La RSC también es cosa de pymes

La Cámara de Comercio de España ayuda a las empresas a lograr un crecimiento sostenible y a ser socialmente responsables. Sus programas están alineados con los ODS de la Agenda 2030 y ponen especial énfasis en la incorporación de nuevos valores en favor de la economía y la sociedad.

Hay una nueva RSC, muy diferente a la de hace 5 o 10 años. Ahora no solo se busca un valor social, sino también económico, empresarial, de sostenibilidad... Es mucho más global y está incorporada a las dinámicas de la empresa”, explica Inmaculada Riera, directora general de la Cámara de Comercio de España.

Esta corporación de derecho público tiene un papel clave en materia de responsabilidad corporativa. “Nuestro ADN es el apoyo a la empresa”, apunta Riera. El tejido empresarial español está constituido en más de un 90% por pymes, lo cual indica la importancia de este compromiso con la RSC.

La institución ha realizado un análisis para evaluar el impacto socioeconómico y la contribución al desarrollo sostenible de las empresas que pertenecen a su pleno. En él han participado 35 empresas que representan una facturación conjunta de 400.000 millones, son de sectores diferentes y emplean a 1,3 millones de personas. El 75% de las plantillas disfruta de contrato indefinido.

Estas compañías invierten por encima de los 1.200 millones en actividades relacionadas con la acción social, que benefician a más de 25 millones de personas.

25 millones de personas se han beneficiado de las acciones sociales emprendidas por las empresas del pleno de la Cámara.

Además, en el ámbito de la lucha contra el cambio climático, han emprendido iniciativas que han permitido reducir las emisiones de la atmósfera en más de 11 millones de toneladas de CO2, y todas están comprometidas en una transición hacia modelos de producción más sostenibles.

“El efecto tractor de las grandes empresas es fundamental porque creo que cada vez hay más conciencia entre las pymes respecto a la RSC”, señala Riera. “Están viendo que tiene una derivada intangible, de compromiso social, y tangible, importante para el negocio. El problema es que a veces no saben cómo hacerlo”.

La Cámara de Comercio de España lleva tiempo ayudando a las empresas en el ámbito de la competitividad, la internacionalización, la calidad laboral, la innovación, la digitalización, el emprendimiento —especialmente el femenino— y el fomento de empleo entre los jóvenes. Para ello, ha desarrollado diferentes programas que están alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. “Trabajamos con el alto comisionado del Gobierno para trasladar la importancia de que las pymes los hagan suyos [ODS]”, añade la directora de la Cámara de Comercio. “Con la capilaridad que tenemos, con 85 cámaras territoriales, somos un buen instrumento para informar, sensibilizar y apoyar”.

Inmaculada Riera señala que “el modelo de crecimiento ha cambiado y pasa por la incorporación de otros valores y de entender la nueva RSC y la nueva competitividad. El mercado atiende a los ratios financieros a corto plazo, pero a medio y a largo plazo se fija más en el tipo de acciones e inversiones sociales que hace una compañía”.

El Programa de Responsabilidad Social Empresarial de la Cámara de Comercio de Cantabria es uno de los más desarrollados de la red. Jesús Tortosa, director general, cuenta que, desde 2015, imparten talleres gratuitos que abarcan desde lo más esencial a lo más complejo. “Buscamos potenciar mucho la RSC interna (la externa es más visible) para que cuando se analice se vea que son socialmente responsables. No sería lógico que una entidad patrocine un evento y luego sus trabajadores tengan un empleo precario”. Las acciones del programa se dirigen a fomentar las buenas prácticas empresariales, “más allá de lo estrictamente legal o contractual”, señala Tortosa. “En un principio, se adhirieron casi todas las grandes empresas de Cantabria, porque la RSC era algo que se les imponía, pero no tenían tiempo para implantarla”. En la actualidad hay 140 empresas activas de diversos sectores (principalmente en la industria). “Algunos establecimientos se sienten obligados a hacerlo, al ser proveedores de grandes marcas”, revela.

El programa integral de cualificación y empleo (PICE) contribuye a mejorar la empleabilidad de los jóvenes.

La Cámara de Cantabria también facilita a los jóvenes de 15 años su primer acercamiento laboral, con la incursión durante 15 días en alguna empresa. El objetivo es ayudar en la elección de sus estudios profesionales. Por otro lado, el organismo otorga asesoramiento gratuito en materia de huella de carbono y economía circular. “La RSC hay que trabajarla y actualizarla con la Agenda 2030. Es el último paso para presumir de lo que se hace. Cuando la empresa evalúa y hace memoria es el colofón”, resume Tortosa.

Uno de los programas estrella de la Cámara de Comercio de España, ejecutado por la red de cámaras territoriales, es el Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE), Está dirigido a jóvenes de entre 16 y 29 años que ni estudian ni trabajan, con el objetivo de proporcionarles formación y mejorar su empleabilidad. El programa, que empezó a ejecutarse en 2015, está cofinanciado por el Fondo Social Europeo y se enmarca dentro del Sistema Nacional de Garantía Juvenil.

Tiene dos modalidades: capacitación y movilidad. Las empresas que contraten a uno de los participantes reciben una ayuda de 4.950 euros, siempre que el contrato tenga una duración mínima de seis meses. El plan de movilidad está orientado a apoyar una experiencia laboral en la Unión Europea. La persona seleccionada recibe ayuda económica y formación por parte de la Cámara de Comercio española.

El salto hacia la vida laboral

Desde que la Cámara de Comercio de España pusiera en marcha el Programa PICE en 2015 han participado más de 117.000 personas y se ha logrado la contratación directa de 5.700.

María del Carmen Moratón ha sido una de las beneficiadas. “Estaba mirando noticias por el móvil y vi un anuncio de la Cámara de Murcia para 15 plazas de conductor. ¡Se me encendió la bombilla!”, comenta. Tras un proceso de selección, ya que la convocatoria tuvo un éxito rotundo con 180 aspirantes, hoy trabaja llevando un microbús de niños discapacitados.

Javier Gual, por su parte, estudió derecho y había trabajado como cartero con contratos eventuales. "Me informé en la Cámara de Castellón y me interesó un curso de gestión administrativa de Comercio Exterior. Me ha parecido muy interesante y práctico", comenta. En la actualidad trabaja en Gesuncer, compañía de materia prima de cerámica, con contrato indefinido. Alejandro Donoso dejó el call center en el que trabajó casi dos años. "No me gustaba, era estresante", explica. Titulado en magisterio, con especialización en Educación Física e INEF, participó en un curso de monitor para actividades dirigidas en la Cámara de Badajoz. "Estoy muy satisfecho", dice. Tras una baja, espera retomar su empleo en un gimnasio a principios del próximo año.

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