La Fed da el penúltimo paso antes de abandonar la compra de bonos

Mantiene en el comunicado final la referencia a que los tipos de interés seguirán al 0% durante un periodo considerable

La presidenta de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Janet Yellen.EFE

La Reserva Federal recortó en otros 10.000 millones de dólares el mecanismo que utiliza para comprar deuda pública e hipotecaria, con lo que el estímulo que inyecta a la economía queda reducido a solo 15.000 millones. Es el penúltimo paso antes de que el banco central de Estados Unidos desmantele por completo el programa en octubre. Los tipos de interés se mantienen intactos en el 0% y seguirán ahí durante un tiempo considerable.

Aunque la partitura no cambia, lo que sí está haciendo ya la Fed entre bastidores es preparar el terreno para algo que se da ya por asumido tanto en el seno de...

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La Reserva Federal recortó en otros 10.000 millones de dólares el mecanismo que utiliza para comprar deuda pública e hipotecaria, con lo que el estímulo que inyecta a la economía queda reducido a solo 15.000 millones. Es el penúltimo paso antes de que el banco central de Estados Unidos desmantele por completo el programa en octubre. Los tipos de interés se mantienen intactos en el 0% y seguirán ahí durante un tiempo considerable.

Aunque la partitura no cambia, lo que sí está haciendo ya la Fed entre bastidores es preparar el terreno para algo que se da ya por asumido tanto en el seno de la autoridad monetaria como en Wall Street: la política monetaria ultralaxa será pronto cosa de la historia. Pero en este momento considera prematuro señalar un cambio de política y eso crea incertidumbre sobre cuándo se materializará el primer incremento de tipos en ocho años.

La inflación sigue dando margen a la Reserva Federal para volver poco a poco a la normalidad monetaria. Los precios, de hecho, cayeron en agosto un 0,2%. Es el primer descenso que en 16 meses. La tasa anual queda en el 1,7%, tres décimas por debajo que en julio y tres décimas menos también que la referencia que utiliza el banco central. Este relajamiento quitó, por tanto, presión para que modificara del comunicado la referencia a los tipos.

De hecho, lo único que interesaba realmente era ver cómo se redactaban dos palabras en la nota final de la reunión. Algunos miembros quieren que se anticipe el proceso que llevará al primer encarecimiento del precio del dinero en ocho años, algo que les gustaría ver a comienzos de 2015. Pero la mayoría son partidarios de ir con calma en esa transición, hasta tener claro que la economía puede aguantar por si sola el alza de tipos.

La Reserva Federal, en la actualización de sus previsiones, espera una expansión del 2,1% para este año. De ahí repuntaría al 2,8% el próximo. El paro, que en agosto bajó al 6,1%, cerraría el ejercicio cerca del 6% y de ahí se reduciría al 5,5% para final de 2015 y podría bajar incluso del 5% en 2017. El lenguaje es el principal arma que tiene la presidenta, Janet Yellen, para mantener la calma en los mercados financieros y prepararlos al mismo tiempo para próximos movimientos.

Yellen, en rueda de prensa, volvió a insistir en que si el crecimiento es mayor del previsto, el alza de tipos llegará antes y será más rápida. Pero aunque el empleo progresa hacia los objetivos marcados, señala que todavía queda para que el mercado laboral se recupere. “Hay demasiada gente buscando trabajo y que no lo encuentra. Demasiados trabajando a tiempo parcial. Y demasiados que no buscan empleo pero que lo harían si el mercado laboral fuera más robusto”, indicó.

El plan de Yellen es mantener el precio del dinero cerca del 0% otros seis meses como mínimo, según la interpretación que se hace de la referencia a un “tiempo considerable”. Pero el cambio en esa guía podría producirse ya antes de final de año, cuando haya espirado el programa de compra de bonos. La idea de la presidenta es que el primer alza de tipos llegue a mediados de 2015 y que a partir de ese momento el incremento sea gradual.

Dos disidentes

Los tipos en EE UU están al 0% desde diciembre de 2008. Dennis Lockhart, de la Fed de Atlanta, considera que se puede esperar aún algunas reuniones antes de proceder a cambiar la guía que se da a los inversores sobre el alza de tipos. Es una de las voces que representa a las palomas. Se enfrenta al halcón Charles Plosser, de Filadelfia, que ya pidió el cambio en julio y, como entonces, votó otra vez en contra, esta vez junto a Richard Fisher.

Al retocar el lenguaje de referencia, la Fed habría dejado la puerta abierta para que el primer alza pudiera llegar en marzo. Pero eso tampoco es una garantía de que vaya a suceder entonces. Más bien es un juego de palabras que le da flexibilidad para ajustarse a la situación. La gran dificultad en este momento está, además, en cómo poner a las dos partes de acuerdo en el lenguaje que se va a utilizar para sustituir esas dos palabras.

Lo que está claro, pese a las diferencias internas, es que el alza de tipos llegará en seis o nueve meses en EE UU. Los comentarios públicos de los miembros muestran también una tendencia clara hacia el abandono progresivo de los estímulos monetarios. En la encuesta interna de la Fed, 14 de 17 opinan que lo deseable es que suceda ya en 2015. A medio plazo, el consenso mayoritario indica que estarán en el 1,375% para final del año próximo y ronde el 3,75% en 2017.

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