El Gobierno da pasos para demandar a los productores de chacolí de Burgos

Al Gobierno vasco le queda ya poca paciencia con la actitud del de Castilla y León respecto de los productores fraudulentos de chacolí. Después de seis meses de tira y afloja entre ambas administraciones, y de una comunicación del Ministerio de Agricultura a los ejecutivos de Cantabria y Castilla y León para que persigan ese fraude, el departamento de Agricultura que dirige Pilar Unzalu cree que ha llegado el momento de pasar a los hechos. Mientras que Cantabria respondió afirmativamente y diseñó una campaña de inspecciones entre los productores para denunciar a quienes embotellaban ese tipo d...

Al Gobierno vasco le queda ya poca paciencia con la actitud del de Castilla y León respecto de los productores fraudulentos de chacolí. Después de seis meses de tira y afloja entre ambas administraciones, y de una comunicación del Ministerio de Agricultura a los ejecutivos de Cantabria y Castilla y León para que persigan ese fraude, el departamento de Agricultura que dirige Pilar Unzalu cree que ha llegado el momento de pasar a los hechos. Mientras que Cantabria respondió afirmativamente y diseñó una campaña de inspecciones entre los productores para denunciar a quienes embotellaban ese tipo de vino protegido por tres denominaciones de origen en el País Vasco, el de Castilla y León, no ha movido un dedo. Es más, su consejera de Agricultura, Silvia Clemente, aseguró hace tres semanas que no era "ni urgente ni prioritario" controlar ese fraude.

"Si no hay controles y sanciones contra el fraude iremos a la vía judicial"

Se va a intensificar la relación entre servicios para evitar trámites

La consejera explicó ayer que "el control y las inspecciones son una obligación legal de la Junta. El cumplimiento de la ley no depende de voluntades, no se trata de que sea urgente o prioritario o deje de serlo, se trata de cumplir la ley y las Administraciones tienen obligación de hacerlo y dar ejemplo", señaló.

Por eso, el Ejecutivo de Vitoria aprobó requerir a la Junta castellano leonesa para que haga controles y sancione a quienes produzcan, comercialicen o publiciten vino en esa comunidad autónoma bajo la "fraudulenta denominación de chacolí".

Pilar Unzalu advirtió de que si no se atiende esta reclamación llegarán a la vía judicial. El departamento está ya recopilando material para suministrar a los servicios jurídicos para que vayan trabajando en una hipótesis que cobra cuerpo a medida que pasan las semanas.

Frente a la presión del País Vasco en Castilla y León, lejos de buscar un acuerdo siguen tensando la cuerda. El pasado jueves aprobaron en las Cortes autonómicas, por unanimidad, la propuesta conjunta del PP y PSOE para crear una Denominación de Origen de vino "Chacolí" en la zona productora de la provincia de Burgos. Un acuerdo que, además, tenía una segunda derivada, el emplazamiento al Gobierno central a que "no cierre la puerta" a este reconocimiento de calidad.

Sin embargo, esa denominación sí que está registrada como lo demuestra el Diario Oficial de la Unión Europea. En 2002 y 2009 ya recogía que las denominaciones de origen certificadas "Chacolí-Txakolina" eran las de "Chacolí de Bizkaia-Bizkaiako Txakolina", la de Chacolí de Getaria- Getariako Txakolina" y "Chacolí de Álava-Arabako Txakolina", y además hacía una especificación técnica en la que apuntaba el grado máximo, la acidez y las variedades de uva que se emplean. Ni una palabra de Burgos. Pero, a su vez, la normativa europea prohíbe de manera expresa "registrar una variedad con nombre idéntico o parcialmente igual a una denominación existente cuando puede inducir a error al consumidor sobre el verdadero origen y características del producto".

La resolución parlamentaria de Castilla y León insta a la Junta a que inicie los trámites para lograr la denominación en el momento en el que varios productores de Burgos lo soliciten.

La consejera vasca y destacados miembros del departamento se reunirán mañana con los máximos representantes de las tres Denominaciones de Origen para analizar nuevas medidas de presión para evitar la producción de botellas al margen de la protección especial y limitaciones que establece la legislación. Entre las tres denominaciones vascas, la producción asciende a 2,5 millones de litros.