El Congreso se resiste a devolver el poder a Zelaya

Los diputados hondureños debaten sólo parte del plan Arias

A un mes del golpe de Estado que sacó de la presidencia de Honduras a Manuel Zelaya, el Congreso hondureño se disponía ayer a comenzar a discutir dos de los puntos del Acuerdo de San José, que establece una solución a la crisis política que afecta al país centroamericano.

Reunidos en sesión especial, los parlamentarios analizaban las propuestas auspiciadas por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, sobre el adelanto de las elecciones generales, programadas inicialmente para noviembre, y una amnistía política para todos los involucrados en la crisis. La discusión en el Congreso, sin e...

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A un mes del golpe de Estado que sacó de la presidencia de Honduras a Manuel Zelaya, el Congreso hondureño se disponía ayer a comenzar a discutir dos de los puntos del Acuerdo de San José, que establece una solución a la crisis política que afecta al país centroamericano.

Reunidos en sesión especial, los parlamentarios analizaban las propuestas auspiciadas por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, sobre el adelanto de las elecciones generales, programadas inicialmente para noviembre, y una amnistía política para todos los involucrados en la crisis. La discusión en el Congreso, sin embargo, no contemplaba el primer punto del acuerdo, que establece la restitución de Zelaya en el Gobierno.

El presidente depuesto vuelve a la frontera para dar ánimo a su gente

Éste es el principal obstáculo que impediría una salida a la crisis hondureña. El presidente de hecho de Honduras, Roberto Micheletti, había enviado el jueves al Congreso los siete puntos del Acuerdo de San José, felicitando a Arias por su intermediación en la crisis. Sin embargo, Micheletti dijo que sería difícil suscribir el acuerdo, porque contempla la restitución de Zelaya, algo que sigue siendo inaceptable.

El sábado, el Ejército hondureño publicó en su sitio de Internet un comunicado en el que respaldaba una salida a la crisis en el marco de las conversaciones de San José. Ayer, el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Romeo Vásquez, creyó oportuno aclarar que la institución no toma parte en las negociaciones.

En Nicaragua, los allegados de Zelaya recibieron con recelo la noticia de la discusión en el Congreso. Uno de los ministros que acompaña a Zelaya en su puesto de la frontera, dijo que la discusión es una señal de "cambio de posiciones" dentro del Gobierno de hecho de Micheletti, que se producen por las presiones internas y de la comunidad internacional, pero afirmó que no es una garantía para llegar a un acuerdo. "Esa decisión permite pensar en una posible solución a la crisis, aunque las probabilidades de que eso ocurra son de un 50%. Es un avance, porque antes las probabilidades eran nulas", dijo la misma fuente.

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Zelaya, por su parte, seguía ayer en la ciudad de Ocotal, al norte de Nicaragua. Por la mañana visitó un albergue donde se han refugiado sus seguidores. Algunos, unos pocos, siguen cruzando la frontera de forma clandestina por la noche. El presidente depuesto planeaba regresar ayer al puesto fronterizo de Las Manos, donde el viernes hizo un primer amago de pisar suelo hondureño.

Esta nueva visita sería para animar a sus seguidores, muchos de ellos desmoralizados por el abandono en el que se encuentran en la frontera. Algunos ya mostraron su malestar con Zelaya. Dijeron que ellos tienen que dormir a la intemperie, sin comida, mientras su líder se hospeda en un cómodo hotel de Ocotal.

Un seguidor de Zelaya, durante una protesta en Tegucigalpa.AFP

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