Los Mossos detienen por un crimen a la víctima del misterioso tiroteo de la Diagonal

De víctima a verdugo. El caso del supuesto tiroteo en la avenida Diagonal, que acabó con los Mossos d'Esquadra cortando la céntrica calle y registrando de cabo a rabo un edificio en busca de un hombre atrincherado que finalmente no existía, ha dado una vuelta de tuerca más. Los Mossos detuvieron ayer a la presunta víctima del tiroteo. El hombre que recibió un disparo en la pierna y corrió a pedir auxilio estaba buscado por la Interpol, acusado de matar a su pareja en Rusia.

El hombre dio una identidad falsa a los Mossos. Aseguró que era checo y que tenía 27 años. Pero la policía autonóm...

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De víctima a verdugo. El caso del supuesto tiroteo en la avenida Diagonal, que acabó con los Mossos d'Esquadra cortando la céntrica calle y registrando de cabo a rabo un edificio en busca de un hombre atrincherado que finalmente no existía, ha dado una vuelta de tuerca más. Los Mossos detuvieron ayer a la presunta víctima del tiroteo. El hombre que recibió un disparo en la pierna y corrió a pedir auxilio estaba buscado por la Interpol, acusado de matar a su pareja en Rusia.

El hombre dio una identidad falsa a los Mossos. Aseguró que era checo y que tenía 27 años. Pero la policía autonómica ha descubierto que en realidad se llama Sergei G., tiene 25 años y es originario de Rusia. En el curso de la investigación, afloró que estaba en busca y captura desde 2009. El ahora detenido se encontraba en España con documentación falsa.

A pesar de todo, la policía no descarta que sea cierta la versión del tiroteo que contó el ahora detenido. El viernes de la semana pasada, a 11.30 horas, salió ensangrentado, en calzoncillos y descalzo de su piso, en el número 336 de la Diagonal. Todavía conmocionado, le explicó a la dueña del bar Brasilia que le habían atacado. Luego detalló a la policía que su compañero de piso, además de amigo, le había disparado (nunca dejó claros los motivos) e insistió en que su agresor continuaba dentro del piso y que incluso podía retener a su novia en el domicilio.

Eso desató una gran operación policial. Veinticuatro furgones (en cada uno caben ocho personas), agentes de Seguridad Ciudadana y del ARRO (el grupo especial de intervención), mossos de paisano, agentes de la comisaría del Eixample, más varios refuerzos de otras comisarías cercanas, sumados a agentes de la Guardia Urbana, se desplazaron al edificio. Hicieron mediciones, llamadas..., tres horas de pesquisas hasta que, finalmente, echaron abajo la puerta del piso. Dentro solo había una pistola automática, con la que supuestamente se efectuó el disparo. La policía sigue buscando al agresor fantasma.

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