Anuncios con corazón
Muchas marcan descubren que la mejor manera de llegar a los consumidores es a través de publicidad con conciencia y sentimientos
El mundo de la publicidad ha descubierto que hace tiempo que ya no solo vende productos y servicios a sus potenciales clientes. Ahora intentan colocar sensaciones, emociones y todos esos intangibles que nos llenan el alma y nos hacen sentir mejor.
La emoción es un sentimiento inherente en cualquier ser humano, y la publicidad emocional va de eso, de convertir emociones en sensaciones positivas hacia un producto o servicio.
Es frecuente ver anuncios que nos emocionan. Como dijo Eduardo Galeano, "estamos hec...
El mundo de la publicidad ha descubierto que hace tiempo que ya no solo vende productos y servicios a sus potenciales clientes. Ahora intentan colocar sensaciones, emociones y todos esos intangibles que nos llenan el alma y nos hacen sentir mejor.
La emoción es un sentimiento inherente en cualquier ser humano, y la publicidad emocional va de eso, de convertir emociones en sensaciones positivas hacia un producto o servicio.
Es frecuente ver anuncios que nos emocionan. Como dijo Eduardo Galeano, "estamos hechos de historias". Me permitiría añadir que también de pequeñas y grandes emociones que nos identifican y marcan quienes somos.
Trufaré el post con este tipo de anuncios, donde lo nuclear no es vender el producto, sino contar una historia o experiencia a su alrededor.
Algunas marcas se han dado cuenta de que, a veces, trae a cuenta no vendernos directamente el producto sino recurrir a una especie de "product placement". Una de las marcas que mejor ha sabido utilizar este recurso para leer cómo llegar a la fibra sensible de sus consumidores ha sido Coca-Cola, como vemos en el siguiente post.
Este tipo de publicidades apelan exclusivamente a los sentimientos. No es importante la calidad del bien a vender, el precio o cualquier otra circunstancia. Apostar por la emoción para el anunciante es victoria casi segura. Eso siempre y cuando consigas conectar con el público. Cuando se percibe que la historia que se cuenta no es real, no es creíble, esta se puede volver en contra y obtener un resultado muy diferente al esperado.
Cuando nos cuentan una historia, este acto lleva implícito el despertar de la emoción, nuestro cerebro se activa en muchas áreas del mismo, mostrando con claridad una actividad más intensa. Los estudios confirman que solemos olvidar los datos pero recordamos los relatos que nos han emocionado. Y lo hacemos desde nuestra parte más profunda.
Recordaremos siempre con mayor facilidad la publicidad que consigue encender nuestras zonas más sensitivas, transportarnos emocionalmente a otro lugar, ponernos la piel de gallina, o simplemente hacernos sonreír. Si ocurre esto, estaremos con las defensas emocionales más bajas y más dispuestos a ese producto que a otros.
Y eso, los creativos lo están utilizando cada vez más.
César Álvaro es coach y experto en Inteligencia emocional. Autor del blog Un Universo Mejor.