Desenterrado un nuevo tramo del viaje de agua que cruza Serrano

El Ayuntamiento niega que supiera desde 2008 lo que podía hallarse

La arqueóloga Diana Pozuelo, la geóloga Saleta Arcos y el palista Adolfo Cano desenterraron a media tarde de ayer un nuevo tramo abovedado, hasta ahora oculto, del viaje de agua que cruza transversal y diagonalmente la calle de Serrano. Su empaque es de unos dos metros y medio de diámetro. El conducto, que presumiblemente fue reconstruido en 1649, va a dar a un arca abovedada de fábrica de ladrillo de unos cuarenta centímetros de espesor, que recubre la canalización, situada a unos tres metros de profundidad desde la cota del suelo de la calle. Su interior se halla parcialmente anegado de lodo...

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La arqueóloga Diana Pozuelo, la geóloga Saleta Arcos y el palista Adolfo Cano desenterraron a media tarde de ayer un nuevo tramo abovedado, hasta ahora oculto, del viaje de agua que cruza transversal y diagonalmente la calle de Serrano. Su empaque es de unos dos metros y medio de diámetro. El conducto, que presumiblemente fue reconstruido en 1649, va a dar a un arca abovedada de fábrica de ladrillo de unos cuarenta centímetros de espesor, que recubre la canalización, situada a unos tres metros de profundidad desde la cota del suelo de la calle. Su interior se halla parcialmente anegado de lodo y su confín, que se adentra bajo el edificio del Museo Arqueológico, no se divisa desde su interior ni en sentido este ni al oeste, por donde discurre el tramo descubierto.

Así lo aseguran dos personas que han descendido hasta este conducto en las inmediaciones de la puerta de acceso a la verja de entrada al Museo Arqueológico, a la altura de la calle de Serrano, número 13. Tanto la previsible presencia en el subsuelo de una importante conducción de agua como la de la presumible existencia de restos de la cerca fiscal de Felipe IV, también hallada luego en la excavación de Serrano, se mencionaban en un informe presentado al Ayuntamiento de Madrid y a su Concejalía de Obras desde el mes de noviembre de 2008 por la empresa contratada al efecto.

Una portavoz de la Concejalía de Obras, consultada al respecto, dijo anoche que lo hallado por la tarde de ayer "forma parte de la petición cursada por el Gobierno regional para limpiar y localizar la canalización", y subrayó que "la cartografía empleada en el informe no coincidía con la de la actual calle de Serrano y que no quedaba nada de la cerca".

El barrio de Salamanca, de trama ortogonal, data del siglo XIX, y la entonces nueva calle de Serrano fue realzada con tal fin a contramano de las vaguadas naturales. El curso o traza del viaje de agua se conocía documentalmente desde mucho tiempo atrás y se visualizaba en virtud de un grabado del cartógrafo Pedro Coello alzado en el año de 1843.

"El trazado del conducto hidráulico a ras del suelo que figuraba en el plano de Coello permitía pensar que podía tratarse de una canalización más reciente en el tiempo", precisan fuentes del equipo arqueológico Área. Aquí pudo residir la supuesta confusión que diera origen a la imprevisión municipal sobre la entidad y el valor real de los hallazgos arqueológicos.

Existe un tratado de Juan Claudio Aznar de Polanco que en 1734 hablaba ya del arca hallada. Se titula Geometría interior y especulativa y curso subterráneo de las aguas, donde se describen los grandes viajes de agua de Madrid: Amaniel, que surtía al palacio Real; Alcubilla; Castellana y Bajo y Alto Abroñigal. "Este último fue costeado con fondos destinados a la construcción de la plaza Mayor", asegura el historiador Francisco Marín Perellón. El Museo de Historia de Madrid conserva las llaves de cuatro arcas de tales viajes de agua.

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