El acusado de un asesinato en San Sebastián implica a su padre

Una colilla con ADN es la principal prueba en su contra

Un hombre de etnia gitana para quien la fiscalía pide 20 años de cárcel por matar a su cuñado de dos tiros de escopeta en San Sebastián en 2003 negó ayer ser el autor del crimen y atribuyó la autoría del mismo a su propio padre y a un tío suyo, ambos ya fallecidos. El acusado declaró ayer en la primera jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Guipúzcoa ante un tribunal con jurado, según informa Efe.

La acusación particular, que ejerce la madre del fallecido, solicita la misma peña que el Ministerio Público, mientras que la defensa reclama la absolución porque cuando ocurrier...

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Un hombre de etnia gitana para quien la fiscalía pide 20 años de cárcel por matar a su cuñado de dos tiros de escopeta en San Sebastián en 2003 negó ayer ser el autor del crimen y atribuyó la autoría del mismo a su propio padre y a un tío suyo, ambos ya fallecidos. El acusado declaró ayer en la primera jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Guipúzcoa ante un tribunal con jurado, según informa Efe.

La acusación particular, que ejerce la madre del fallecido, solicita la misma peña que el Ministerio Público, mientras que la defensa reclama la absolución porque cuando ocurrieron los hechos el acusado se encontraba en Madrid junto a uno de sus dos hijos menores de edad. El asesinato se produjo sobre las 7.15 del 25 de enero de 2003, en el barrio donostiarra de Amara, cuando la víctima circulaba en una furgoneta, junto a su esposa y su hijo de seis años, camino de un mercadillo y una persona le disparó dos tiros de escopeta en la cabeza que le causaron la muerte.

El procesado dice en el juicio que el día del crimen se hallaba en Madrid

El crimen tiene como telón de fondo una disputa entre dos familias gitanas, motivada por la ruptura del matrimonio integrado por el acusado, miembro de una de ellas, y su ex esposa, que forma parte de la otra. En octubre de 2001, la separación de la pareja ya motivó una reyerta entre los clanes que acabó con la muerte de un primo del acusado.

El inculpado aseguró que, cuando se produjo el asesinato de su cuñado, él ya se había marchado con su hijo a Madrid y después recorrió varias ciudades españolas, hasta que decidió regresar a Pamplona creyendo que ya no tenía que "esconderse de nada".

Al imputado se le pidió que aclarara la existencia de una colilla con su ADN y el de su tío ya fallecido en el lugar de los hechos, pero no dio explicación alguna al respecto.

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