Un semestre para inversores valientes

El escenario para los inversores se complica en la segunda mitad de año

Panel con las cotizaciones en la Bolsa de MadridCLAUDIIO ÁLVAREZ

Está siendo un año complicado para los inversores. La renta variable, el activo que en enero pasado se presentaba como la mejor alternativa de inversión, no está respondiendo a esas expectativas. Además, el cambio de ciclo en las políticas monetarias de los bancos centrales eleva la presión sobre la renta fija y los mercados emergentes. El balance del primer semestre deja dos claros ganadores: el dólar, que se ha apreciado un 2,7% frente al euro; y el petróleo, cuyo precio sube un 15% en el periodo.

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Está siendo un año complicado para los inversores. La renta variable, el activo que en enero pasado se presentaba como la mejor alternativa de inversión, no está respondiendo a esas expectativas. Además, el cambio de ciclo en las políticas monetarias de los bancos centrales eleva la presión sobre la renta fija y los mercados emergentes. El balance del primer semestre deja dos claros ganadores: el dólar, que se ha apreciado un 2,7% frente al euro; y el petróleo, cuyo precio sube un 15% en el periodo.

El crecimiento mundial sigue siendo sólido y los beneficios empresariales cumplen en líneas generales con las previsiones. Sin embargo, hay dos aspectos políticos que complican la evolución de los mercados en los próximos meses. El primero es la guerra comercial abierta por el presidente de EE UU, Donald Trump; y el segundo es la inestabilidad política en algunas de las mayores economías de la zona euro (Alemania, Italia y España). En este contexto, la volatilidad será la tónica del periodo estival para los activos financieros, aunque confían en que se produzca una recuperación de las cotizaciones en el tramo final del año. Asimismo, ven oportunidades de inversión, sobre todo en renta variable, pero subrayan que el mercado exige una gran selección y, sobre todo, nervios de acero para soportar las posibles correcciones que se pudieran producir en el corto plazo.

“El entorno de mercado está siendo más duro de lo que esperábamos”, reconoce Ramón Forcada, director del departamento de análisis de Bankinter. “Han coincidido una serie de acontecimientos exógenos a la economía. Creemos que el verano será determinante para despejar las incertidumbre políticas, por lo que es importante alejarse del ruido a corto plazo. La Bolsa nos parece que sigue siendo, con la excepción del bono estadounidense, el destino natural para la gran liquidez que todavía hay”, añade este experto. En Bankinter interpretan los retrocesos de la renta variable como una oportunidad de compra, y apuestan por sectores como consumo cíclico, tecnología, sector industrial (de forma selectiva) y bancos (americanos, pero también europeos.

Un mensaje similar lanzan desde JP Morgan Asset Management. Karen Ward, responsable de estrategia de mercado para Europa, África y Oriente Medio, explica que para el segundo semestre de 2018 esperan una cierta reaceleración del crecimiento de EE UU. Desde esta gestora son conscientes que los bonos jugarán un papel cada vez más importante en las carteras de los inversores cuando las tires (rentabilidades) suban y aumente la necesidad de protección frente a futuras crisis económicas. Pero todavía no creen que estemos en ese escenario. “La combinación de sólidos beneficios y precios bajos hace que las valoraciones de la Bolsa sean menos excesivas que en meses anteriores. Esperamos una ligera subida de precios de la renta variable para finales de año, cuando bajen los precios de los bonos de la deuda”, augura Ward.

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Otra gestora que ha hecho públicas sus previsiones para el segundo semestre es DWS. A pesar de la tensión actual entre EE UU y China, la firma alemana no espera una escalada de los conflictos comerciales y, por lo tanto, prevé que la economía mundial siga creciendo en lo que resta de año. “Hasta ahora, los mercados solo han fijado el precio de las disputas comerciales y no de una guerra comercial a escala mundial”, destaca el responsable de inversiones de DWS, Stefan Kreuzkamp. Esta entidad también considera que las acciones conservan potencial, aunque los beneficios empresariales, en su opinión, habrían alcanzado ya su zénit, especialmente en EE UU. Los valores tecnológicos son los favoritos del responsable de renta variable, Thomas Schüssler: “Estas acciones han impulsado el mercado americano y se prevé que continúe la tendencia. Ya no estamos hablando de las puntocom de principios de siglo, sino de ganadores globales que generan una gran cantidad de flujo de caja”.

Otra apuesta de DWS es el sector de las materias primas. “Los datos fundamentales del mercado petrolero indican una recuperación sostenida de precios, que se verá impulsada por el crecimiento de la economía mundial, unas reservas limitadas y un aumento de los riesgos geopolíticos”, dice el analista de multiactivos Christian Hille.

Deuda soberana

Las subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal han impulsado la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años a zonas próximas al 3%. Este rédito supera por primera vez en 10 años la rentabilidad por dividendo de la Bolsa americana, lo que ha hecho que muchos inversores pongan sus ojos en este activo. Sin embargo, más allá de la deuda americana, los expertos ven poco potencial en los bonos soberanos en el próximo semestre. “En muchas emisiones, la recompensa que se le ofrece a los inversores por asumir riesgo en la duración del bono sigue siendo muy negativa. Por eso mantenemos nuestra creencia de que se trata de una opción poco atractiva. Su cotización actual está condicionada por las políticas monetarias y no por la situación real de la economía”, explica Joseph Little, estratega jefe de HSBC Global Asset Management.

La gestora británica advierte sobre un hecho que puede marcar la construcción de carteras en la segunda mitad del año: el escenario de crecimiento global sincronizado, baja inflación y volatilidad controlada con la que se iniciaba el curso ya no existe. “La economía americana mantiene sus señales de fortaleza, pero el panorama ha empeorado en el caso de Europa y Japón”.

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