Crítica:COMER

El reino del cruasán

Pomme Sucre aterriza en Madrid desde Gijón con sus delicadas apuestas golosas

Desde su obrador central situado en Gijón, salen productos semiacabados para el conjunto de sus tiendas situadas en la propia capital asturiana, en Albacete y, desde hace poco, también en Madrid. Se trata de una nueva pastelería, situada en el barrio de Chueca (Barquillo 49; teléfono 913 08 31 85), donde la innovación y el diseño se dejan notar en el interiorismo del local, en los propios envases, así como en los productos, todos de gran calidad.

Su artífice, el joven pastelero Julio Blanco, discípulo de Paco Torreblanca, que ha sabido sumarse a las últimas tendencias de la pastelería a...

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Desde su obrador central situado en Gijón, salen productos semiacabados para el conjunto de sus tiendas situadas en la propia capital asturiana, en Albacete y, desde hace poco, también en Madrid. Se trata de una nueva pastelería, situada en el barrio de Chueca (Barquillo 49; teléfono 913 08 31 85), donde la innovación y el diseño se dejan notar en el interiorismo del local, en los propios envases, así como en los productos, todos de gran calidad.

Su artífice, el joven pastelero Julio Blanco, discípulo de Paco Torreblanca, que ha sabido sumarse a las últimas tendencias de la pastelería artesana europea, selecciona las mejores materias primas y se vale de técnicas naturales de conservación. En Pomme Sucre se ofrecen varias líneas golosas. De entrada una pastelería dulce centrada en las clásicas masas con levadura (cruasanes, coletas, caracolas) en las que se aprecia el sabor de la verdadera mantequilla. Y además, grandes hojaldres, pasteles semifríos, dulces en vasitos, plum cakes, madalenas, tartas clásicas o modernas, y una pastelería mini muy refinada.

En otra vertiente, un bloque de pastelería salada que agrupa barritas, sándwiches y mini canapés para cócteles. Algunas de sus piezas justifican por sí solas la visita. Entre ellas, su cruasán (1,30), espléndido, en seria competencia con el de Oriol Balaguer (Ortega y Gasset, 44, Madrid. http://www.oriolbalaguer.com). Y, por supuesto, el panetonne (22), uno de los mejores del mundo, que Blanco aprendió a elaborar con Torreblanca. En capítulo aparte figuran sus bombones, que abarcan varias colecciones (Classics; Secs D?Or; pralinés), en conjunto 25 tipos distintos a los que se suman sus pastas de chocolates y sus trufas cúbicas para cuya elaboración recurre a coberturas de procedencias escogidas. Especialidades que Blanco divulga a través de Facebook y de su página web, un libro abierto al universo dulce. Algunas de las golosinas de esta casa, incluidas las piezas de bollería, pueden degustarse en la misma tienda acompañadas de un aceptable café.

El interiorismo del Pomme Sucre madrileño, de Francesc Rifé, aprovecha elementos del antiguo local.SANTI BURGOS

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