AEAT). Este avance es el menor desde 2013, cuando el país todavía sufría los estragos de la crisis económica: entonces, los ingresos del fisco tan solo se incrementaron en un 0,2% en comparación con el año anterior.
El menor ritmo de crecimiento registrado en 2019 se explica por el desplome en los ingresos brindados por el impuesto de sociedades, que cayeron un 4,4%, y por el menor avance en la recaudación del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, el tributo más potente de todo el sistema, después de que el Tribunal Supremo dictaminara a finales de 2018 que las prestaciones por maternidad y paternidad están exentas de IRPF, decisión que supuso una merma de 1.600 millones en las arcas públicas.
Aun así, y pese a la ralentización económica, ―el PIB creció un 2% en 2019 frente al 2,4% de 2018—, los ingresos por IRPF crecieron un 4,9%, hasta los 86.892 millones, gracias al aumento de las retenciones y a los resultados de la declaración anual. Sin los cambios normativos —ampliación de las deducciones familiares y exención del IRPF de maternidad—, el avance en la recaudación del impuesto habría sido el 8,2%.
Los ingresos por el impuesto sobre sociedades, en cambio, retrocedieron hasta los 23.733 millones, frente a los 24.838 millones del año anterior, alejándose aún más del máximo tocado justo antes del estallido de la crisis financiera, en 2007, cuando marcaron un récord de 44.823 millones. En términos porcentuales se trata de la primera caída desde 2014.
También en este caso el resultado final fue distorsionado por las devoluciones extraordinarias, que tuvieron un impacto superior a los 1.200 millones de euros, al que se sumó la caída de beneficios de las grandes empresas. Las principales compañías que cotizan en España tuvieron un mal desempeño contable en 2019: las pérdidas y las menores ganancias se tradujeron en un desplome del 6,7% en los pagos fraccionados del impuesto. Los grandes grupos consolidados fueron los principales responsables de este retroceso, con una caída del 14,6% en sus pagos.
El informe también revela que el tipo efectivo sobre el resultado contable positivo —que incluye los dividendos que las empresas reciben de sus filiales en el exterior, por los que tributan allí donde operan— retrocedió hasta el 9,6%, frente al 25% fijado por la normativa para la mayoría de las empresas. Se trata del porcentaje más bajo desde 2011. Los grandes grupos consolidados —en ese caso el dato hace referencia a 2018— también soportaron un tipo inferior sobre el resultado contable, del 5,69%, volviendo también en este caso a los niveles de 2011 y pese a la promesa del Gobierno de gravar más las grandes compañías, medida que aún no ha podido poner en marcha por la imposibilidad de aprobar unos nuevos Presupuestos.
Los ingresos por IVA, por el contrario, avanzaron un 1,9% en 2019, hasta los 71.538 millones de euros. También en este caso las devoluciones limitaron el potencial del tributo, cuya intensidad recaudatoria fue reduciéndose a medida que avanzaba el año en consonancia con la ralentización de la actividad económica. Mayor fue el avance de los ingresos por impuestos especiales. La aportación de estas figuras tributarias a las arcas públicas alcanzó los 21.380 millones de euros, un 4,1% más en comparación con 2018. Este repunte, sin embargo, se debe en su casi totalidad al empujón del gravamen sobre hidrocarburos, ya que el año pasado los tramos autonómicos se equipararon al estatal. Sin cambios normativos, la recaudación de estos tributos solo hubiese avanzado un 0,8%, matiza la Agencia Tributaria.
Otra nota positiva viene de la lucha contra el fraude, que marcó máximos en 2019, al suponer unos ingresos de 15.715 millones de euros.
Desplome de la recaudación verde
La recaudación de los demás impuestos contemplados en el sistema fiscal español contribuyó a mermar el avance en los ingresos tributarios: se desplomó en casi un 10% en 2019, hasta los 9.265 millones de euros. La recaudación por el tributo que grava la renta de los no residentes cayeron un 11%, hasta los 2.369 millones, pero el mayor retroceso lo experimentó la recaudación por los impuestos verdes: un 44,5% menos en comparación con 2018, hasta los 1.100 millones de euros.
Este retroceso se explica por los cambios normativos en el impuesto sobre el Valor de la Producción Eléctrica y el tributo sobre gases fluorados, cuyos ingresos cayeron, respectivamente, un 54,8% y un 26,3%. En el primer caso —el gravamen fue suspendido el último trimestre de 2018 y el primero de 2019 para hacer frenar la escalada del precio de la electricidad— el impacto en términos absolutos fue de unos 762 millones; el Impuesto sobre Gases Fluorados fue afectado la reducción de tipos aprobada a finales de 2018. Sin embargo, la AEAT matiza que, incluso excluyendo estos cambios normativos, los ingresos brindados por ambos tributos hubieran descendido un 4,8%.