Dejar atrás una casa de 40 años

"No hay derecho. Nos echan después de vivir aquí durante más de 40 años". Así se quejaban ayer los vecinos del poblado de Puerta de Hierro, en el distrito de Moncloa-Aravaca, después de que una excavadora derribara tres viviendas asentadas de forma ilegal en una finca privada. Es la segunda fase del desmantelamiento de la zona, que continuará en las próximas semanas, según fuentes municipales. Los afectados serán realojados en pisos facilitados por el Ayuntamiento de la capital.

A las ocho de la mañana, un fuerte dispositivo policial formado por varias decenas de agentes a bordo de 15 v...

"No hay derecho. Nos echan después de vivir aquí durante más de 40 años". Así se quejaban ayer los vecinos del poblado de Puerta de Hierro, en el distrito de Moncloa-Aravaca, después de que una excavadora derribara tres viviendas asentadas de forma ilegal en una finca privada. Es la segunda fase del desmantelamiento de la zona, que continuará en las próximas semanas, según fuentes municipales. Los afectados serán realojados en pisos facilitados por el Ayuntamiento de la capital.

A las ocho de la mañana, un fuerte dispositivo policial formado por varias decenas de agentes a bordo de 15 vehículos se desplegó por la zona. Justo un minuto después entraba la excavadora que empezó a derribar las viviendas, de una planta y construidas con ladrillo. Antes de proceder a la demolición, un técnico de la Concejalía de Urbanismo comunicaba el derribo a los afectados.

El poblado de Puerta de Hierro se levantó hace unos 40 años, junto a unos viveros, en el desvío desde la autovía de A Coruña (A-6) hacia la M-30. Allí residen unas 50 familias, que construyeron sus casas. Solo cinco o seis son de chapa, mientras que el resto son edificios de ladrillo.

Los agentes antidisturbios, pertenecientes a las unidades centrales de seguridad de la Policía Municipal, se desplegaron por todo el poblado con los cascos puestos y esgrimiendo escudos protectores. Mientras, los niños se dirigían a un autobús escolar que les esperaba a la entrada del poblado.

La demolición duró hasta primera hora de la tarde y no se produjeron incidentes. A ello ayudó el alto número de policías que había en la zona. El derribo incluyó dos garajes, dos edificaciones abandonadas, una en construcción y una caseta de perro. "No tienen vergüenza. Se quieren llevar el perro de mi hijo, ahora que su mujer ha dado a luz y no puede ni hacerse cargo del animal", se quejaba María.

Atrás quedaban las casas reducidas a escombros, ante la mirada lacónica de sus antiguos moradores. "Sabemos que estamos en una finca privada y me parece muy bien que su dueño quiera recuperarla, pero llevamos aquí más de 30 o 40 años. Tenemos derecho a que nos den una casa. Esto es una injusticia", añadía con gran indignación otra residente del poblado. Fuentes municipales informaron de que una de las tres infraviviendas demolidas estaba vacía, mientras que una segunda estaba siendo habitada por una familia que ha sido realojada en una vivienda de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS). El morador de la última de ellas era un varón de 64 años, "de perfil social vulnerable" y con problemas para acceder a una vivienda. Fue acogido en un centro de la red de atención a personas sin hogar. "Sí, a algunos nos han dado casa, pero son muy pequeñas. Tengo seis hijos y me dan un piso enano. ¿Cómo quieren que nos metamos todos allí? Es imposible", criticaba otra mujer que se resguardaba de la fuerte lluvia bajo un paraguas azul.

Se trata del segundo derribo que sufre el poblado de Puerta de Hierro. El primero se produjo el pasado 19 de enero y también fue ordenado por el Ayuntamiento.