Por un nuevo modelo productivo
Quería agradecer al diario EL PAÍS el artículo Ciencia contra la resignación (11 de marzo de 2011), en el que Puigdomènech describe de manera excelente el panorama de la investigación en España. Puigdomènech explicita algo de sobra conocido por los investigadores del país y que observamos con enorme preocupación: este país no se puede permitir el lujo de derribar los cimientos que con tanto esfuerzo se han levantado en los últimos años.
Además, quiero destacar su visión, no tanto tremendista sino realista, frente a la de otros "interlocutores" de la ciencia del país. Algunos de e...
Quería agradecer al diario EL PAÍS el artículo Ciencia contra la resignación (11 de marzo de 2011), en el que Puigdomènech describe de manera excelente el panorama de la investigación en España. Puigdomènech explicita algo de sobra conocido por los investigadores del país y que observamos con enorme preocupación: este país no se puede permitir el lujo de derribar los cimientos que con tanto esfuerzo se han levantado en los últimos años.
Además, quiero destacar su visión, no tanto tremendista sino realista, frente a la de otros "interlocutores" de la ciencia del país. Algunos de estos últimos, como la actual ministra, Cristina Garmendia, ha defendido recientemente la deriva presupuestaria, solicitando al tiempo que los investigadores abandonemos el "victimismo" y el "pesimismo", dibujando un panorama que poco tiene que ver con el sentimiento general de los investigadores y, lo que es más grave, sin aportar ideas ni soluciones (cuando no tildando de manera velada como poco solidarios a los científicos que discrepen de dicha deriva aludiendo a la coyuntura económica del país).
Apostar de verdad y seriamente por "cambiar el modelo productivo" implica no solo una mayor financiación científica en todas sus facetas, que también, sino una mejor gestión de los recursos en la que no prime el "café para todos". Es precisamente en estos momentos de crisis cuando este esfuerzo es más necesario que nunca para no perder un tren que ya vemos alejarse de nuevo.