El PP respalda la planta de Touriñán y saca la Lei do Solo con la abstención socialista

La redoblada apuesta de la Xunta por la piscifactoría frustra el consensoLos socialistas aseguran que las directivas europeas "impedirán Touriñán"

El PSdeG pedía a la Xunta que rectificara su apoyo a la piscifactoría de Touriñán, pero se encontró con una apuesta redoblada y la acusación de deslealtad. Se consumó así la ruptura del pacto entre populares y socialistas para la reforma de la Lei do Solo, seis días después de que sellaran un acuerdo anunciado como definitivo. La reforma salió adelante ayer en el Parlamento de Galicia con el voto favorable del PP, el rechazo del BNG y la abstención de los socialistas, voto que los populares interpretaron pese a todo como "un aval" a su proyecto.

La ley incorpora 33 de las 45 enmiendas d...

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El PSdeG pedía a la Xunta que rectificara su apoyo a la piscifactoría de Touriñán, pero se encontró con una apuesta redoblada y la acusación de deslealtad. Se consumó así la ruptura del pacto entre populares y socialistas para la reforma de la Lei do Solo, seis días después de que sellaran un acuerdo anunciado como definitivo. La reforma salió adelante ayer en el Parlamento de Galicia con el voto favorable del PP, el rechazo del BNG y la abstención de los socialistas, voto que los populares interpretaron pese a todo como "un aval" a su proyecto.

La ley incorpora 33 de las 45 enmiendas de los socialistas, pero no la del artículo 39, que restringe las piscifactorías en Red Natura. Para respaldar la reforma, el partido de Pachi Vázquez exigía una rectificación de las palabras del presidente de la Xunta que motivaron el último desencuentro, cuando afirmó que la piscifactoría de Touriñán se construiría pese al nuevo artículo. Lejos de ello -y en ausencia de Feijóo, que sólo llegó para la votación-, el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, aclaró: "No va a ser este Gobierno el que rebaje la protección, pero tampoco el que anule un proyecto que cuenta con todos y cada uno de los informes favorables".

La munición gruesa para referirse a la ley la empleó la nacionalista Teresa Táboas, que aseguró que los problemas del proyecto "van mucho más allá de Touriñán". Por ejemplo, la regularización de casas ilegales y, "sobre todo", de naves industriales. Pero también la posibilidad de convertir en dinero el 10% de cesión de suelo a los ayuntamientos. "Cada modificación de la Lei do Solo va a peor", lamentó Táboas.Mar Barcón, del PSdeG, apeló a razones abstractas para explicar su desmarque. "Hay una pérdida de confianza y lealtad", lamentó. Por lo demás, defendió la reforma de la Lei do Solo. Eso sí, gracias a la transformación que sufrió tras la aprobación de las enmiendas de su grupo. "Ni amnistía, ni punto final, ni ilegalidades", resumió. Barcón brindó al PP una última oportunidad de reconocer que el artículo 39 que habían pactado blinda a Touriñán de la piscifactoría.

No fue así. Román Rodríguez, del grupo popular, se empleó con dureza contra el PSdeG, al que acusó de utilizar "excusas de mal pagador" para distanciarse de la ley, una decisión que atribuyó a la "falta de liderazgo" y a "la división interna". En el PP cobra fuerza el apelativo de "los de los zapatos de charol" para referirse a los socialistas que, como la ex conselleira María José Caride, se oponen al pragmatismo de la nueva ley. Rodríguez echó mano ayer de la expresión, que el PP contrasta con los que llevan "las botas manchadas de barro". "Se están convirtiendo en una fuerza casi prescindible para Galicia", añadió.

Respecto a Touriñán y la Red Natura, el PP argumentó que no es la Lei do Solo el instrumento que debe regular las plantas acuícolas, sino "los proyectos y los órganos concretos". "Se cumplirá la legislación europea, que es la más exigente, y si las permite , se harán", manifestó Rodríguez. No muy distinta fue la interpretación del PSOE de la legislación de la UE, incorporada a la frustrada redacción del artículo 39. Pero aun sin las alusiones al cumplimiento de las directivas comunitarias, Barcón vaticinó que Touriñán "lo impedirán las directivas europeas, los tribunales y, sobre todo, el PSdeG".

Pese a las acusaciones mutuas de deslealtad y al áspero tono que presidió el debate, populares y socialistas se emplazaron para seguir adelante con el incipiente pacto por el territorio. "Queremos seguir siendo útiles desde la oposición", se explicó Barcón. Su contrincante del PP recogió el guante. "Queremos el pacto por el territorio, pero está claro que las cosas van a ser más difíciles", dijo Román Rodríguez.

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En el debate se coló el caso de Barreiros, con su convenio sufragado con fondos públicos para regularizar las viviendas ilegales, las primeras sentencias y la retirada de las demandas que preparó la Asesoría Xurídica de la Xunta. Táboas lo hizo con nombres y apellidos, al recriminar a Feijóo la firma de "convenio millonario" para legalizar "tropelías" de Barreiros. Se preguntó la diputada del BNG si acaso ese documento no acabará en los tribunales. Mar Barcón no citó la localidad lucense, pero se refería a ella cuando hizo hincapié en las "urbanizaciones ilegales surgidas de la avaricia especulativa, legalizadas con fondos públicos". La Xunta salió al paso de la noticia de la retirada de las demandas con el argumento de que así "no se añade incertidumbre" con nuevos contenciosos.

La socialista Mar Barcón, en el centro, discute con otros diputados una enmienda de última hora presentada por el PP.EFE

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