Montilla apuntala su misión comercial en Argelia y rehúye el conflicto del Sahara

Mejor no meterse en callejones sin salida. La máxima que suele guiar al presidente de la Generalitat, José Montilla, le está acompañando también en el viaje oficial de dos días a Argelia que hoy termina y que tiene como objetivo abrir las puertas del país magrebí a las inversiones catalanas. Montilla se reunió ayer con hasta cinco ministros del Gobierno argelino para hablar de recursos hídricos, turismo, finanzas, asuntos exteriores e infraestructuras, una apretada agenda con un único punto en común: centrarse en los negocios y rehuir la cuestión del Sáhara, el principal conflicto político que...

Mejor no meterse en callejones sin salida. La máxima que suele guiar al presidente de la Generalitat, José Montilla, le está acompañando también en el viaje oficial de dos días a Argelia que hoy termina y que tiene como objetivo abrir las puertas del país magrebí a las inversiones catalanas. Montilla se reunió ayer con hasta cinco ministros del Gobierno argelino para hablar de recursos hídricos, turismo, finanzas, asuntos exteriores e infraestructuras, una apretada agenda con un único punto en común: centrarse en los negocios y rehuir la cuestión del Sáhara, el principal conflicto político que hoy por hoy enfrenta a España y Argelia.

La delegación catalana se propuso desde el comienzo pasar por alto el conflicto diplomático para conseguir salvaguardar el éxito de la misión comercial. Ni el fervor prosaharaui que suele respirarse en las calles catalanas ni los claros y habituales posicionamientos sobre el asunto del vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, presente en la delegación catalana, impidieron el objetivo. Todo salió como se había previsto. Las habituales quejas de Argelia por la solución marroquí al conflicto, que España ha abrazado en los últimos años, tampoco fueron problema. "No hemos abordado el asunto", aseguró ayer Montilla al término de la maratoniana jornada de reuniones por los ministerios.

El relativo silencio de Josep Lluís Carod Rovira, que nunca ha ocultado sus simpatías prosaharauis, también ayudó a pasar por alto el peliagudo asunto. Carod estuvo presente en tres de las cinco reuniones ministeriales y cedió todo el protagonismo a Montilla y al consejero de Innovación, Universidad y Empresa, Josep Huguet.

Montilla no consiguió reunirse con el presidente Abdelaziz Bouteflika, quien lleva meses limitando al máximo sus contactos con las autoridades españolas. De hecho, el encuentro de ambos presidentes ni siquiera figuraba en la agenda inicial del viaje oficial.

Las conversaciones de Montilla con los diferentes ministros se centraron en facilitar las cosas a los empresarios catalanes que aspiran a reforzar su presencia en el colosal programa de modernización de las infraestructuras que impulsa Bouteflika. Durante todo el día, la delegación de empresarios catalanes mantuvo más de cien encuentros con emprendedores argelinos con vistas a cerrar acuerdos de colaboración empresarial. Y es que todo inversor extranjero debe entrar al país magrebí con un socio local.

El presidente de la principal patronal argelina, Reda Hamiani, dio la bienvenida a los empresarios de Cataluña llamando a las empresas catalanas a exportar conocimiento y a mejorar el nivel de vida de Argelia.

Montilla, por su parte, llamó a las empresas catalanas a salir de Cataluña y a saltar el Mediterráneo para salir antes de la crisis económica.