Operado en el vientre de su madre

Una nueva técnica salva en Barcelona el corazón de un bebé antes de nacer

"Es como operar en una piscina a un paciente, al que no podemos inmovilizar y solo podemos tocar con unos palos largos y muy finos". Así definió ayer Josep Maria Martínez, jefe de cirugía fetal del hospital Clínic, la delicada operación cardiaca hecha por un equipo médico de su centro y el hospital Sant Joan de Déu a un bebé en el vientre de su madre cuando estaba en la semana 26ª de gestación. Es la primera vez en Cataluña (la segunda en España) que se realiza este tipo de intervención.

Al feto le diagnosticaron una enfermedad cardiaca congénita, la estenosis aórtica, con una ecografía...

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"Es como operar en una piscina a un paciente, al que no podemos inmovilizar y solo podemos tocar con unos palos largos y muy finos". Así definió ayer Josep Maria Martínez, jefe de cirugía fetal del hospital Clínic, la delicada operación cardiaca hecha por un equipo médico de su centro y el hospital Sant Joan de Déu a un bebé en el vientre de su madre cuando estaba en la semana 26ª de gestación. Es la primera vez en Cataluña (la segunda en España) que se realiza este tipo de intervención.

Al feto le diagnosticaron una enfermedad cardiaca congénita, la estenosis aórtica, con una ecografía. Sin la intervención, el ventrículo izquierdo -el responsable de mantener el flujo sanguíneo de todo el organismo- se hubiera atrofiado. Cirujanos fetales y cardiólogos anestesiaron al feto para que no se moviera, atravesaron la pared abdominal de la madre con una aguja y la hicieron llegar al corazón, órgano que tenía el tamaño de una nuez. El cardiólogo introdujo luego un fino catéter con un balón desinflado y lo hinchó en la válvula obstruida.

Para José María Caffarena, director del área del corazón del Sant Joan de Déu, la intervención es "el rescate de un corazón prácticamente perdido, que hubiera abocado al niño, en caso de no morir durante el embarazo, a una patología de altísima gravedad".

El niño se llama David, nació a las 29 semanas y pesó 2,8 kilos. Hoy tiene siete meses y, en total, le han operado tres veces para adecuar el tamaño de su ventrículo izquierdo al crecimiento natural de un bebé; por lo demás es un niño normal. En palabras de Caffarena, nació con "dos ventrículos bien desarrollados y con una enfermedad que, necesitando ser tratada, tiene diagnóstico favorable y permitirá a David tener un futuro casi igual al de cualquier niño".

La estenosis aórtica es una patología que se da en uno de cada 5.000 fetos. Pese a que se puede detectar en una ecografía habitual ya en la semana 20ª de gestación, la mitad no se diagnostican. A David le descubrió la cardiopatía la doctora Neus Alsina. Es ginecóloga en un centro de salud de Mataró y había hecho varias estancias y seminarios sobre el diagnóstico de cardiopatías en el Sant Joan de Déu. Eduard Gratacós, jefe de servicio de medicina materno-fetal del Clínic, calcula que a partir de ahora se realizarán unas dos o tres intervenciones como la de David al año.

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