La justicia iraní declara "falsas" las pruebas de torturas a presos

Una comisión judicial ha desestimado las denuncias de violaciones y otros abusos sexuales contra detenidos en las protestas que siguieron a las elecciones iraníes del pasado junio, según informó ayer la agencia Fars. Los responsables de la investigación también han concluido que las acusaciones presentadas por el derrotado candidato Mahdi Karrubí están "motivadas políticamente" y piden que se le juzgue por ello.

"No sólo no existe ningún documento que apoye la violación y los abusos sexuales a las personas mencionadas por Karrubí, sino que los documentos presentados son absolutamente fa...

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Una comisión judicial ha desestimado las denuncias de violaciones y otros abusos sexuales contra detenidos en las protestas que siguieron a las elecciones iraníes del pasado junio, según informó ayer la agencia Fars. Los responsables de la investigación también han concluido que las acusaciones presentadas por el derrotado candidato Mahdi Karrubí están "motivadas políticamente" y piden que se le juzgue por ello.

"No sólo no existe ningún documento que apoye la violación y los abusos sexuales a las personas mencionadas por Karrubí, sino que los documentos presentados son absolutamente falsos", asegura la carta que la comisión ha enviado al jefe del poder judicial, Sadegh Lariyaní, según cita Fars.

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Karrubí, un clérigo de rango medio que junto al también derrotado Mir-Hosein Musaví se ha negado a reconocer el resultado electoral, denunció a mediados de agosto violaciones brutales contra algunos detenidos de ambos sexos y pidió una investigación a las autoridades. Pocos días después, el presidente del Parlamento, Ali Lariyaní, desestimaba como falsas las alegaciones para desmayo de la oposición, según reconoció a este diario Ali Reza Beheshtí, un destacado reformista detenido esta semana.

Ahora, la comisión judicial va más allá y recomienda "una acción justa y firme" contra "los responsables de esas acusaciones y sus cómplices". La advertencia es otra vuelta de tuerca contra Karrubí, que en las últimas semanas ha visto como le cerraban su periódico y sus oficinas en Teherán. A mediados de agosto, dos altos cargos de los Pasdarán, el ejército ideológico del régimen, ya pidieron su enjuiciamiento.

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