Cartas al director

La catástrofe de Japón y los mercados

Japón sufre una terrible catástrofe y se hacen cábalas sobre el coste de la reconstrucción y las posibles dificultades para financiarla, dado el alto nivel de endeudamiento y el déficit de las cuentas públicas. La catástrofe, más allá de la destrucción de sus infraestructuras, tejido industrial y equipamientos básicos, agravará las dificultades del país, por la presión sobre su moneda, el encarecimiento del coste de los recursos y el aumento de sus precios.

Asistiremos, una vez más, a la rapiña de los mercados que, con seguridad, ya están echando sus cuentas y estableciendo estrategias ...

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Japón sufre una terrible catástrofe y se hacen cábalas sobre el coste de la reconstrucción y las posibles dificultades para financiarla, dado el alto nivel de endeudamiento y el déficit de las cuentas públicas. La catástrofe, más allá de la destrucción de sus infraestructuras, tejido industrial y equipamientos básicos, agravará las dificultades del país, por la presión sobre su moneda, el encarecimiento del coste de los recursos y el aumento de sus precios.

Asistiremos, una vez más, a la rapiña de los mercados que, con seguridad, ya están echando sus cuentas y estableciendo estrategias para optimizar sus oportunidades de negocio. Para aliviar la situación de Japón solo cabe esperar la colaboración de los Estados, mejor cuanto más desinteresada.

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Una vez más, los Estados al rescate de los ciudadanos y los mercados a especular con lo suyo, cuando no a presionar a los Estados para, aprovechando la crisis, implementar esas reformas tan necesarias, según sus ideólogos, que aseguren la estabilidad del mejor de los mundos posibles, vale decir: de su mundo.

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