"Lo de que somos beatos es un cliché"
Jesús Pulido es un joven de Granada que a los cinco años, cuando escuchaba una marcha de Semana Santa, se echaba una silla del comedor al hombro y jugaba a ser costalero. Ahora que ya tiene 22, ha venido con su cofradía de Jesús Despojado, con la que participó el viernes en el viacrucis.
Estudiante de Derecho, Jesús lleva ocho años procesionando bajo las andas de varios pasos de Granada. "Ser costalero es un cúmulo de cosas, situaciones, actitudes... que te impulsan a meterte debajo de un paso. Puede considerarse una afición, pero sin el componente de la fe no estaría completo", ...
Jesús Pulido es un joven de Granada que a los cinco años, cuando escuchaba una marcha de Semana Santa, se echaba una silla del comedor al hombro y jugaba a ser costalero. Ahora que ya tiene 22, ha venido con su cofradía de Jesús Despojado, con la que participó el viernes en el viacrucis.
Estudiante de Derecho, Jesús lleva ocho años procesionando bajo las andas de varios pasos de Granada. "Ser costalero es un cúmulo de cosas, situaciones, actitudes... que te impulsan a meterte debajo de un paso. Puede considerarse una afición, pero sin el componente de la fe no estaría completo", explica. Para él, las hermandades son necesarias y del siglo XXI. "¿Que las cofradías son algo de otro siglo? Díselo a la gente que come gracias a la labor social de las cofradías o a los niños que tienen juguetes en Navidad gracias a nuestra campaña", comenta el costalero.
Jesús no ha estado inscrito oficialmente como peregrino, pero quería vivir de cerca la visita papal. "Por un lado, he venido a participar como católico, pero también a acompañar a mi hermandad", explica. Además, cree que con encuentros como este se refuerza la unidad de los jóvenes. "La Iglesia puede que naciese en el siglo I y que no se acepten todos sus dogmas, pero es una institución que pretende acercar su doctrina a la sociedad actual", explica.
Sin embargo, Jesús tiene su propia manera de ver algunos preceptos de la Iglesia católica. Por ejemplo, en el caso del preservativo, no ve motivos para no usarlo. "Las relaciones sexuales son innatas a la naturaleza humana. Si tengo una relación y la mantengo con alguien que quiero, no veo el problema", explica. Que haya consenso, ya es otra cosa: "En una institución con millones de personas, es casi imposible que todo el mundo esté de acuerdo".
Ante la visión de la juventud católica como un colectivo con demasiadas restricciones, el costalero lo desmiente con su caso personal. "Yo soy una persona normal. Salgo de fiesta, bebo... y conozco a muchos católicos que lo hacen. Lo de que somos unos beatos es un cliché", comenta.