Ayuda humanitaria
El terremoto de Haití ha conmocionado al mundo y despertado una ola de solidaridad entre Estados, ONG y ciudadanos de a pie, que se han apresurado a enviar ayuda humanitaria. Bienvenidos sean esos aportes, que ayudarán a paliar en alguna medida el sufrimiento de los supervivientes.
Sin embargo, quizás sea un buen momento para recordar las palabras del secretario general de Naciones Unidas en la inauguración de la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria, en Roma, que terminó en un rotundo fracaso: "Hoy van a morir 17.000 niños en el mundo" por causas relacionadas con el hambre.
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El terremoto de Haití ha conmocionado al mundo y despertado una ola de solidaridad entre Estados, ONG y ciudadanos de a pie, que se han apresurado a enviar ayuda humanitaria. Bienvenidos sean esos aportes, que ayudarán a paliar en alguna medida el sufrimiento de los supervivientes.
Sin embargo, quizás sea un buen momento para recordar las palabras del secretario general de Naciones Unidas en la inauguración de la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria, en Roma, que terminó en un rotundo fracaso: "Hoy van a morir 17.000 niños en el mundo" por causas relacionadas con el hambre.
Los muertos en Haití han sido muchos miles. Pero no llegarán a la cifra de más de mil millones de personas que sufren hambre severa en el mundo, sin que se ponga en marcha ninguna campaña mundial para solucionar un problema que hoy, por primera vez en la historia, tiene solución. Seamos sinceros: en este Occidente desarrollado nos importa más nuestro nivel de colesterol que el hambre en África..