Catástrofe en el Pacífico

Los españoles están bien

Ikuko de Francisco, una japonesa casada con el español Daniel de Francisco, se llevó un buen susto el viernes. Cuando la tierra comenzó a temblar cogió a su hija de 11 meses y bajó por las escaleras los ocho pisos que les separaban de la calle. Afortunadamente, lograron alcanzar la acera mientras todo en su vivienda se venía abajo y el edificio quedaba resquebrajado por amplias grietas.

Ahora el matrimonio y la niña se han refugiado en la casa de los padres de Ikuko. "Es una vivienda más moderna, con una construcción mejor y dotada de alarmas que te avisan 10 segundos antes de que ocurr...

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Ikuko de Francisco, una japonesa casada con el español Daniel de Francisco, se llevó un buen susto el viernes. Cuando la tierra comenzó a temblar cogió a su hija de 11 meses y bajó por las escaleras los ocho pisos que les separaban de la calle. Afortunadamente, lograron alcanzar la acera mientras todo en su vivienda se venía abajo y el edificio quedaba resquebrajado por amplias grietas.

Ahora el matrimonio y la niña se han refugiado en la casa de los padres de Ikuko. "Es una vivienda más moderna, con una construcción mejor y dotada de alarmas que te avisan 10 segundos antes de que ocurra un temblor", afirma Daniel de Francisco, director de cine afincado en Japón desde hace cuatro años. De Francisco asegura que, como la mayoría de la población, "están pasando un miedo tremendo", pero que no por ello tienen previsto volver a España.

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La comunidad española residente en Japón, alrededor de unas 2.000 personas, según el consejero de Comunicación de la Embajada de España en Tokio, Eduardo Aguirre de Cárcer, no ha sufrido problemas mayores por el terremoto, ni ninguno de sus miembros resultó herido.

Según Aguirre de Cárcer, en el norte de la isla de Honshu, frente a cuyas costas ocurrió el terremoto, viven unos 200 españoles. "Les localizamos a todos enseguida pero estuvimos muy preocupados por tres que no aparecían. Finalmente resultó que como también tienen la nacionalidad peruana, se habían ido hace un año a Perú".

La Embajada española tuvo dificultades ayer con las comunicaciones ya que los cortes telefónicos provocados por el seísmo impedían determinar el paradero de los españoles registrados en el país asiático. También se encuentran bien los seis trabajadores españoles que estaban de paso en la ciudad de Sendai, una de las más afectadas.

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