Miopía, pero sólo en Valencia
A los políticos de la Comunidad Valenciana se les puede criticar por muchas cosas, pero no por falta de imaginación. ¿Que no gusta la asignatura de Educación parala Ciudadanía? Pues la torpedeamos enseñándola en inglés. ¿Que no hay que pasar por el aro de la reforma del aborto? Pues se saca pecho y se ofrecen facilidades para que puedan conseguir
su ayuda para libros de texto los que todavía no han nacido.
La última ocurrencia llega a cuenta del ordenador portátil que el Gobierno de Madrid quiere facilitar a los escolares. También en este proyecto han visto los políticos valencia...
A los políticos de la Comunidad Valenciana se les puede criticar por muchas cosas, pero no por falta de imaginación. ¿Que no gusta la asignatura de Educación parala Ciudadanía? Pues la torpedeamos enseñándola en inglés. ¿Que no hay que pasar por el aro de la reforma del aborto? Pues se saca pecho y se ofrecen facilidades para que puedan conseguir
su ayuda para libros de texto los que todavía no han nacido.
La última ocurrencia llega a cuenta del ordenador portátil que el Gobierno de Madrid quiere facilitar a los escolares. También en este proyecto han visto los políticos valencianos del PP la pérfida mano de Zapatero y la oportunidad de emprender una nueva y estrambótica cruzada. Esta vez, el argumento es la supuesta amenaza que supone la pequeña pantalla (no la de Canal 9, sino la del ordenador) para la vista de los niños hasta el punto de que puede causarles miopía. Para demostrarlo, la Consejería de Educación ha exhibido un informe firmado por dos oftalmólogas de una fundación patrocinada por la propia Generalitat en el que se advierte de que muchas horas delante de un videoterminal de pequeño tamaño provoca "un cierto porcentaje de miopización inducida".
Se ha esgrimido otra razón contundente: que el Gobierno central pone muy poco dinero (125 euros) por cada máquina mientras las autonomías tienen que cofinanciar el resto, pero ahí queda la alusión a la miopía para morir matando.
El perpetrador es el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, el mismo que recurrió al inglés para la cultura cívica y reserva libros a los nasciturus. Es de esperar que no caiga en la cuenta de que el sedentarismo de pupitre es malo para la salud y que leer demasiado cansa la vista de los estudiantes.
Cuando Esperanza Aguirre proyectó abrir un colegio catalán en Madrid, Font de Mora declaró: "Prefiero potenciar el inglés
en lugar de cualquier otra lengua extranjera". Hace poco, un director de instituto fue sancionado por colgar boca abajo el retrato del conseller. Vale la pena quedarse con su nombre, que todavía no ha castellanizado, porque está a la vista (incluso de miopes) que este lince dará todavía mucho que hablar.