Columna

Emprendedores gallegos

Analizando los rasgos de los principales emprendedores gallegos se puede afirmar que están muy concentrados en cinco ramas productivas; poseen un relevante índice de presencia internacional y la mayoría de las empresas que regentan alcanzan más que un tamaño medio.

¿Existe relación entre la capacidad emprendedora y los niveles educativos en el campo del empresariado? En España, escudriñando tales ratios, se confirma que el porcentaje de empresarios con estudios superiores más elevado se concentran en la rama eléctrica, que ha pasado de poseer el 38% en 1993, para trece años más tarde al...

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Analizando los rasgos de los principales emprendedores gallegos se puede afirmar que están muy concentrados en cinco ramas productivas; poseen un relevante índice de presencia internacional y la mayoría de las empresas que regentan alcanzan más que un tamaño medio.

¿Existe relación entre la capacidad emprendedora y los niveles educativos en el campo del empresariado? En España, escudriñando tales ratios, se confirma que el porcentaje de empresarios con estudios superiores más elevado se concentran en la rama eléctrica, que ha pasado de poseer el 38% en 1993, para trece años más tarde alcanzar el 60%. En sentido contrario, en otras actividades, como el comercio, los trasportes, la industria de la madera, la industrial textil, la hostelería, la construcción y especialmente en la agricultura y el sector pesquero, la formación de los emprendedores españoles es muy inferior a la media nacional.

Estudian durante una media de 9,4 años, frente a los 10,2 del promedio español

Un estudio del IVIE y Bancaja revela datos muy esclarecedores. El capital humano de los emprendedores se sitúa por debajo del obtenido por la población ocupada. Es decir, existe un colectivo emprendedor poco cualificado en relación a los niveles alcanzados por el conjunto de la población; lo que, a juicio de los autores del trabajo mencionado, "puede frenar el desarrollo de su potencial de crecimiento", subrayan entre sus principales conclusiones.

La fotografía de esta realidad en Galicia es todavía más nítida. La composición educativa de los emprendedores gallegos expresada en porcentajes atendiendo a sus estudios es la siguiente: analfabetos, solo el 0,1% (en España, el 0,2%); con estudios primarios, el 28,3% (en España, el 23%); con estudios secundarios, el 36,7% (en España, el 32,9%); con secundaria post-obligatoria, el 18,2% (en España, el 21,5%); con formación profesional, el 6,0% (en España, el 7,4%); con estudios anteriores a superiores, el 4,5% (en España, el 5,9%); con estudios superiores, el 6,1% (en España, el 9,8%). Ello pone de manifiesto que la media de años de estudios de un emprendedor gallego se sitúa en 9,4 años y el correspondiente a la media nacional en torno a los 10,2 años.

Si analizamos la situación en el conjunto de España el cuadro resultante revela que las diferencias territoriales en lo que concierne al capital humano de los directivos se ha ido reduciendo a lo largo de los últimos treinta años; aunque, también hay que subrayarlo, la desigualdad es mayor que en lo que concierne a la población ocupada. Así, se constata que aquellos empresarios que poseen mayores dotaciones de capital humano se localizan en Madrid y en el nordeste peninsular, mientras que los que tienen menor formación se sitúan en los alrededores de Madrid (esto es, las dos Castillas y Extremadura).

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El estudio muestra, asimismo, otras aclaraciones muy importantes. La ganancia acumulada del capital humano de los emprendedores en España entre 1997 y 2007, fue del 143%, correspondiendo a los autoempleados el primer puesto en dichas mejoras; aunque los que ocupan las posiciones de privilegio, en lo que respecta a la cualificación, son los directivos. Estos datos subrayan una mejora contante en la formación, pero aún siguen estando por debajo de la media europea en donde los emprendedores españoles ocupan una de las últimas posiciones con 10,3 años de estudios, por los 13,5 años de Finlandia.

Y la mejora en el crecimiento del capital humano per capita de los emprendedores en España permite la reducción progresiva de la brecha existente respecto a los demás países (recortándose la distancia de 2,3 años a 1,4 años en la última década); pero, al mismo tiempo, no debemos olvidar que tal diferencial sigue "siendo un rasgo a tener en cuenta" a la hora de enfocar el cambio del modelo productivo.

Estos datos sirven para reflejar varias conclusiones. La primera, es que son las comunidades con sectores con mayores dotaciones de capital humano las que poseen mayor productividad. Es decir, existe relación positiva entre la cualificación de los ocupados y de los emprendedores existentes en cada una de las comunidades con el desarrollo de las mismas y con su productividad. En segundo lugar, las ramas de actividad que cuentan con mayor dotación de capital humano son las más productivas. En tercer término, la probabilidad de un licenciado de estar ocupado es mayor que la de una persona con estudios primarios. En cuarto lugar, los desempleados con más capital humano tienen una mayor probabilidad de pasar al autoempleo. O sea, que la probabilidad de tener un contrato (ya sea temporal o indefinido) aumenta al incrementar su cualificación; con lo que se puede afirmar sin temor a equivocarnos que la educación genera un rendimiento adicional a la hora de encontrar y disfrutar de un mejor empleo.

Sirvan estos datos tanto a la hora de re-enfocar el nuevo modelo productivo, como a la asignación de los estímulos económicos a las empresas; o al papel que ha de desempeñar la Universidad o también para las acciones que debemos impulsar para potenciar la marca-país de Galicia.

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