CiU llama a los catalanes a rebelarse si el Constitucional recorta el Estatuto

La Generalitat asegura que continuará desarrollando el texto porque es "legal"

La primera votación informal sobre el Estatuto de Cataluña en el Tribunal Constitucional, que cuestiona los principios de mayor calado del texto, dio pie ayer a Convergència i Unió para recuperar su discurso más combativo con el que pretende arrastrar hacia sus posiciones el electorado más soberanista. Artur Mas avisó de que "Cataluña deberá sacar el carácter y el genio, de una manera serena pero firme", porque "no puede ser que continuamente nos estén pisando por un lado y por otro".

Esta suerte de llamada a la rebelión, que el líder de CiU acompañó con un reguero de críticas a "los po...

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La primera votación informal sobre el Estatuto de Cataluña en el Tribunal Constitucional, que cuestiona los principios de mayor calado del texto, dio pie ayer a Convergència i Unió para recuperar su discurso más combativo con el que pretende arrastrar hacia sus posiciones el electorado más soberanista. Artur Mas avisó de que "Cataluña deberá sacar el carácter y el genio, de una manera serena pero firme", porque "no puede ser que continuamente nos estén pisando por un lado y por otro".

Esta suerte de llamada a la rebelión, que el líder de CiU acompañó con un reguero de críticas a "los poderes fácticos de Madrid", forman parte de un discurso más amplio de los nacionalistas con el que acusan al Gobierno tripartito catalán de no defender con suficiente ahínco las posiciones de Cataluña en España.

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Convergència no se quedó sola en sus ataques. Esquerra Republicana insistió en la falta de "legitimidad" del Tribunal Constitucional para juzgar una ley refrendada por el pueblo catalán. El portavoz parlamentario republicano, Joan Ridao, recordó la renovación pendiente del Tribunal tildándolo de "caducado".

Los dos partidos nacionalistas catalanes compitieron así en sus críticas a un tribunal cuyos magistrados se mostraron mayoritariamente contrarios el jueves a la ponencia redactada por la presidenta y que buscaba salvar los puntos básicos de la carta catalana: la definición de Cataluña como "nación", la apelación a los "derechos históricos" y la igualdad de trato entre castellano y catalán.

Ya sea porque los malos augurios sobre el Estatuto se suceden desde hace meses o por simple voluntad de aparentar calma, el Gobierno catalán acogió sin aspavientos los últimos movimientos del alto tribunal. "Hemos desarrollado el Estatuto durante toda la legislatura porque es constitucional y legal y así seguiremos haciéndolo", manifestaron ayer fuentes próximas a José Montilla.

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El presidente de la Generalitat no hizo ayer ninguna referencia pública, pero su partido, el PSC, dijo por boca del Daniel Fernández que el Estatuto es una ley orgánica en vigor y que no puede tenerse "encallada" esperando una decisión del Constitucional. El consejero de Interior y líder de Iniciativa, Joan Saura, pidió que la sentencia no se demore más.

El Gobierno rechazó ayer que se den prisas al alto tribunal para sus deliberaciones. El ministro de Justicia, Francisco Caamaño se mostró "seguro" de que la sentencia sobre el Estatuto catalán "será buena para España y para Cataluña" y, sin profundizar en la constitucionalidad del texto, dijo que lo importante es tener "buenas sentencias".

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