Rumores inquietantes
No hace mucho se criticaba el abuso por parte del cine español en adaptar obras literarias. Hoy, por el contrario, hay quejas de la poca enjundia de muchos guiones, existiendo, como existen, espléndidas obras que podrían ser base para buenas películas. En este minidebate viene a cuento un libro editado por la Filmoteca Española en colaboración con Cátedra, Biblioteca del cine español, minucioso trabajo en el que se recogen los orígenes literarios de 2.000 películas del cine español, con comentarios jugosos de Carlos Heredero y Antonio Santamarina, autores de la investigación. Se trata...
No hace mucho se criticaba el abuso por parte del cine español en adaptar obras literarias. Hoy, por el contrario, hay quejas de la poca enjundia de muchos guiones, existiendo, como existen, espléndidas obras que podrían ser base para buenas películas. En este minidebate viene a cuento un libro editado por la Filmoteca Española en colaboración con Cátedra, Biblioteca del cine español, minucioso trabajo en el que se recogen los orígenes literarios de 2.000 películas del cine español, con comentarios jugosos de Carlos Heredero y Antonio Santamarina, autores de la investigación. Se trata de una de esas estupendas publicaciones de la Filmoteca en relación con su empeño por recuperar y conservar la memoria cinematográfica. Son ya numerosos los títulos publicados en este sentido desde que José María Prado lleva las riendas de la entidad. Un trabajo encomiable, como el proyecto del centro de conservación del cine español, que parece verá por fin la luz este año... o el próximo.
En esta España de hoy parece haber prisas, no se entiende por qué
De ahí que suenen alarmantes los rumores que le amenazan, según ha publicado el diario ABC. Parece que la ministra de Cultura y el director general del cine pretenden cesar a José María Prado por la simple razón de que lleva 20 años en el cargo. Hay que recordarles que Henri Langlois, creador de la Cinemateca Francesa y en el fondo padre de todas las filmotecas, se mantuvo en su puesto 41 años, hasta su muerte. Cierto es que en un momento dado, el ministro de turno quiso destituirle, André Malraux por más señas. Se armó tal revuelo que tuvo que envainársela. No hubo cineasta que no saliera en defensa de Langlois. Lo recordaba Bernardo Bertolucci en su película Soñadores (2003), y Wim Wenders le dedicó El amigo americano (1977).
En esta España de hoy parece haber prisas, no se entiende bien por qué. Ningún político ha durado ni durará tanto en el cargo como los grandes directores de filmotecas. En caso de que los rumores sean ciertos, las mencionadas autoridades tendrán que dar explicaciones más claras para que Prado no siga al frente de la Filmoteca Española.