Agbar rebaja a 66,65 euros su oferta por Aguas de Sabadell

El asalto de Aguas de Barcelona (Agbar) a la compañía Aguas de Sabadell, Cassa, se está convirtiendo en un culebrón de desenlace abierto. Ayer, el enfrentamiento entre Agbar, por una parte, y, por la otra, la cúpula de Cassa y el Ayuntamiento de Sabadell, que han encajado la oferta como hostil, era total. Y en medio, algunos nerviosos pequeños accionistas de Aguas de Sabadell acribillaban a preguntas sobre el futuro de su inversión a la vista de que la Generalitat optó por suspender la cotización de Cassa en la Bolsa de Barcelona. Dicha suspensión fue levantada a media tarde con efectos prácti...

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El asalto de Aguas de Barcelona (Agbar) a la compañía Aguas de Sabadell, Cassa, se está convirtiendo en un culebrón de desenlace abierto. Ayer, el enfrentamiento entre Agbar, por una parte, y, por la otra, la cúpula de Cassa y el Ayuntamiento de Sabadell, que han encajado la oferta como hostil, era total. Y en medio, algunos nerviosos pequeños accionistas de Aguas de Sabadell acribillaban a preguntas sobre el futuro de su inversión a la vista de que la Generalitat optó por suspender la cotización de Cassa en la Bolsa de Barcelona. Dicha suspensión fue levantada a media tarde con efectos prácticos a partir de esta mañana cuando Agbar aclaró que, por ahora, rebaja su oferta de 71 euros por acción a 66,65 euros.

El precio ofrecido por Agbar se ajustará más con la venta de Ribatallada

La rebaja de la oferta de Agbar a 66,65 euros por título responde a la decisión adoptada por la junta de accionistas de Cassa el pasado martes: los accionistas aprobaron una batería de dividendos que supondrán una salida de fondos de la empresa que, subraya Agbar, modifica a la baja su valor. Dos dividendos, ordinario y extraordinario, que se pagarán en metálico a los accionistas mañana y que se traducirán en 2,73 millones de euros.

En un escrito a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el grupo que preside Ángel Simón informó de que rebajará aún más su oferta en la medida en que se materialice más adelante la venta de Ribatallada, filial de Aguas de Sabadell con la que los accionistas de esta última también han aprobado hacer caja, valorada en cerca de seis millones de euros. Se trata, según Agbar, de "mantener la equivalencia financiera con la contraprestación inicialmente ofrecida".

El Gobierno catalán, que tiene potestad para decidir la suspensión de la cotización de una empresa en la Bolsa de Barcelona, consideró que debía actuar en este caso "al concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones" sobre Aguas de Sabadell. En lo que va de 2010, Economía ha actuado en el mismo sentido con otras dos compañías: la inmobiliaria Amci Habitat, filial de Agrupació Mútua, y también el fabricante de fibras textiles INACSA. "Levantaremos la cotización en cuanto Agbar clarifique su nueva oferta", señaló Economía. Agbar lo hizo a media tarde.

El presidente de Aguas de Sabadell, Xavier Bigatà, declinó ayer pronunciarse sobre la situación que se ha creado en la empresa tras la junta, informa Ivanna Vallespín.

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Aguas de Barcelona, participada mayoritariamente por el grupo francés Suez Environnement y con participación minoritaria de La Caixa, cuenta ya con un 11,3% del capital de Aguas de Sabadell y desea tomar el control. Y topa con unos accionistas que, en privado, no hacen ascos a la idea de vender sus acciones a Agbar, sobre todo si es a buen precio, mientras el Ayuntamiento de Sabadell, con un 24% del capital, se ha erigido en el garante del carácter "sabadellense" de la empresa que distribuye de agua a la localidad. En la junta del pasado martes, el alcalde de la localidad, Manuel Bustos, sugirió que quien venda vendrá a ser un traidor. Agbar ha ofrecido mantener las inversiones y el caracter "sabadellense" de la empresa, además de la presencia del Ayuntamiento en la dirección.

Agbar dijo, además, que no ajustará más el precio a resultas de la resolución de los contratos de gestión y tratamiento de aguas residuales de Riu Sec y Riu Ripoll, suscritos con el Ayuntamiento de Sabadell y cuyo derecho a rescisión fue aprobado por la junta del martes. Las próximas horas serán cruciales para ver si es posible o no desactivar la guerra.

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