NO FUNCIONA

Servicio de autobuses

Los autobuses de Barcelona originan no pocas quejas durante todo el año, pero en agosto éstas se vuelven especialmente amargas porque entre autobús y autobús hay mucho tiempo para tragar quina y generar altas dosis de mala sangre. Sin embargo, no sólo por las largas esperas se quejan los lectores. Hay otros asuntos que llaman su atención. Por ejemplo: en el mes de julio, a finales, se hicieron obras justo frente a una parada situada en la calle de París con Villarroel, de modo que fue traslada al otro lado de la manzana. Allí paran hasta cuatro líneas. Las obras terminaron casi de inmediato, p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los autobuses de Barcelona originan no pocas quejas durante todo el año, pero en agosto éstas se vuelven especialmente amargas porque entre autobús y autobús hay mucho tiempo para tragar quina y generar altas dosis de mala sangre. Sin embargo, no sólo por las largas esperas se quejan los lectores. Hay otros asuntos que llaman su atención. Por ejemplo: en el mes de julio, a finales, se hicieron obras justo frente a una parada situada en la calle de París con Villarroel, de modo que fue traslada al otro lado de la manzana. Allí paran hasta cuatro líneas. Las obras terminaron casi de inmediato, pero la parada no volvió a su sitio. El aviso era una plaquita más que pequeña, de modo que mucha gente se equivocaba y esperaba en la antigua parada, con marquesina y asiento, en vez de en la provisional que era un puro poste bajo el sol. Cuando llegaba el autobús y no paraba, había que correr un poco. Así, semanas. M. P. llamó para comentar la situación. Fue el lunes pasado. El miércoles, TMB respondió: en efecto, las obras estaban terminadas pero la empresa que las hizo se olvidó de comunicarlo. Y, por lo que se ve, los conductores tampoco dijeron nada. Será que tras la última huelga, ni se hablan. Inspectores de servicio no hay o están de vacaciones, igual que los directivos. Desde ayer los vehículos vuelven a parar junto a la marquesina.

Segunda observación. En la línea 5 del metro se ha anulado el tramo Vilapicina-Horta. Una parada. Se suple con un autobús que no hace el mismo recorrido que el metro debido a la orografía del terreno. Tiene que volver hacia atrás, pasar por la parada de Virrei Amat y la de Maragall y luego dirigirse hacia la plaza de Ibiza por el paseo de Maragall. Un usuario del metro que quiera ahorrar tiempo puede optar por bajar en Maragall (y ahorrarse dos paradas de metro) y allí subirse al autobús (y ahorrar el equivalente a cinco paradas de este tipo de transporte). Pues no: la lanzadera no tiene paradas intermedias. Así que, como observa el lector G. R., hay que esperar los largos 25 minutos que tarda el 45 mientras se ven desfilar las lanzaderas (hasta cinco en ese mismo tiempo) casi vacías o llegar hasta Vilapicina para luego volver hacia atrás. La explicación de TMB es sencilla: la lanzadera no está pensada para dar servicio al paseo de Maragall. La frase es larga. Se podría haber dejado en que "no está pensada para dar servicio".

Para quejas sobre las administraciones y empresa públicas, pueden dirigirse a catalunya@elpais.es a la atención de Francesc Arroyo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En